Los transportistas de carga por Centroamérica originaron al menos 38 contagios de la covid-19 en Costa Rica en los últimos 11 días.
Ahí se incluyen dos conglomerados: un solo chofer infectó a 17 personas en Guanacaste y otro enfermó a cuatro personas en Naranjo, Alajuela.
También hay 11 traileros extranjeros con el virus que permanecen aislados en un centro en San José porque aunque Costa Rica les impidió el ingreso por la frontera, Nicaragua no los aceptó de vuelta por ser de otros países.
Además, se dio un caso inédito: un chofer enfermo entró desde Nicaragua por el paso fronterizo Las Tablillas, en Los Chiles, y viajó hasta Sixaola, en la frontera con Panamá y pese a que por la gran distancia tuvo que hacer paradas, no habría infectado a ninguna otra persona.
Los 38 casos que originaron los transportistas en 11 días representan el 12% de los 305 casos de la enfermedad que a este martes estaban activos en el país, según las cifras dadas a conocer por el Ministerio de Salud.
‘La ruta que tomó Costa Rica es priorizar la salud y vida’
En las últimas dos semanas, se suman otros 50 transportistas extranjeros a los que no se les permitió entrar por fronteras pues dieron positivo a la prueba de covid-19.
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Si se cuantifican los que no ingresaron y los 11 que sí, son 61 choferes foráneos detectados con la enfermedad producida por el nuevo coronavirus desde el 9 de mayo.
Con base en esos datos de tantos enfermos y contagios, el ministro de Salud, Daniel Salas, justificó las medidas de control sanitario que impuso Costa Rica en sus fronteras para impedir la entrada del virus desde países vecinos.
Esas medidas llevaron a Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, a cerrar su frontera a manera de represalia.
Empero, Salas advirtió que los transportistas representan en este momento un alto riesgo porque la curva de casos de covid-19 volvió a aumentar. En dos meses y medio se han registrado 882 contagios, de los cuales 577 (65%) pacientes lograron recuperarse y están activos los 305.
Admitió que los controles fronterizos pueden generar molestia (en empresarios y gobiernos vecinos) que cuestionan el impacto en las importaciones y exportaciones, pero el interés es proteger vidas.
“La ruta que tomó Costa Rica es priorizar la salud y vida de las personas en primera instancia. Sabemos que el impacto económico y social tiene repercusión, lo sabemos, pero no queremos que se mueran cantidad de personas por día porque no tienen acceso a una unidad de cuidados intensivos”, dijo.
“Estamos comprometidos con el bienestar de las y los costarricenses y tomaremos las medidas que sean necesarias para esta protección. Claramente no es nuestra intensión truncar el comercio regional, por ello agradezco el trabajo valioso que conduce COMEX en el diálogo con sus pares centroamericanos, con el fin de avanzar en soluciones”, agregó.
Medidas con transportistas
Hasta el momento el país tomó dos medidas para tratar de disminuir el riesgo que representan.
1. La primera fue una instrucción de Salud dada el 8 de mayo, según la cual, ningún transportista entraba hasta que la prueba diera negativa.
Sin embargo, cuando los números de casos positivos comenzaron a abultarse, la decisión fue más drástica. El 15 de mayo se emitió una directriz según la cual no se permitiría el ingreso de conductores extranjeros.
A cambio se propuso una estrategia de enganche y desenganche de los contenedores con mercadería, para que pudiera seguir su curso por la región, pero con cambio de conductores.
2. La otra vía fueron los convoyes de 50 furgones que van de frontera a frontera escoltados por policías, los que asegurarán que no habrá desvíos ni contactos.
Sin embargo, la acciones levantaron reclamos de importadores, exportadores y empresas de transporte de toda la región.
La situación llevó a líderes empresariales del sector exportador centroamericano a solicitar a Costa Rica la suspensión de las medidas sanitarias en las fronteras terrestres por afectar la fluidez del comercio de mercancías.
Laura Bonilla, presidenta de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco) pidió que se haga un balance entre salud y economía.
