Los ticos pasaron de no conocer ni un caso sospechoso o confirmado de covid-19 en abril hasta enterarse de cuatro o más enfermos en su entorno en cuestión de siete meses por el avance acelerado del coronavirus en el territorio nacional.
A pesar de lo anterior, el comportamiento de la población frente a la enfermedad, de abril a noviembre del 2020, revela que la gente le perdió el respeto al virus, pues su percepción del riesgo varió en ese periodo incrementando su exposición.
La percepción sobre la posibilidad personal de contagiarse de coronavirus se ha mantenido constante en ese periodo, ubicándose en un nivel medio; no así la idea que tienen las personas sobre el riesgo que corren otros, que sí tiende a ser más alta que la apreciación del riesgo personal.
Además, aunque hábitos como el lavado de manos, el uso de la mascarilla, o evitar tocarse la cara se incrementaron sustancialmente en comparación con tiempos anteriores a la pandemia, a partir de setiembre comienzan a registrar una tendencia a la baja, aunque siempre dentro del rango de práctica de “más frecuente que antes”.
Un estudio internacional, en donde participaron 1.878 costarricenses (muestra acumulativa), dibuja la percepción de riesgo y el comportamiento de los habitantes aquí ante el coronavirus.
Titulado ‘Percepción de riesgo y comportamiento humano en el contexto de la pandemia del coronavirus’, el estudio se hizo de forma conjunta entre la Universidad Estatal a Distancia (UNED) y la universidad alemana de Konstanz. Costa Rica participó en una muestra internacional junto con otros 15 países, para un total de 51.380 participantes.
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En el caso costarricense, la muestra estuvo integrada mayoritariamente por mujeres (58%), personas solteras (59% del total), y un 57% de trabajadores asalariados o independientes. La edad mínima de los ticos consultados fue de 18 años, la máxima de 89 y la media de 33 años.
Esta colecta de datos se hizo entre el 13 de abril y el 19 de noviembre, con apoyo de los estudiantes del TCU-719 de la Universidad de Costa Rica (UCR) y del programa Becas DAES-UNED.
No es la primera vez que la UNED participa en un estudio sobre pandemias. Lo hicieron en el 2009, con la llamada gripe porcina, la influenza AH1N1.
FUENTE: ESTUDIO 'PERCEPCIÓN DE RIESGO Y COMPORTAMIENTO HUMANO EN EL CONTEXTO DE LA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS' UNIVERSIDAD DE KONSTANZ, UNED || Angela Avalos y JUAN ALPIZAR / LA NACIÓN.
Benicio Gutiérrez Doña, investigador principal del estudio para habla hispana, explicó que el modelo que se utilizó es de acción procesal en salud implementado, según dijo, para investigar las reacciones de las personas en fase pandémica y prepandémica. Este modelo se transforma en uno matemático.
“Pretendemos con esto medir los riesgos y la autoeficacia de una persona frente a una pandemia. La combinación de percepciones o riesgos son las que determinan que alguien adopte o no de forma sistemática las medidas de precaución”, explicó el especialista.
En este tipo de estudios, dijo, no es importante el tamaño de la muestra, que es acumulativa, con un mínimo de personas en cada punto de medición.
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En diciembre, Gutiérrez advirtió que el país se encontraba en un punto de quiebre frente a la pandemia, donde cualquier cosa que se hiciera en esos días y cómo se hiciera, significará ganancia o pérdida frente a la pandemia.
Las escenas recabadas en esos últimos días del año, con tumultos en sitios turísticos y cabeceras de provincia, hacen proyectar hoy a las autoridades sanitarias un posible incremento de infecciones y, en consecuencias, de número de hospitalizados graves y muertes para las próximas semanas.
Los datos del estudio de percepción arrojan, por ejemplo, un apoyo sustancial a las medidas dictadas desde el Poder Ejecutivo para contener y mitigar los efectos de la pandemia, que hasta agosto, inclusive entrado setiembre, eran consideradas como “muy efectivas”.
Sin embargo, el apoyo de la población a algunas de ellas, como el confinamiento domiciliar, el cierre de fronteras o la cancelación de eventos públicos, comenzó a caer en picada, situándose en un rango de percepción de “moderadamente efectivas”.
En una de las medidas más importantes, el distanciamiento físico, durante los siete meses analizados la gente disminuyó su percepción de estar “totalmente de acuerdo en que sea necesaria”, en abril, mientras aumentó su apreciación de “hace más daño que beneficio”, en noviembre.
Por lo anterior, los investigadores recomiendan que:
- Las autoridades de Salud y gobierno aborden la discrepancia en la percepción del riesgo entre las personas detectada en el análisis.
- Se debe atender la pérdida de credibilidad en la efectividad de medidas precautorias y en la percepción de sentirse protegido que se detectó en la población.
- Y reeducar urgentemente a las personas sobre los riesgos de contagio de diferentes enfermedades respiratorias y otras con impacto en la salud pública.
FUENTE: ESTUDIO 'PERCEPCIÓN DE RIESGO Y COMPORTAMIENTO HUMANO EN EL CONTEXTO DE LA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS' UNIVERSIDAD DE KONSTANZ, UNED || Angela Avalos y JUAN ALPIZAR / LA NACIÓN.