Armados con martillos, serruchos y otras herramientas, los vecinos de la urbanización Jardines de Santa Lucía, en Barva de Heredia, salieron ayer a reparar los daños causados por el tornado que azotó 179 casas el martes, a la 1:30 p. m.
Decenas de personas reconstruyendo los techos era la escena más común ayer por la mañana. Mientras, las cuadrillas de las municipalidades de Barva y el cantón central de Heredia recogían con tractores y vagonetas los escombros.
La ayuda llegó desde el día de la emergencia. La Comisión Nacional de Emergencia, Cruz Roja, Fuerza Pública, Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) y también el Ejército de Salvación y el Comité de Seguridad Comunitaria de barrio El Paraíso estuvieron con ellos.
Alba Vargas, de la última organización, dijo que desde que escucharon en las noticias los daños que dejó el fenómeno, se organizaron para prestar ayuda a sus vecinos.
"Vinimos voluntariamente a las 7 a. m. para ayudar con alimentos (emparedados, refrescos y café). Todos nos están ayudando. Nosotros pusimos una parte, mientras que algunos vecinos andan pidiendo en algunos abastecedores y pulperías".
Trabajo comunitario
Nadie estaba solo con sus reparaciones. En cada casa se podían encontrar hasta ocho personas clavando láminas de zinc que sustituirán a las arrancadas.
"Aquí nadie puede estar solo. Cuando pasó la desgracia, todos corrimos adonde algún conocido para sentirnos protegidos, por lo que tenemos que seguir así", afirmó Carlos Sánchez, uno de los afectados.
De acuerdo con varios residentes, desde la noche del martes empezaron a llegar muchas personas con conocimientos en construcción para ofrecer sus servicios. La mayoría fue contratada de inmediato, aunque algunos no cobraron ni un colón.
"Gracias a Dios, todos nos tendimos la mano. Los vecinos que no sufrieron mucho nos ayudaron de gran manera. Incluso, pudimos pasar la noche en sus casas y hasta comer ahí. Hasta pena me da contarlo, pero no tengo otro camino", dijo una mujer quien no se quiso identificar.