Quien no duerme bien no puede tener buena salud. Punto. Dormir no es únicamente sinónimo de descanso. Para el organismo también significa reparar funciones vitales que le permitirán a una persona funcionar en todo su potencial físico, emocional y mental.
Daniel Lazo Bonilla es especialista en Geriatría del Hospital Nacional de Geriatría y también es experto en higiene del sueño. Para Lazo, una adecuada higiene del sueño es el tratamiento ideal para los problemas que muchas personas reportan para dormir. Mucho mejor, dice, que cualquier pastilla.
¿En qué consiste la higiene del sueño y cuáles trastornos puede producir el mal dormir? De esto conversamos con Lazo Bonilla en este capítulo de “Estar Bien”.
Dormir mal, explica, tiene repercusiones agudas como sentirse permanentemente cansado, de muy mal humor y ser incapaz de tener un rendimiento adecuado en el estudio o el trabajo. ¿Reconoce alguna en usted?
Las repercusiones crónicas incluyen daños en los sistemas cardiovascular y cerebral, las cardiopatías y la hipertensión; también los trastornos psiquiátricos, principalmente la ansiedad y la depresión, muy frecuentes actualmente.
El ciclo del sueño varía a lo largo de la vida. Esto es algo que todas las personas deben tener en cuenta. En el adulto mayor, por ejemplo, hay cambios normales pues ya no se duerme tanto como antes. En promedio, los adultos mayores duermen de 6 a 8 horas.
También Lazo recomienda no perder de vista una función vital del sueño: la que nos ayuda a reparar nuestros sistemas, a madurar en el caso de los niños y, al mismo tiempo, ayuda al descanso, que es más cognitivo que físico.
El ideal de tener un sueño profundo se logra con la higiene del sueño la cual, en palabras sencillas, implica hábitos o prácticas para mejorar nuestra calidad de sueño.
Por ejemplo, no podemos acostarnos y levantarnos cuando y como nos dé la gana. Tampoco es saludable dormir con aparatos electrónicos dentro de la habitación.
Entre los consejos más importantes de Lazo Bonilla para tener una adecuada higiene del sueño están los siguientes:
- Tener una hora fija para acostarnos y otra para levantarnos.
- Las siestas son adecuadas siempre y cuando no sufra algún trastorno del sueño. En un adulto mayor es preferible evitarlas por la tarde. En esta población se recomienda que no sobrepasen los 45 minutos.
- Es importante no tener aparatos electrónicos en la habitación, como televisores o celulares.
- Al menos, dos horas antes de acostarse, se debe suspender el uso de pantallas; esto con el fin de alistar el cerebro para dormir.
- Hay que evitar las bebidas estimulantes varias horas antes de dormir. Esto incluye café, chocolate caliente o bebidas de cola.
- Se recomienda una cena liviana y evitar comer y acostarse inmediatamente. Hay que esperar de dos a cuatro horas para lograr un buen descanso.
- También tomar algo caliente. Un atolito o los tés ayudan a relajar.
Para conocer más recomendaciones que le permitan fortalecer su higiene del sueño, escuche la entrevista completa en el podcast y en el video de “Estar Bien”.
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