Es cierto que María Lidia Morales no se iba a morir por la telita que le estaba cubriendo el ojo izquierdo. Pero la verdad es que ella se sentía como si se estuviera muriendo.
“Casi no podía ver. Me enchilaba mucho la luz, aparte de que se me veía horrible, como rojo vivo. Sentía piedras en el ojo y me lloraba a cada rato”, relata esta cocinera de oficio.
El problema que Morales tenía se llama pterigión.
Se trata de un tumor benigno que, por lo general, se origina en la conjuntiva y se expande lentamente. Por el color que le impregna al globo ocular, también se le conoce como carnosidad del ojo.
No es una urgencia quirúrgica en los hospitales públicos, según admitió María Eugenia Villalta, gerenta médica de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
A María Lidia Morales Quirós se le formó un pterigión en su ojo izquierdo.
Sin embargo, cuando las jóvenes a quienes crió en su época de trabajadora doméstica se enteraron del sufrimiento que cargaba, le dieron de regalo de Navidad una operación en una clínica privada.
La operación fue a finales del 2015, el mismo año en que le programaron la cita con el oftalmólogo del Hospital Max Peralta, en Cartago, para marzo del 2021.
LEA: Ceguera amenaza a miles que esperan primera cita con oftalmólogo en CCSS
Esperar ceguera. El calvario de la cocinera comenzó en el Ebáis de Loyola, un barrio de Cartago, camino al Irazú.
“El doctor que me atendió fue un descortés. Me dijo: ‘Nada gano yo con mandarla a operar si eso se vuelve a hacer’. Me dijo que me operaban cuando casi estuviera ciega”, recuerda María Lidia.
Ahí fue cuando intervinieron con su regalo de Navidad las jóvenes a quienes crió de pequeñas porque su baja condición económica le impedía hasta sacar un préstamo para pagar por aparte para que le quitaran esa molestia.
“En febrero del 2015, me operé en un hospital privado. Si no hubiera sido por esto, estaría sentada esperando.
“Lo que sí voy a hacer es aprovechar la cita del 2021 porque se me está haciendo otro (pterigión) en el ojo derecho”, comentó en son de broma, pero también muy en serio.
La referencia que le enviaron en el 2015 la guarda celosamente en alguna gaveta de la casa y, según sostuvo, la sacará cuando llegue el momento oportuno.
Esta cocinera padece, además, de fibromialgia, un padecimiento de causa desconocida que provoca dolor en los músculos y cansancio permanente.
Como cartaginesa que es, su hospital de referencia es el Max Peralta. El ultrasonido que necesita para definir el siguiente paso en el tratamiento de esta otra enfermedad se lo enviaron para el 2018... y se suponía que también era urgente.
Pero ella asegura que su historia no es única.
En ese mismo hospital, según dijo, devolvieron a un hermano suyo con un diagnóstico de infección urinaria.
Pocas horas después, el hombre, de 63 años, entró con un infarto al Hospital Calderón Guardia, del cual, dichosamente, salió vivo.
ADEMÁS:
CCSS lleva más de 20 años sin resolver listas de espera