Si la doctora Olga Arguedas Arguedas tuviera hijos en edad escolar, sin duda los enviaría a la escuela y al colegio, asegurándose, eso sí, de que la institución educativa cumpla con los protocolos para bajar el riesgo de contagio de la covid-19.
La directora del Hospital Nacional de Niños ve más beneficios que desventajas en el retorno presencial a las aulas, a partir del 8 de febrero, y recomienda a los padres de los menores algunas medidas básicas para que ese regreso sea lo más seguro posible.
“Si logramos una comunicación transparente y articulada entre papás y escuelas, muy probablemente los beneficios desde la perspectiva educativa y de la salud mental serán mucho mayores que las desventajas”, dijo la pediatra inmunóloga en entrevista con La Nación.
– Hay papás y mamás que no quieren enviar a sus hijos, niños o adolescentes, a las aulas. A esta altura de la pandemia, ¿qué mensaje les envía a quienes tienen ese pensamiento en mente?
– Con absoluto conocimiento de causa aseguramos que la escuela es fundamental para el desarrollo de los chiquitos. No solo para el conocimiento, sino para el fortalecimiento de aspectos emocionales, nutricionales, de actividad física. Lamentablemente, en esta época de pandemia, hemos visto alteraciones muy importantes en la salud mental de los niños. Creemos que deben regresar a la escuela, evidentemente con todos los protocolos del caso.
“La escuela usualmente es un sitio más seguro que la casa para aquellos papás que ya deben incorporarse a labores presenciales. No es una buena alternativa dejarlos solos en la casa, con niños cuidando otros niños o con un cuidador que no es confiable”.
– Si usted tuviera hijos en edad escolar o colegial, ¿los enviaría a clases?
– Sí. Por supuesto que con una revisión muy cuidadosa de que cada centro educativo cumpla con los protocolos.
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– ¿Qué recomienda para los papás de menores con alguna enfermedad de fondo?
– A los papás de niños con alguna condición lo primero es que le consulten al médico a cargo del cuidado de su niño si tiene condiciones o no para volver a clases presenciales. Cuando hablamos de enfermedades de fondo, en Pediatría no se ha logrado determinar con certeza que todas sean factores predisponentes para una evolución más grave de la covid. Gracias a Dios, los niños se enferman de una manera más benigna que los adultos.
“Pero hay algunos que tienen trastornos en su sistema de defensas, con problemas en el corazón, los niños con parálisis infantil o quienes tienen enfermedades respiratorias crónicas: esos son otra categoría de riesgo. Pero hay que individualizar casos. Mi recomendación con los niños así es que los padres le pregunten siempre al médico tratante”.
– Cómo médica pediatra con una subespecialidad en Inmunología, ¿qué piensa sobre la decisión país de regresar a clases, en combinación presencial y virtual, a la vuelta de pocos días?
– Pienso que ya era una medida necesaria. El país tiene muchas fortalezas para poder seguir adelante con este plan. Hemos mostrado que el sistema de salud es suficientemente robusto. El grueso de la población ha sido muy receptiva con las medidas de prevención. Creo que no podemos retrasar el regreso de los niños a la escuela.
" Sí pienso que hay varios elementos clave. Uno de ellos, el primero, es que debe ser de manera gradual. No es que vamos a volver como antes. Lo otro es que tiene que ser diferenciada: no le podemos exigir lo mismo a una escuela con todas las condiciones de planta física y logística que a una que no las tiene. Lo otro, es que tiene que ser en todos los casos con un aforo reducido, y recomendaciones importantes, como que el sistema educativo tiene que ser flexible. Habrá unos niños de la clase que se puedan incorporar a la forma híbrida y otros que no, y dar flexibilidad en esto a los padres. ¿Por qué? Porque en algunos casos, me preocupa si ese niño convive en el hogar con personas de alto riesgo. Ahí hay que dar la flexibilidad y hacer una evaluación del contexto familiar, caso por caso, para recomendar en cuáles.
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“Nosotros sí vemos que, en este momento, los niños que están en la casa no están metidos en la casa, están jugando con todos los amiguitos del barrio. Lo hemos notado porque siguen los accidentes en bici, las caídas y fracturas... Evidentemente se demuestra que en barrios, zonas rurales o condominios están viviendo sin mayor restricción”.
– ¿Existe algún riesgo real para los menores al volver a las aulas?
– Los niños usualmente tienen una evolución de la enfermedad (covid-19) más benigna. Un 90% de las infecciones son leves, un 35% es parecido a los adultos, que puede ser asintomática. La principal complicación asociada al covid es el síndrome inflamatorio multisistémico, que se presenta en niños sin condiciones predisponentes. Esa es la más temible. Nosotros tenemos cerca de 30 niños con este síndrome detectado en el país. Gracias a Dios, todos han salido bien”.
– ¿Y para sus familias?
– En este momento, hay que ser claros en que no hay ninguna medida que por sí sola evite el contagio de la covid. Son una suma de medidas que logran mitigar. ¿Qué creo que va a suceder? Lo que en otros países: podría haber un discreto repunte; sin embargo, esto no contraindica el inicio de las lecciones sino lo que señala es la necesidad de que cada centro tenga un plan de contingencia cuando aparezcan casos, con protocolos de limpieza y rastreo de contactos.
– ¿Debe cambiar la dinámica familiar, desde el punto de vista médico, con el retorno presencial a las aulas?
– Va a permitir un mayor acceso a posibilidades laborales para muchos padres y madres que lo están requiriendo. Pienso que ese va a ser el principal impacto. La salud mental de los niños se va a ver claramente favorecida, y la de los cuidadores. El niño en edad escolar necesita algo de socialización con sus pares.
“Hay recomendaciones para mitigar el riesgo de contagio con algunos detalles pediátricos a partir del conocimiento sobre la socialización de los niños: las mascarillas deben tener el nombre del niño para evitar el intercambio. Hay que explicarles que es como la ropita interior. Lo otro que hay que insistirles es que en la escuela tienen que lavarse las manitas por lo menos cada 90 minutos. Y un último punto es este: si se sienten enfermos tienen que decirle a papá o a mamá, y los papás tienen que ser honestos con el sistema educativo de no mandarlos a clases”.
– ¿Qué le recomienda a los docentes y administrativos sobre el manejo de los menores en las instalaciones educativas?
– Es muy fácil, es volver a las bases, con un ingrediente adicional que ha aparecido en últimos meses: en todo momento que cuiden a los menores ellos deben cerciorarse de que tengan la cara cubierta con la mascarilla, que no se toquen la cara, que practiquen la higiene de manos y mantengan la distancia. Por nuestra experiencia hospitalaria, es importante vigilar los tiempos de comida, porque ahí es cuando se quitan la protección fácilmente y se corre mayor riesgo de contagio. Esos tiempos de comida deben ser muy supervisados.
“El otro punto: la interacción se debe dar en áreas muy ventiladas, en la medida de lo posible. En las escuelas se pueden mantener puertas y ventanas abiertas, con un aforo menor. Y algo muy importante, aprendido de las experiencias de los hospitales: no se vale que esto se aplique solo con los niños y que luego los maestros se reúnan por separado, porque se pueden dar brotes entre funcionarios. Estas reuniones presenciales entre docentes tienen que ser supervisadas y protocolizadas”.
FUENTE: Dra. Olga Arguedas Arguedas, directora del Hospital Nacional de Niños || DISEÑO / LA NACIÓN.
FUENTE: Dra. Olga Arguedas Arguedas, directora del Hospital Nacional de Niños || DISEÑO / LA NACIÓN.
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