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De cada 100 estudiantes que ingresan a primer grado de escuela, solo 40 logran concluir la educación secundaria de forma satisfactoria.
El resto no terminó de estudiar en la modalidad formal, aunque, eventualmente, algunos retomaron los estudios mediante programas de educación abierta.
Quienes no terminan los estudios, entre tanto, quedaron expuestos obtener empleos poco remunerados o en el sector informal, según lo advirtió un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
“La educación es un tema clave para reducir la pobreza. En los países desarrollados el 90% de los adolescentes termina la secundaria y eso se traduce en mayor productividad de las personas”, expresó Pablo Sauma, consultor del PNUD responsable del informe.
Sauma ahondó en la eficiencia del sistema educativo como parte de una investigación sobre el tema de desigualdad.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) revelan que en Costa Rica hay 221.000 hogares pobres (17,7% del total), 50.000 de ellos en extrema pobreza.
Para el consultar y economista, la meta mínima del país debe ser que los estudiantes que ingresan a la primaria concluyan noveno año.
De esa forma, añadió, tendrán mayores destrezas para obtener empleos mejor remunerados.
Cuando los datos se desgranan por nivel, el 92% de los estudiantes termina la educación primaria, pero solo la mitad de quienes ingresan al colegio lo finalizan.
Estos datos los suministró el Ministerio de Educación Pública (MEP) al PNUD.
“Estos datos muestras el que, considero, el principal problema del país: la baja cobertura histórica de la secundaria, que se agravó a fines de los 70 y viene mejorando muy lentamente”, manifestó.
Aunque aún es insuficiente, durante el curso lectivo del 2009 Costa Rica alcanzó la mayor cobertura histórica en secundaria.
El año pasado, el 82,7% de las personas en edad colegial (entre 13 y 17 años) asistió a alguna modalidad de educación secundaria tradicional: centros públicos, privados, académicos, técnicos y nocturnos.
Este resultado rompió con el estancamiento registrado entre el 2006 y 2008, cuando la cobertura colegial rondó el 79%.
“Esos jóvenes que desertan serán luego trabajadores que aportarán muy poco a la riqueza nacional, tendrán muy pocas posibilidades de generarle un ingreso importante a su familia, no contribuirán con el desarrollo del mercado interno”, puntualizó Garnier.
Actualmente, el MEP está en procura de consolidar algunas reformas que pretenden retener a los muchachos.
Entre estas se encuentran el aval para que los colegiales solo repitan las materias que no aprobaron y “adelanten” las restantes, así como la eliminación del requisito de obtener la nota mínima (65 ó 70 según el nivel) en el tercer trimestre para aprobar el año.
El programa Avancemos es otras de las vías para mantener a los estudiantes en las aulas. Hay unos 150.000 colegiales pobres con becas cuyos montos oscilan entre ¢15.000 y ¢50.000 por mes.
Asimismo, se desarrollan actividades extracurriculares vinculadas con las artes y al deporte.
