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Cada vez que Isaac Muñoz Bonilla se resfría, sus cuatro hermanos mayores caen en una angustia tremenda.
La más reciente fue en enero, y aunque no terminó en el hospital, la emergencia mantuvo desvelada a toda la familia durante varias semanas.
Yiyi, como cariñosamente le llaman a Isaac, es una persona con síndrome de Down, una condición genética que lo hace muy vulnerable a cualquier enfermedad respiratoria.
Ellos también traen desde su nacimiento padecimientos del corazón y su sistema inmune no es todo lo fuerte que se necesita.
Isaac ya sobrepasó la barrera de los 40 años; cumplirá 42 en agosto. A partir de esa edad, incluso un poco antes, las personas con este síndrome empiezan a envejecer aceleradamente; hasta 15 y 20 años antes de lo que lo hace una persona sin Down. Yiyi ya empezó a envejecer como lo haría alguien de 60 años o más.
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Por casos como el de este vecino de Vázquez de Coronado, en San José, es que la Asociación Síndrome de Down Costa Rica (Asidown) ha venido solicitando, desde diciembre, la incorporación de personas en esta condición en los primeros grupos para vacunar contra la covid-19.
Las peticiones se las han hecho llegar tanto al ministro de Salud, Daniel Salas Peraza, como al presidente ejecutivo de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Román Macaya Hayes.
También las han dirigido a miembros de los equipos técnicos de la Comisión Nacional de Vacunación y Epidemiología, del Ministerio de Salud, y del Programa Ampliado de Inmunizaciones de la CCSS.
Hasta ahora, oficialmente no les han contestado, confirmó Rosette Kleiman Neuman, presidenta de Asidown.
Por su condición de envejecimiento prematuro, la CCSS aprobó la pensión a los 50 años y con 180 cuotas para las personas con síndrome de Down, en agosto del 2017.
En ese momento, Fernando Llorca Castro, entonces presidente ejecutivo de la CCSS, calificó la decisión como “histórica”.
“No es un privilegio el que estamos dando para un grupo de trabajadores con distinta capacidad. Es un ajuste de la edad de acuerdo a una condición genéticamente definida, porque su condición no es resultado de una elección, ni una influencia del ambiente, ni una condición influenciada por aspectos sociales o económicos”, expresó Llorca en 2017.
“Están incluidos”, dice Salas
La vacunación contra la covid se ha concentrado en estos primeros tres meses en el grupo uno (adultos mayores de hogares, trabajadores de esos centros y personal de primera línea de atención de la pandemia), y grupo dos de priorización (personas de 58 años y más, sin importar su condición de riesgo).
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Asidown pide incluir en los cinco grupos prioritarios a todos los de 18 y más con síndrome de Down, y dar prioridad entre los primeros grupos a personas como Isaac Muñoz, con envejecimiento prematuro por su condición.
Una de los hermanos mayores de Isaac Muñoz, Marta Elena, reconoce la preocupación de que ni una sola de estas personas haya sido vacunada contra esa enfermedad.
“Como ciudadana lo comprendo: no hay vacuna para tanta gente, es totalmente entendible. También entiendo que las autoridades de Salud están haciendo su mejor esfuerzo, pero también a mí me invade un gran temor como hermana de Yiyi, porque yo no quiero verlo con covid. ¡A Yiyi hay que vacunarlo!”, solicitó Marta Elena Muñoz.
Asidown calcula que en Costa Rica hay alrededor de 5.000 personas con síndrome de Down de todas las edades.
Desconoce cuántas pueden ser mayores de 18 años y el número de quienes puedan estar en edades similares o mayores a las de Isaac.
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“Una persona con síndrome de Down de 40 años tiene un riesgo incrementado similar al de alguien casi 30 años mayor, y en conjunto tienen el triple de probabilidad de desarrollar una enfermedad severa o de fallecer”, explicó Asidown en una de las cartas a las autoridades de Salud, del 23 de febrero.
Citan como fuente de esos datos a la Sociedad Científica Internacional T21RS.
“Desde Asidown hemos venido no solo realizando la petición a las autoridades estatales involucradas en la toma de decisiones en esta materia, sino justificando con evidencia científica internacional la razón de nuestra petición”, reiteró Kleiman.
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El ministro de Salud, Daniel Salas Peraza, en la conferencia de prensa del 12 de abril anterior, confirmó que la Comisión Nacional de Vacunación ha estado analizando la información sobre mortalidad y morbilidad más graves.
Salas aseguró que todos esos grupos se han considerado dentro de los cinco definidos como prioritarios: “Claro que están dentro de los grupos, en algún momento se van a vacunar”, dijo.
Las personas con síndrome de Down no son las únicas que han solicitado algún grado de prioridad en este proceso. Personal médico que labora en servicios privados y odontólogos han solicitado también estar entre los primeros.
Hasta ahora, Costa Rica ha recibido poco más de un millón de dosis de la vacuna, principalmente de la desarrollada por Pfizer-BioNTech.
La CCSS, responsable de la colocar estas dosis en sus centros de salud, reportó 586.799 dosis aplicadas hasta este 12 de abril.