En los 12 primeros días de setiembre, los datos del Ministerio de Salud registran un promedio de casi 13 muertes diarias asociadas al coronavirus.
Así se desprende de un cálculo elaborado por La Nación con base en las estadísticas de muertes por día reportadas desde el 6 de marzo del 2020.
A lo largo de estos 191 días, Costa Rica registra un total de 590 fallecimientos por covid-19.
Sin embargo, el grueso de las muertes se concentra en las últimas seis semanas, en las cuales empezó a aumentar con fuerza el promedio diario de decesos.
El comportamiento es fácil de observar en los siguientes gráficos (en donde además puede descargar la data):
En los primeros cuatro meses de pandemia, entre marzo y junio, el promedio de muertes diarias nunca alcanzó siquiera un 0,2. Para el 30 de junio, habían fallecido 16 personas.
En los tres meses siguientes, las cifras aumentaron considerablemente. En julio, fallecieron cuatro personas por día en promedio. En agosto, el promedio diario subió a nueve personas y, en setiembre, la cifra alcanzó casi las 13 muertes.
De las 590 muertes registradas en total, prácticamente el 75% se produjo en las últimas seis semanas, es decir, a lo largo de agosto y de los 12 días que llevamos de setiembre.
Solo en ese lapso de 43 días, se produjeron 440 fallecimientos asociados al coronavirus, para un promedio de 10 diarios.
Este sábado, el país registró un nuevo récord de contagios por el covid-19, al tiempo que el país se acerca a las 600 muertes.
En 24 horas, el Ministerio de Salud reportó 1.485 casos nuevos.
La situación llegó al grado de que el Gobierno emitió un decreto para que la CCSS disponga de camas de cuidado intensivos en hospitales privados y de que se empezaron a instalar nuevos contenedores refrigerados, en cuatro hospitales, para almacenar cuerpos de fallecidos.
El país registró este sábado un total de 564 personas hospitalizadas, 225 de ellas en cuidados intensivos.
Actualmente, los datos de las autoridades de Salud indican que el 20% de los contagiados que ingresa a hospitales muere y, en el caso de los que ingresan a cuidados intensivos, ese porcentaje aumenta a un 40%.
El 8 de junio, cuando empezó a subir la curva de muertes, se anunció la segunda ola de la pandemia del coronavirus, sobre todo entre trabajadores de los sectores agrícola, de empacadoras y de la construcción.
Casi un mes después, el 2 de julio, el ministro de Salud, Daniel Salas, anunció que, en la GAM, ya había transmisión comunitaria debido a que el incremento de casos sobrepasaba la capacidad de seguir los nexos de cada contagio.
En ese momento, se decretó alerta naranja en 27 cantones y la restricción vehicular se amplió de 7 p. m. a 5 a. m. en todo el país.
En esta segunda ola, incidieron en los contagios las reuniones sociales y familiares, al tiempo que ministro Salas dijo: “Parece que no está calando el mensaje en una parte de la población”.
Ante el incremento, el Gobierno decretó un ‘martillazo’ de tres semanas en julio en la GAM, lo que obligó a cerrar comercios y otras actividades.
A finales de julio, también empezaron a detectarse brotes del virus en asilos de ancianos.
Conversaciones con alcaldes y cámaras empresariales presionaron por la reapertura, dada la caída en ingresos y los masivos despidos en el sector privado.
A partir del 1.° de agosto, el país comenzó a flexibilizar las restricciones a las diversas actividades.
Luego, a partir de setiembre, al afirmar que los meses anteriores habían permitido aumentar la capacidad hospitalaria, el Gobierno cambió el “quédate en casa” por lema será “Costa Rica trabaja y se cuida”, en el que se permite una mayor movilización y actividad apostando por la responsabilidad individual.