Alexánder Arrieta, de 41 años, intentó llevar a su esposa a punto de dar a luz al hospital el pasado lunes, pero un grupo de manifestantes les impidió el paso en El Tanque en La fortuna de San Carlos.
No contentos con eso, les quebraron los vidrios del carro ante la insistencia de él de querer pasar y ante el estado de la mujer, quien presentaba sangrado y fuertes dolores. En la vía, había una patrulla y no hicieron nada, dijo.
Arrieta relató que su esposa, María Luisa Flores, de 34 años, entró en labor de parto la tarde de este lunes pero no había ambulancias disponibles debido a los bloqueos.
Entonces, él decidió trasladar a su esposa en su vehículo al Hospital de San Carlos, pero, al llegar al bloqueo del El Tanque, cerca de las 5:15 p. m., le pidió a dos jóvenes que le cedieran el paso pues su esposa se encontraba en labor.
“Me dicen que ocupo un papel de la clínica, le vuelvo a explicar que ya está la fuente rota con sangrado y dolores y que es ilógico que me pidan un papel y que me devuelva para La Fortuna.
"Uno de ellos me dijo que ella tenía la panza muy pequeña y no creía que iba a dar a luz. El otro se fijó y dijo ‘yo tengo dos hijos y sé perfectamente cuando una mujer se va a mejorar'. Me quedé impactado, pensé que me estaba vacilando.
"Me dijo que para creerme tenía que traer un papel de la clínica o si no, no iba a pasar. Yo me enojé y eché en marcha el carro, pasé por una lata de cinc que tenían, y, al avanzar tres metros, los dos jóvenes me quiebran los vidrios traseros, aún sabiendo que estaba una mujer embarazada a bordo” relató Arrieta.
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El hombre comentó a La Nación que los vidrios que rompieron le cayeron a su esposa en la cara y el cuerpo.
“Había vidrios por todo el interior del carro y no podía moverme. Había un grupo de colegiales, que andaban con garrotes y todo, cuando vieron que esos dos muchachos golpearon el carro, se vinieron todos en manada, de chingue, copiando.
"Ellos vinieron del lado del acompañante donde estaba mi esposa y comenzaron a golpear el carro. Ella daba gritos. Rompieron el carro del lado de ella.
"Me bajé del carro, yo pegaba gritos y gritos, diciéndoles a los colegiales que había una mujer embarazada. Les tuve que abrir el carro para que la vieran, pues los vidrios del acompañante eran polarizados.
"Algunos de ellos andaban con la mamá y el papá, pero, al ver la torta, se fueron desapareciendo. Las personas de las casas salieron a darle agua a mi esposa; la gente del pueblo le quitaba los vidrios de encima”, relató el vecino de San Carlos.
Indicó que un lugareño les prestó un carro para llevar a su esposa de vuelta a la clínica, pues igual no los dejaron pasar. Él la siguió en su carro destruido. Ya en la clínica, había una ambulancia que la trasladó al hospital inmediatamente.
“El señor me hizo el favor de llevarme en su carro detrás de la ambulancia. Mi hijo, Josué, nació hoy (martes) a las 6:15 a. m.
"Se le complicó a mi esposa tener al bebé, entró en una crisis nerviosa mi señora, por todo lo que pasó, no podía tenerlo. La dejaron una noche más en observación. Mi carro, destruido, quedó en la clínica. Estoy agüevado, indigando, no puedo explicarlo. Es algo increíble”, dijo.
Arrieta añadió que todavia está en el Hospital de San Carlos y que, apenas salga, va a poner la denuncia usando como evidencia los videos, testigos y fotos.
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“A los padres de esos jóvenes espero que se hagan responsables de lo que sus hijos hicieron. En este momento, no tengo trabajo y tengo un recién nacido y responsabilidades.
"Yo quiero ver quiénes se harán responsables de los daños del carro y dénle gracias a Dios que mi familia está bien. Solo espero que esos irresponsables paguen los daños, se los cobraré. Esos irresponsables son los que le enseñan a sus hijos a ser así de inútiles”, dijo Arrieta.