La Escuela de Medicina de la Universidad de Costa Rica (UCR), responsable por ley de elaborar la prueba de equiparación a los médicos graduados en el extranjero, defiende la rigurosidad y calidad de esta evaluación, realizada anualmente a quienes están interesados en ejercer esta profesión en el país.
La directora de esa Escuela, Lizbeth Salazar Sánchez, y el decano de la Facultad de Medicina de esa Universidad, Fernando Morales Martínez, afirman que el examen es un instrumento que garantiza la calidad de la Medicina que se practica en el país.
Salazar y Morales salen al paso de críticas hechas por doctores especialistas extranjeros, quienes aducen que este examen está hecho para que nadie o muy pocos lo aprueben, a pesar de ser profesionales con muchos años de experiencia en el ejercicio de la Medicina en sus respectivos países.
Entre ese grupo están los contratados por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) para atender la crisis de especialistas que se generó en los hospitales regionales en el 2016 y a quienes el Colegio de Médicos no extendió el permiso temporal a finales de enero anterior, porque no pasaron la última de estas pruebas, efectuada en octubre del 2018.
Uno de los médicos que critica el instrumento es el neurocirujano venezolano Rafael Guzmán Tovar. Él es graduado de la Universidad de los Andes y estudió su especialidad durante seis años en Lyon, Francia.
“No puede ser que solo uno haya ganado la prueba (del 2018). El examen está hecho intencionalmente para perderlo”, criticó el especialista, quien laboró en el Hospital Monseñor Sanabria, en Puntarenas, hasta que el Colegio de Médicos no le renovó su permiso de trabajo.
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El ministro de Salud, Daniel Salas Peraza, intervino a inicios de esta semana a favor de este grupo en una carta dirigida al presidente de ese Colegio, Luis Carlos Pastor Pacheco, a quien solicitó ampliarles el permiso temporal debido a las necesidades que todavía enfrentan hospitales de la Caja.
Hasta ahora, el Colegio mantiene firme la decisión de no extender el permiso mientras no ordenen su situación aquí, y esto incluye realizar el examen de equiparación.
Un grupo de siete de estos profesionales, entre quienes está Guzmán, interpuso una medida cautelar en enero para revertir la prohibición del Colegio. El asunto aún está en estudio del Tribunal Contencioso.
Asegurar la calidad profesional
La UCR está obligada por la Ley Orgánica del Colegio de Médicos y Cirujanos (número 3019) a efectuar ese examen como parte del proceso de equiparación de atestados.
Es una prueba que se realiza una vez al año, de tres horas de duración, con 100 preguntas las cuales evalúan los conocimientos básicos en Medicina General.
Los médicos extranjeros, por más especialidades y subespecialidades que sumen, también tienen que realizarla para incorporarse primero como médicos generales y poder trabajar en el país.
La elaboración de la evaluación consume entre seis y ocho meses, porque cada año se hace una nueva.
Todo el proceso, implica, al menos, 15 pasos diferentes, entre los que se incluye la construcción de cada una de las 100 preguntas que lo integran, varias pruebas con grupos de estudiantes y médicos, y hasta una revisión filológica.
La UCR pone a disposición de los candidatos, con tiempo suficiente según aseguran, toda la bibliografía de la Biblioteca de Ciencias Médicas, con acceso gratuito. Solo dos de los 83 convocados en la prueba del 2018, hicieron uso de esos materiales para prepararse para el examen.
En el 2014, únicamente el 8% de quienes se presentaron a la prueba la ganó. En el 2015, ese porcentaje fue de un 20%; en el 2016 se registró la mayor promoción con un 52%, pero luego bajó a un 24% el siguiente año, y en el 2018 solo un 1% de los que la hicieron la aprobó (datos preliminares, pues están pendientes las apelaciones).
Lizbeth Salazar asegura que es muy posible que los candidatos no tomen la evaluación con la suficiente seriedad que esta demanda. Esta podría ser una de las causas de la alta reprobación. “Parece que llegan a ‘batear’”, afirmó la médica.
Muestra de esto es el alto ausentismo en los exámenes, que ha alcanzado en algunos años hasta el 60% de los convocados.
“Ejercer es equiparar y se equipara contra el currículo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Costa Rica, que es reconocida internacionalmente y que forma con excelencia académica”, aclaró la directora de la Escuela.
De acuerdo con datos del QS World University Ranking, facilitados por esa escuela, la UCR está en el puesto 501 entre más de 50.000 universidades en todo el mundo, y es la número 19 de América Latina.
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“El ranquin internacional cuenta mucho. La UCR debe asegurar que a quienes equiparará el título tienen su mismo nivel”, afirmó el decano de Medicina, Fernando Morales.
De los 65 médicos que realizaron la prueba en el 2018, 26 estudiaron en universidades venezolanas.
La que mejor está ubicada en ese ranquin mundial es la de Los Andes, en el puesto 1.603, pero hay otras, como la de Francisco de Miranda, que está en el 6.685, informó Juan José Cordero, miembro de la Comisión de Credenciales de la Escuela de Medicina.
Ninguna de las dos universidades de las que se graduaron los 19 médicos en Cuba que hicieron el examen de equiparación en el 2018 aparece siquiera en el QS World University Ranking. Se trata de la Escuela Latinoamericana de Medicina, y del Instituto Superior de Ciencias Médicas, informó Cordero.
La Comisión de Credenciales de la Escuela de Medicina es la responsable de evaluar los atestados aportados por los profesionales graduados en el exterior y tienen que ser equiparados con el nivel en el que está la UCR.
Cordero dijo que el proceso de equiparación es complejo y extenso y se inicia cuando los candidatos presentan los documentos en el Consejo Nacional de Rectores (Conare).
“Cuando la gente habla de esto piensan que solo se trata de presentar documentos. De Conare los documentos pasan a la Oficina de Registros de la UCR, que nos los envía a nosotros, a la Escuela de Medicina. Aquí, nos sentamos, uno a uno, a revisar cada expediente, con programas y cursos, porque hacemos un cuadro de equiparación”, explicó Cordero.
Para la UCR, el examen de equiparación protege la atención que recibirá, en algún momento, la población costarricense.
“Los permisos del Colegio de Médicos no se estaban dando conforme a la ley. Llegaba alguien y se ponía a trabajar sin pasar por una evaluación para ver si tenía los conocimientos básicos. Puede venir con todos los títulos que quiera, pero hay que comprobar.
“Equiparar el título de médico significa que a esas personas se le da un título de la UCR, como licenciado en Medicina y Cirugía, bachiller en Ciencias Médicas y doctor profesional de la Universidad de Costa Rica, que es la 501 del mundo y la 19 de América Latina. Esto para una universidad muy joven que compite con otras de 200 años de historia, y la nuestra apenas 75 años”, agregó Cordero.