En sus 70 años de vida, Damaris Berrocal López nunca se había metido a una piscina. Esta vecina de Dos Cercas de Desamparados, al sur de San José, reconoció que la primera vez que lo hizo su experiencia fue enormemente placentera y la disfrutó al máximo.
Inicialmente, cuenta, experimentó un poco de miedo, pero luego se acopló y logró realizar todos los ejercicios indicados por Vasty Orozco, instructora de la academia de natación Aquatica.
Esta mujer, viuda y con tres hijos, empezó a realizar diferentes cálculos para ingresar a una academia o asistir a la Villa Olímpica de Desamparados, pues quería recibir los beneficios del ejercicio en el agua.
En esta sesión también participó Carmen Solano, de 77 años, otra ciudadana de oro, a quien la médica del Ebáis le aconsejó nadar para tratar sus padecimientos, entre ellos osteoporosis. “Quedé flojitica”, dijo Carmen al salir de la piscina; ella tiene tres años de no nadar.
Damaris y Carmen están entre las 23 adultas mayores que participaron en la sesión de ejercicios en el agua que forma parte de la campaña SIGA, que arrancó el 28 de julio para motivar a esa población a seguir activa. Ellas vivieron con mucho entusiasmo la experiencia.
La campaña es promovida por diversas organizaciones, entre ellas el Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología (HNGG), el área de Ciudadano de Oro, la Asociación Pro Hospital Geriátrico (Apronage) y el Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (Conapam).
También están la Asociación Gerontológica Costarricense (Ageco), Imagen Corporativa (Imacorp), el Programa Institucional del Adulto Mayor (PIAM) de la Universidad de Costa Rica (UCR), la academia de natación Aquatica y la Biblioteca Nacional. Las actividades de la campaña se prolongarán hasta fin de año, con especial énfasis en octubre, mes del adulto mayor.
Una práctica ideal
Milena Bolaños Sánchez y Marvin Araya Abarca, directora del HNGG e instructor del área de Ciudadano de Oro de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), respectivamente, presenciaron con gran satisfacción el jolgorio que tenían las mujeres que disfrutaron a lo grande esos minutos en la piscina, pues el agua, además de generar grandes beneficios físicos, produce un bienestar psíquico, emocional y social.
Bolaños y Araya consideran que la movilización en el agua es uno de los ejercicios más nobles y recomendados para la población adulta mayor, pues les permite ejercitarse y tonificar los músculos por la resistencia que produce el agua en las diferentes partes del cuerpo.
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Otras de las ventajas apuntadas por Bolaños es que en el agua la persona puede ejercitarse con un impacto muy bajo en sus ligamentos, tendones, músculos y articulaciones.
Araya Abarca explicó que para la población adulta mayor los ejercicios en el agua ofrecen un incontables beneficios, entre ellos:
- Mejora el equilibrio y la coordinación corporal.
- Favorece la circulación sanguínea.
- Se produce un mayor control de la presión arterial.
- Produce una mejoría en pacientes que tienen lesiones musculares, óseas y articulares.
- Permite a las personas ejercitarse, socializar y disfrutar.
Según Yendry Delgado, instructora y gerenta de Aquatica, la densidad del agua produce en las personas una sensación de placer que promueve la relajación.
Cualquier actividad física que se realice, expresó, es muy importante. No obstante, la natación y los ejercicios en el agua tienen la ventaja de que la persona puede movilizarse protegiendo las diferentes partes de cuerpo pues el agua funge como amortiguador.
Bolaños y Araya coincidieron en que este tipo de práctica debería estar recomendada para toda la población, pero en especial para los adultos mayores, con el fin de incrementar su capacidad funcional y su independencia.