De nuevo, 200 rudos motociclistas fueron los responsables de la gran fiesta navideña que vivieron este domingo centenares de chiquitos que viven en condiciones difíciles.
Hubo regalos, comida, música, inflables, y hasta la emoción de una vueltita en moto, que subió la adrenalina. Esa fue la experiencia que vivieron niños de comunidades de Alajuela y también de barrio Cuba, en San José, donde participaron unos 250 menores que llegaron al gimnasio, donde también recibieron paquetes con ropa.
La organización de estos festejos nació hace 15 años por parte de la Asociación Costarricense de grupos Motos Clubs, llamada Toys Run Costa Rica, a la cual desde hace unos años se sumó la concesionaria Ruta 27, administradora de la vía San José-Caldera. El objetivo de todos es llevar ilusión a muchos niños que viven en pobreza.
“He participado varios años en esta actividad, el motivo es traerle alegría a fin de año a niños de bajos recursos; creo que a veces nos ven un poco como rudos y no creen que sobre nosotros hay un corazón noble. Muchas veces la rudeza no es mala, es buena, entonces creo que es importante retribuir lo que hemos podido disfrutar”, manifestó Yorleny Jiménez, una motociclista que colaboró con el evento.
Otros de los participantes que entregaron regalitos dijeron que esta es una forma de retribuir algo a la sociedad.
“Estamos participando hoy del Toy Run 2022, lo hacemos para llevar alegría a los niños. Algunos tal vez tuvimos en nuestra infancia momentos duros, entonces, ahora nos toca retribuir y ayudar a la sociedad”, manifestó Greivin Vargas. otro de los asistentes.
La caravana que salió de Río Oro de Santa Ana tuvo apoyo en carretera pues la concesionaria Ruta 27 abrió el peaje de Escazú para su paso, mientras que los motociclistas se organizaron para que algunos compañeros avisaran en los cruces y así evitar accidentes.
“Agradecemos la colaboración de la concesionaria porque sabemos que esta celebración involucra un presupuesto muy alto por la logística y porque también se unen con la contribución de obsequios para niños que merecen un rato de alegría. Con actividades como estas queremos heredar a las futuras generaciones de motociclistas el deseo y la responsabilidad que debemos de tener con los más necesitados”, comentó David Porras, representante de la Asociación Costarricense de Motoclubes.