Puntarenas. El servicio de transbordador entre esta ciudad y el distrito de Paquera, en la península de Nicoya, estuvo suspendido durante casi cinco horas como consecuencia de un desperfecto en el ferry Peninsular.
La situación se complicó ya que la Naviera Tambor, que también brinda este servicio de cabotaje, tenía su nave en labores de mantenimiento, como lo había comunicado días atrás a las autoridades del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT).
La emergencia con el Peninsular se presentó al ser las 10:45 a. m. cuando no pudo continuar su trayecto por un desperfecto eléctrico.
Las 195 personas que estaban a bordo debieron ser transbordadas con la ayuda de la lancha Don Bernardino . Sin embargo, todavía a las 4 p. m. permanecían en la embarcación unos 60 pasajeros.
Ambas naves son propiedad de la Asociación de Desarrollo Integral de Paquera (ADIP).
En un comunicado enviado por el presidente de ADIP, Gerardo Durán, se afirmó que los usuarios recibieron alimentación y bebidas mientras permanecieron a la espera de su traslado.
“Esto que nos pasó fue algo fortuito, no fue un asunto de la máquina; es algo eléctrico y los ingenieros están revisando para tratar de solucionarlo lo más pronto posible”, indicó la nota de prensa.
El Peninsular también acarreaba 32 vehículos y cinco motos.
Malestar. El servicio de cabotaje se normalizó después de las 4:30 p.m. cuando el ferry de Tambor reinició operaciones.
Los usuarios no ocultaron su malestar por la suspensión.
“Tengo más de tres horas esperando abordar el ferry , pero me dijeron que está varado y que el otro está en mantenimiento”, dijo –molesto– Juan Carlos Hernández, vecino de San José, quien tenía como destino el pueblo de Tambor.
Saturnino Vallejos, vecino de esta última comunidad, estaba angustiado pues había dejado a sus hijos solos en casa y esperaba tomar el servicio de las 12:30 p. m., lo cual le fue imposible.
Otro que tampoco negó estar irritado fue Juan Valenzuela, vecino de San José, pero quien labora en Cóbano.
“Es bastante incómodo esperar aquí (terminal de Puntarenas), porque no hay dónde. Si hubiera llovido nos hubiéramos mojado”, recalcó.