El número de infracciones de tránsito registradas por el Consejo de Seguridad Vial (Cosevi) experimentó una caída inesperada en el 2024: se emitieron 98.000 boletas menos que en el 2023.
Según datos del Cosevi, adscrito al Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), en 2023 se reportaron 399.000 multas, mientras que al año siguiente la cifra bajó a 301.000, lo que representa una disminución del 28%.
Las infracciones más comunes del 2024 fueron: irrespetar la restricción vehicular de ingreso a San José (4,4%), no portar dispositivos de seguridad en el vehículo (5%), estacionarse en zona restringida (5,7%), saltarse señales de tránsito (10%) y ausencia de documentación de la unidad u otras faltas ligadas a esos documentos (26,3%).
Este descenso de un año a otro resulta atípico si se toma en cuenta que la flotilla vehicular del país viene en aumento en los últimos años.
En el 2020, el parque automotor con obligación de pagar marchamo era de 1.568.375 unidades, según el Instituto Nacional de Seguros (INS). Para el 2024, la cantidad de recibos de marchamo había subido a 1.879.790, lo que implica un crecimiento del 19,8% en cinco años, con al menos 311.415 vehículos adicionales en circulación.
El incremento también se evidencia en los números de importación de automotores del Ministerio de Hacienda. Según estos, en el 2024 se importaron 105.877 vehículos, tanto nuevos como usados, superando en un 32% los 79.931 del año anterior.
El hecho de que las boletas por infracciones hayan bajado, a pesar del aumento de la cantidad de automotores, da pie a una pregunta: ¿será que los costarricenses manejan mejor y por eso no los multan? La respuesta es no.
Menos oficiales en las calles
Carlos Rivas Fernández, director del Cosevi, es contundente al afirmar que la baja en infracciones no es porque los conductores sean más respetuosos de la ley.
La verdadera causa de que el año pasado se levantaran menos partes, según señaló, es que no hay tráficos para vigilar las calles.
“Se habla de que deberíamos tener 1.300 oficiales, pero contamos con menos de 800. Además, esta cifra varía debido a vacaciones, incapacidades y otros factores”, señaló Rivas.
El jerarca recordó que para realizar un operativo se necesita la participación de varios funcionarios, pero debido al faltante de personal es difícil llevarlos a cabo.
Incluso, a pesar de que aumenta el número de vehículos en las carreteras, el número de policías de tránsito ha decrecido y en los últimos años se ha estancado, como lo evidencia el número de plazas asignadas a la Policía de Tránsito en el presupuesto del MOPT, según datos del Ministerio de Hacienda.
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En el 2020, el presupuesto contemplaba 903 plazas para oficiales en cinco categorías, sin incluir jefaturas ni otro personal administrativo.
Para el 2025, la asignación bajó a 783 plazas, una reducción del 14%. Esta misma cantidad de plazas se mantuvieron en los presupuestos de 2023 y 2024.
Sin embargo, el número de oficiales activos en carretera es en realidad todavía más bajo, como advirtieron tanto la Unión Nacional de Oficiales de Tránsito y Afines (Unaotraa) como la propia Policía de Tránsito.
El 20 de noviembre del 2024, Unaotraa envió el oficio UNA-2024-115 al Viceministerio Administrativo y de Gestión Estratégica, alertando sobre la “preocupante” situación de este personal.
De acuerdo con la información recopilada por el sindicato, al 20 de noviembre, en las 32 unidades policiales y otras dependencias, solo estaban operativos 607 oficiales.
Esa cifra tampoco representa la cantidad real de agentes que se encuentran vigilando carreteras, ya que muchos cumplen funciones administrativas, están de vacaciones, incapacitados o suspendidos por procesos judiciales o disciplinarios.
La situación influye en el comportamiento de los conductores, pues la sola presencia de oficiales reduce la imprudencia al volante, como señaló Joselito Ureña Vega, secretario general de Unaotraa.
Los oficiales, dijo Ureña, actúan como un mecanismo disuasorio que ayuda a mitigar las imprudencias. De ahí que ante el faltante de policías de Tránsito, es de suponer que los choferes son más temerarios.
“Por eso es que tenemos esta anarquía: crece la flotilla vehicular, pero hay menos oficiales de tránsito. En este país, si no te mata un sicario, te mata un irresponsable al volante”, aseveró el representante gremial.
De hecho, en el 2024, la principal causa de muertes en carretera fue el exceso de velocidad con 175 de los 505 decesos registrados en el sitio del accidente.
Según el sindicato, en cuestión de 10 años, la cantidad de policías de tránsito se redujo 30% al pasar de 1.043 oficiales en el 2014 a 694 al cierre del 2023. La organización afirmó que la cifra sigue en descenso.
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Solo 157 oficiales por turno
Oswaldo Miranda Víquez, director de la Policía de Tránsito, ratificó que la caída en las multas se debe a la falta de oficiales disponibles para imponerlas.
Miranda explicó que, aunque el presupuesto asigna un número de plazas, la realidad es distinta debido a jubilaciones, traslados administrativos, despidos y otros factores.
A febrero del 2025, la Policía de Tránsito contaba con 628 oficiales, cuando el mínimo debería ser 1.000. Sin embargo, debido a la distribución en turnos, solo 157 agentes patrullan las carreteras en cada jornada.
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Según Miranda, la intención es que se incorporen 114 oficiales este año. Actualmente, 94 cadetes se forman en la Academia Nacional de Policía. El plan, dijo, es reasignar 20 plazas para enviar más aspirantes a capacitarse en las próximas semanas.
No obstante, admite que la cantidad de funcionarios que sumarían resultará insuficiente. “Eso no remedia, pero ayuda a sostener", expresó.