Sin que el país eche atrás con las medidas sanitarias, se mantiene un diálogo con gobiernos de Centroamérica y se creó un grupo de trabajo para buscar mecanismos para mantener el comercio regional, informó la ministra de Comercio Exterior, Dyalá Jiménez.
La idea es que para el próximo lunes ya se tenga un protocolo.
“Explicamos que la orden nunca fue cerrar las fronteras, dispusimos de oportunidades o posibilidades para operativizar la entrada de cargas y no frenar el comercio. La región manifestó su rechazo a que esa medida fuese la mejor”, declaró.
El ministro de Seguridad Pública, Michael Soto, fue enfático en que Costa Rica mantiene abiertas sus fronteras y que son “circunstancias de países vecinos” las que impiden que fluya el tránsito, en referencia al cierre en Peñas Blancas ordenado por el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, en respuesta a las medidas sanitarias ticas.
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“Estamos dispuestos a hacer el esfuerzo para que esto funcione. Hay algún tipo de negociación para buscar alguna otra estrategia que nos garantice que el tema sanitario puede ser óptimamente protegido”, dijo.
Curva en crecimiento
La preocupación del ministro de Salud con los transportistas internacionales es que sus números pesan en el aumento de casos en los últimos días, cuando la curva vuelve a levantarse, justo en momentos en que se implementan medidas de flexibilización en comercio y recreación.
Por ejemplo, al revisar los promedios semanales es evidente. Del 24 al 30 de abril hubo 34 casos nuevos. En los siguientes siete días aumentaron a 46; entre el 8 y el 14 de mayo subieron a 65 , mientras que del 15 al 19 ya van 52.
En síntesis, dijo: “La cantidad promedio de casos por semana está aumentado. Nos preocupa ese incremento”.
También alertó: “Ya empiezan a darse más casos de contagiados con respecto a los que se van recuperando”. Este martes hubo 16 casos nuevos y solo dos recuperados con respecto al día anterior.
Ante estas circunstancias, dijo, “no se puede dejar ningún flanco descubierto”.
Explicó que con los transportistas internacionales se da otro reto: el periodo de incubación del virus va de dos a 14 días, por lo cual, en la frontera la prueba puede dar negativo, pero una vez ya de viaje por carreteras del país pueden presentarse los síntomas.
“Una persona que sale negativa no es sello de garantía de que no va a tener en los siguientes días una positividad, porque el periodo de incubación se puede extender hasta 14 días, el promedio es de 5 días”, agregó.
Por esa razón, dijo, se debe ser “muy agudos y muy estrictos y muy responsables” con las medidas sanitarias con los traileros.
Advertencia a sindicalista
Salas también fustigó este martes la realización de manifestaciones como la registrada frente al Congreso en horas de la mañana, con participación de alcaldes y miembros de sindicatos.
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Como lo hizo el lunes con los ciclistas, advirtió que la Ley General de Salud le permite imponer multas. En esta ocasión, sería a participantes en estas actividades que no respeten la distancia de 1,8 metros, ni utilicen dispositivos de protección.
Esas multas pueden ser de hasta un salario base, que es de ¢450.000.
Asimismo, recordó que no se puede alzar la voz porque eso hacer que sea mayor la expulsión de gotitas de saliva que pueden transmitir la covid-19.
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Salas también llamó a la responsabilidad en las viviendas, pues al ser sitios privados, ahí las autoridades de salud no pueden ingresar o imponer multas.
Aseguró que se mantiene vigilancia de las comunidades de alta densidad poblacional como el caso de La Carpio, en La Uruca, donde este domingo se sacaron 20 enfermos para trasladarlos a un centro para que cumplan cuarentena en condiciones adecuadas.
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La Carpio, donde viven unas 18.000 personas, es una de 33 comunidades en la mira de Salud. Allí se han identificado dos conglomerados.
En esas comunidades se realizan, en cada una, al menos 30 muestras por semana para establecer si hay presencia o no del virus.