La costarricense Paola Reyes Pérez, de 34 años, llegó a Wuhan, China, hace dos años para cursar una maestría en Planificación Urbana, en la Escuela de Ingeniería Civil.
Cuando le faltan tan solo unos meses para graduarse, esta vecina de Coronado se topa con una emergencia sanitaria que nació en la ciudad donde vive y que tiene al mundo en alerta.
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En Wuhan apareció el coronavirus que ha provocado la muerte de 17 personas y que ha afectado a más de 500 en China, y que llegó a Tailandia, Corea del Sur, Japón, Taiwán, Hong Kong y Estados Unidos.
Ahora, todos los aviones y trenes que parten de Wuhan reciben una atención especial, protocolos para detectar posibles enfermos.
Este virus es familia del SRAS.
En medio de esa incertidumbre está Paola, quien tiene previsto viajar a Costa Rica el 1°. de febrero, pues por el Año Nuevo chino está en vacaciones y, además, empezará a trabajar en su proyecto de graduación acá.
Paola supo de este agresivo virus desde noviembre. Cuando China detectó los primeros casos, lo comunicó a las embajadas y la propia representación diplomática costarricense le informó a ella.
"Soy asmática y al saber del problema, me quedé encerrada en la habitación", dijo Paola, quien vive en las residencias de la universidad.
"Salgo muy poco, compro mis alimentos en lugares seguros, como supermercados con estándares altos; lo que son carnes y verduras, para evitar el contagio", explicó.
Precisamente fue en un mercado de Wuhan, en el centro de China, donde apareció este coronavirus. Inicialmente las autoridades dijeron que la transmisión fue por animales, pero ahora descubrieron que también se pasa entre humanos.
"Hay personas que toman riesgos porque no todos tienen la posibilidad económica, entonces necesitan comprar en mercados. Esos lugares siguen abiertos, pero yo no ingreso", externó.
Paola narra que las medidas de salubridad en China están normales. Ella utiliza mascarilla, basada en la recomendación dada por el gobierno chino, que incluso ha enviado sugerencias en inglés para los extranjeros que aún no dominan el mandarín.
"El gobierno local de Wuhan ha hecho restricciones, la gente prácticamente no está saliendo. Vamos a ver qué sigue, porque como están las festividades por el Año Nuevo chino, la gente viaja mucho y seguro ahí se ha propagado la enfermedad", opina.
Además de usar mascarilla, Paola cumple un estricto protocolo de lavado de manos, intenta estar en sitios con mucha ventilación y procura evitar los lugares aglomerados, aunque en China eso es difícil.
Acepta que sus familiares en Costa Rica están intranquilos.
"Mi familia está muy preocupada, porque tienen miedo de que no me dejen salir (cuando tiene previsto su vuelo hacia nuestro país), pero las medidas de seguridad y de salubridad son bastante altas", subrayó.
Pese a lo que ocurre, Paola siente a los habitantes de Wuhan precavidos, pero no alarmados.
“Es normal verlos a todos con mascarillas, aunque algunos usan unas que no son las adecuadas”, reflexionó.