Sin importar si viaja en carro, bus o tren, los ticos que transitan por las ciudades sufren alta exposición a emisiones contaminantes que incluyen benceno, una sustancia tóxica que puede producir cáncer si las personas tienen contacto prolongado con ella.
Investigadores del Laboratorio de Química de la Atmósfera y la Escuela de Química de la Universidad Nacional (UNA) confirmaron que la mayor concentración de benceno en vías metropolitanas varía según el tipo de transporte (autobús, tren o automóvil) en tránsito lento, dada la gran cantidad de automotores que actualmente hay en circulación, lo cual impide transitar de manera más fluida.
Según el análisis, los niveles de exposición al benceno desde la ventana abierta de un carro en Costa Rica son semejantes a los que sufren pasajeros de autobús en Ciudad de México y, al compararse autobuses entre ambos países, la exposición en buses ticos es dos veces más alta.
Por razones de salud, la norma de calidad del aire 2008/EC/50 de la Unión Europea fija como límite para el benceno un tope de cinco microgramos por metro cúbico de aire (µg/m³).
El estudio de la UNA arrojó valores promedio de 22,3 µg/m³ para carros particulares sobre asfalto nacional (los buses en México rondan 19,1 µg/m³) y de 38,3 µg/m³ para autobuses locales.
En el caso del tren urbano de Costa Rica, el nivel promedio fue de 33,6 µg/m³. Trenes en Sídney (Australia) y Bangkok (Tailandia) rondan los 12 y los 31,2 µg/m³, respectivamente.
Las concentraciones son más altas en autobuses en comparación con carros en Costa Rica (38,3 frente a 22,3 µg/m³), pero en el tránsito de hora pico no hay diferencia: la exposición es igual, no importa si se va en bus o en carro, explicó Germain Esquivel, catedrático e investigador de la UNA y uno de los autores del estudio.
Cuando aumenta la velocidad (en tránsito normal o el fin de semana) sí hay una diferencia desfavorable para quien va en autobús, pues las concentraciones de benceno son mayores, advierte la publicación divulgada en la revista especializada Scientific Research.
“Esto pasa porque hay más carros que buses. Los segundos, por su altura, reciben en las presas todas las emisiones de los carros a un nivel más bajo en la calle. Esos gases, al subir desde los escapes al autobús, se van al interior de estos, pues suelen circular con las ventanas abiertas”, explicó.
Cancerígeno
El benceno es un hidrocarburo aromático que se usa como aditivo del diésel y las gasolinas importadas al país, indican datos técnicos de su composición de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope).
Está estrechamente ligado al cáncer. Se sabe hace más de un siglo que una exposición excesiva al benceno daña la médula ósea, al reducir las células sanguíneas y esto, en última instancia, provoca anemia aplásica. En datos más recientes se confirmó que puede producir uno o más tipos de leucemia.
El vínculo entre el benceno y el cáncer ha sido científicamente probado, al punto de clasificarse como cancerígeno por las principales organizaciones de salud del mundo, incluida la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El estudio de la UNA consistió en tomar muestras de aire en las mismas horas de tránsito (hora pico, tránsito normal y fines de semana) sobre rutas iguales para autobús y vehículos, así como una casi similar en tren (se impulsa con diésel).
Se seleccionaron tres trayectos: dos de 12 kilómetros, de Heredia a San José, para carros y autobús, y otro de 14 kilómetros desde la estación de tren de Heredia a la del Atlántico, en San José.
Este análisis determinó que un carro particular circula más lento que el autobús; incluso, al auto le toma 10 minutos más llegar de Heredia a San José.
El estudio stambién ugiere que esto se debería a un mayor número de vehículos pequeños que suelen tener más dificultad para abrirse paso y, mientras tanto, liberan más emisiones.
A enero de este año, había casi 1,8 millones de automotores en Costa Rica, según datos del Instituto Nacional de Seguros (INS) para el cobro del derecho de circulación.
Además, hay unos 5.000 autobuses de transporte público y 15.000 especiales, según la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep).
En el caso del tren que se impulsa con diésel, los niveles son más bajos frente a vehículos sobre asfalto, pero sí reporta cifras hasta dos veces superiores frente a países europeos.
“Atribuimos estos registros altos en el tren a que viaja cerca de zonas con alto tráfico vehicular”, comentó Germain Esquivel.
La velocidad a la cual se mueven los automóviles en hora pico, según la investigación, evidenció que nuncan superaron los 22 kilómetros por hora (km/h), lo cual influye en el uso del acelerador y el flujo de emisiones.
¿Cómo se hizo el estudio?
El muestreo del aire se realizó a lo largo de varios desplazamientos, entre julio, agosto y setiembre del 2014, pero Esquivel recalcó que las complicaciones del tránsito no han cambiado e, incluso, son más graves por el crecimiento de la flotilla vehicular y las presas en hora pico.
Las muestras se recolectaron en tres periodos diferentes: hora pico de la mañana (7 a. m. a 9 a. m.), tráfico normal (9 a. m. a 3 p. m.) y fines de semana. Siempre, los desplazamientos fueron simultáneos en autobús, tren y vehículo, de Heredia a San José.
“En los buses públicos en Costa Rica no se usa aire acondicionado y, por eso, las ventanas van abiertas. Entonces, conducimos el vehículo particular con ventanas abiertas. Esto fue parte del diseño experimental”, advierte el estudio.
Dentro de cada vehículo, las muestras de aire se recolectaron con bolsas especiales inertes cuyo contenido luego se analizó en pruebas de laboratorio.
Esas bolsas se iban llenando conforme avanzaba el trayecto mediante unas válvulas especiales, para que el proceso fuera uniforme a lo largo de la duración completa del viaje.
En el 2007, otra investigación de la UNA titulada Emisiones antropogénicas de compuestos para el aire en la Gran Área Metropolitana estimó en casi 528 toneladas anuales la cantidad de benceno arrojada al aire.