Marta Vargas González, quien se convirtió en la primera mujer en graduarse como geriatra en Costa Rica, fue quien sembró la semilla de lo que hoy, casi 30 años después, es el Programa de Hospitalización Domiciliaria para adultos mayores del Hospital Calderón Guardia.
Este fue el primer servicio en su tipo en el país. Hoy atienden hasta 500 viejitos a quienes se les dificulta el traslado al hospital por sus problemas de movilidad causados por sus enfermedades. Según la enfermera Nieves Monge Fonseca, coordinadora del programa, otros centros de salud del país y de Latinoamérica han seguido el ejemplo de este exitoso modelo.
Los médicos María Rodríguez y Douglas Loría, y la enfermera María Mendoza, forman parte del personal especializado en la atención de ancianos que no pueden moverse para ir a un hospital. Los derrames cerebrales y las complicaciones de la diabetes están entre las causas más comunes para que un adulto mayor quede postrado en una cama. El Programa de Hospitalización Domiciliaria del Calderón Guardia visita a los ancianos en sus casas, cumpliendo con las citas programadas para su atención por los especialistas. El 9 de setiembre, se realizó una de esas visitas a un barrio josefino de la zona de referencia del Calderón. (Adrián Soto)
Para el equipo es fundamental contar con el apoyo y la participación de la familia del enfermo. Hijos y sobrinos de Isabel Jiménez estuvieron presentes en la consulta que le dieron médicos y enfermeras. El equipo solo visita pacientes referidos por el servicio de Geriatría del hospital Calderón y que cumplan con los requisitos para formar parte del programa: tener 65 o más años; no poder moverse y vivir en la zona de referencia de ese centro de salud, que incluye barrios josefinos como Quesada Durán, Luján, Escalante, y los cantones de Moravia, Curridabat y Montes de Oca, entre otros. (Adrián Soto)
El programa nació en 1987, debido a que el Calderón tenía que enviar a adultos mayores enfermos a alguno de los salones que alquilaba al hogar de ancianos Carlos María Ulloa para que estuvieran allí mientras necesitaban tratamiento. Eran pacientes que no podían ni estar en su casa porque requerían atención especial, ni tampoco en el hospital, donde ocupaban una cama que necesitaba un paciente agudo. Cuando el contrato con el hogar terminó, se buscaron las condiciones para montar un plan de visita al enfermo en su casa. Así surgió el programa que hoy beneficia a Isabel Barboza. (Adrián Soto)
El escenario hospitalario se cambia por la casa, explicó la enfermera Nieves Monge. "Es un brazo de atención hospitalaria con las limitaciones que eso supone por atender una persona en casa. Tenemos una visita médica instaurada con médico especialista en Geriatría y Gerontología, y Medicina Familiar. Es como si viniera al hospital pero en su propio hogar", explicó. Así fue como Isabel Barboza fue atendida en casa. La observa su hija María Eugenia Rojas. (Adrián Soto)
El principal requisito para formar parte de este programa es que el viejito tenga lo que los especialistas llaman 'pérdida funcional severa': una inmovilización extrema de su cuerpo que le impide ir al hospital. Muchos de estos 500 pacientes viven con secuelas de derrames cerebrales, cardiopatías graves, trastornos severos de la marcha y requieren cuidados más complejos, como uso de sondas y curación de úlceras por presión. Como parte de la visita a Isabel Barboza se le tomaron muestras de sangre. (Adrián Soto)
Las enfermeras dan apoyo al cuidador en temas como el manejo de úlceras y sondas. La médica María Rodríguez revisó a Isabel Jiménez, quien es cuidada por su sobrina Elena Alcázar. El respaldo al encargado de cuidar al paciente es fundamental dentro del programa. Los médicos puede hacer de cuatro a seis visitas al año a un solo paciente. Pero si este requiere cuidados más seguidos, como la curación de úlceras profundas, se pueden programar visitas más seguidas del equipo de enfermería. (Adrián Soto)
La visita incluye, en no pocas ocasiones, la revisión del esquema de medicamentos que toma el paciente. Para esto, tienen el apoyo de farmacéuticos. El control es estricto, dice Nieves Monge, pues en no pocos casos se han encontrado familias que guardan medicamentos y no los dan, o que no cumplen con el retiro de las recetas. En estos casos, interviene otra parte del equipo: Trabajo Social. (Adrián Soto)
La revisión de cualquiera de los pacientes pasan por médicos médicos especialistas, enfermeras, trabajadoras sociales, psicólogas y odontólogas. Para la visita cuentan con apoyo de dos vehículos, que se trasladan a toda la zona de referencia del hospital. (Adrián Soto)
En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.