Cada día, 10 toneladas de materia fecal, grasas y aguas jabonosas provenientes de casas y comercios metropolitanos dejan de vertirse en los ríos, debido a la operación de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Los Tajos (PTAR), ubicada en La Uruca.
De acuerdo con el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), del 2015 a la fecha, se ha evitado el vertido en los cauces de 25.500 toneladas de estos desechos.
Actualmente, la planta procesa alrededor de 56 millones de litros de aguas residuales por día, los cuales se generan en comunidades de San José, Curridabat, Tibás, Goicoechea, Montes de Oca y Moravia; seis de los 11 cantones previstos que dicha instalación atenderá cuando concluya el proyecto integral llamado Programa de Agua Potable y Saneamiento (PAPS).
Aparte de Los Tajos, el proyecto abarca 361 kilómetros de tuberías, redes secundarias, colectores y redes de aguas residuales que se trasladarán a la planta de tratamiento. Se interconectaría a más de 1.070.000 habitantes de San José, Desamparados, Goicoechea, Alajuelita, Escazú, Vázquez de Coronado, Tibás, Moravia, Montes de Oca, Curridabat y La Unión.
Durante los últimos siete años, el proyecto ha implicado una inversión de $289 millones en infraestructura de saneamiento, el túnel trasvase de San José (arteria principal de las aguas hacia la planta), pasos de tubería sobre ríos y redes de recolección de aguas negras, entre otras.
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“El avance general de todo el proyecto supera 76% y ahora los trabajos se centran en la instalación de las tuberías principales y nuevas conexiones en sitios donde no existía red de alcantarillado sanitario y recuperación de tuberías existentes para conectar con Los Tajos”, informó este viernes Gabriel Naranjo, subgerente del PAPS.
En junio del año pasado, Tomás Martínez, entonces presidente ejecutivo del AyA, reconoció que la falta de planificación e imprevistos aumentaron de $250 millones a $600 millones el costo final de todo el proyecto. De dicha estimación decía que aún faltaban $140 millones para los cuales el Instituto tramitaba un préstamo con el Banco Nacional (BN).
Presupuesto actualizado
Este viernes, Naranjo aseguró que los trabajos en ejecución no dependen de este financiamiento y se proyecta que estén concluidos en el 2024.
“Lo que estamos ejecutando en este momento viene de financiamiento en parte del Banco Nacional y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), pero sin duda ese faltante es clave operativamente hablando porque falta mucha infraestructura por conectar que depende justamente de estos trabajos en ejecución”, indicó el encargado.
Naranjo indicó que el préstamo con el BN sigue sin concretarse, pero enfatizó en que ese dinero se destinaría a proyectos que no han sido licitados. Según él, se tienen los presupuestos y diseños para esas obras pero todo está en la fase de revisión final con entidades públicas para fines de aprobaciones, incluido un eventual visto bueno del Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica.
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Esos pendientes y obras por finalizar antes del 2024 incluyen un desvío a la altura del río Tiribí (actualmente con 60% de avance), mejoramiento de dos líneas principales y tuberías de captación en San José, Goicoechea, Montes de Oca, Coronado, Moravia, Desamparados, Alajuelita y Tibás (29% de avance a la fecha) y otras tuberías terciarias y subcolectores, lo cual asciende a un costo estimado por ejecutar de $217 millones.
Naranjo agregó que el escenario de hace un año descrito por Tomás Martínez “ha variado mucho”. Dijo que en el 2021 se hicieron actualizaciones del presupuesto general de todo el proyecto y ahora el costo final estimado es de $506 millones ($94 millones menos).
“El préstamos sigue en trámite, lo tenemos considerado y entendemos que lograremos acceso a esos recursos, pero para obras cuyo inicio está calendarizado pero a partir del 2024″, concluyó.