Ciudad Quesada. Habitantes de pueblos fronterizos con Nicaragua, como Boca San Carlos, Cureña, Cureñita y El Recreo tuvieron que pasar la Nochebuena en casas ajenas, pues la crecida del río San Juan los obligó a evacuar sus viviendas desde hace dos días.
Según los vecinos, es la inundación más grande de los últimos 19 años, cuando las aguas subieron y se introdujeron hasta 200 metros en tierra firme.
Una situación menos molesta, pero igualmente preocupante, afrontan los residentes en zonas incomunicadas por los daños en al menos ocho puentes, informó ayer la Municipalidad de San Carlos.
En esta situación se encuentran Castelmar de Pital, San Joaquín de Cutris, San Ramón de Ciudad Quesada y Los Angeles de Pital.
En la frontera, mientras tanto, los policías del puesto costarricense duermen en hamacas y en las mismas condiciones se encuentran los miembros del Ejército de Nicaragua, ubicados al otro lado del río.
Los daños provocados por el agua, además, imposibilitaron dar aviso a miembros de la Cruz Roja o la Comisión Nacional de Emergencia (CNE), por lo cual hasta ayer ningún cuerpo de socorro se había hecho presente.
La incomunicación empezó hace tres días después de que las aguas rompieron el cable telefónico de Boca San Carlos, donde hay 12 casas y 3 establecimientos comerciales.
Todos estos lugareños buscaron refugio en Boca Tapada, luego de poner sus bienes más preciados en los techos de las casas. Pero ni aún allí se salvaron.
En el sector de El Recreo, el mayor de los daños se dio en la tubería, por lo que se quedaron sin agua potable. Aquí, los fuertes aguaceros también provocaron el desprendimiento de una loma y gran cantidad de material se precipitó al San Juan, donde es difícil navegar debido a los troncos y las ramas.
A las 30 casas ubicadas en las márgenes del río, en los poblados de El Taller, Cureña y Cureñita, solo el techo les quedó visible. Incluso la escuela de Cureña resultó anegada.
Además de las comunidades sancarleñas, los problemas persisten en Los Chiles, donde sigue desbordado el río Frío e impide el paso por tierra hacia la zona turística de Caño Negro.
Pese a estas condiciones y a que el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) pronosticó lluvias débiles para la zona norte y la vertiente atlántica, según el meteorólogo Jorge Barrantes sí se ha dado un cambio climático en toda el área y tiende a mejorar para los próximos días.
Colaboró en esta información Irene Vizcaíno, redactora de La Nación