“Que Rodrigo y yo hayamos podido venir a un juzgado y casarnos significa que hemos progresado en la ley, pero ahora debemos progresar en la sociedad, buscando la equidad. Esto nos da impulso para seguir adelante en otras luchas sobre el respeto que merecemos las personas que tenemos una orientación sexual diferente”.
Esas fueron las primeras palabras de Marco Castillo Rojas, notario y activista de la comunidad LGTBIQ, tras la ceremonia que lo unió en matrimonio con su pareja, Rodrigo Campos.
Castillo, de 76 años, ha sido por largo tiempo una de las caras más visibles de la lucha por los derechos de la población sexualmente diversa.
Incluso, en 2015 registró el matrimonio de dos mujeres al aprovechar que una de ellas estaba registrada, por error, como hombre.
Ese acto provocó un debate público sobre las uniones entre personas del mismo sexo, lo que le costó a Castillo una sanción dictada el 13 de enero por el Juzgado Notarial, que lo inhabilitó para ejercer su profesión por 13 años.
La boda entre Castillo y Campos es una de las primeras en Costa Rica, pues este martes entró en vigor el matrimonio igualitario.
"Somos el país número 29 en el mundo en lograr el matrimonio (entre parejas del mismo sexo), pero ese no es ni el final, ni la meta. La meta tiene que ver con la equidad social, que logremos equidad para todas las personas vulnerables, ese es el enfoque que tendremos de ahora en adelante.
¿Qué mensaje les envía a las personas que se oponen a las uniones entre parejas de homosexuales o lesbianas?
“Les insto a la fraternidad; les insto a la solidaridad; les insto a la equidad; les insto a que si son religiosos hagan caso a su religión. Por ejemplo, la religión cristiana habla de amar y no juzgar”, manifestó el activista.
Ellos escogieron un juzgado de familia para casarse para que quede claro que ninguna oficina del Poder Judicial puede cerrarle las puertas a consolidar estos vínculos.
“Para nosotros este día es histórico, se le reconoce el derecho al matrimonio a las parejas del mismo sexo. Vivimos en una democracia y las personas pueden disentir, es válido, eso es parte del sistema democrático. Sin embargo, lo que pedimos es algo básico: respeto”, declaró Rodrigo Campos, esposo de Castillo.
‘Creí que no iba a verlo’
El matrimonio entre personas del mismo sexo en Costa Rica es producto de años de perseverancia de organizaciones que promueven los derechos de esa población.
En enero de 2018, el Gobierno de Luis Guillermo Solís dio a conocer que la Corte Interamericana de Derechos Humanos les ordenó garantizarle a las parejas del mismo sexo todos los derechos establecidos en la legislación vigente. El pronunciamiento de la Corte ocurrió después de una consulta del Estado costarricense.
Siete meses más tarde se produjo el fallo de la Sala Constitucional que vino a consolidar el derecho en Costa Rica, aunque lo aplazó por 18 meses para darle tiempo al Congreso a realizar reformas necesarias. Nunca lo hizo.
Precisamente, una de las acciones que resolvió la Sala contra la prohibición del matrimonio igualitario fue presentada por Castillo.
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"Pienso que la vida me ha dado muchísimas satisfacciones, hace 26 años reuní todos mis ahorros y me fui a Nueva York para ver el desfile del orgullo gay, pensé que nunca lo iba a ver en Costa Rica y el año pasado hubo aquí un desfile con medio millón de personas. Fue algo majestuoso.
“Hace unos años, como creí que no iba a ver el matrimonio igualitario en Costa Rica, le dije a mis nietos que cuando eso pasara se acordarán que yo estuve en esa lucha, eso les provocó mucho llanto a mis nietos”, recordó Castillo, con lágrimas.
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