La Dirección General de Aviación Civil (DGAC) admite que las pistas de aterrizaje públicas, al igual que las privadas, carecen de vigilancia.
De los 28 aeródromos del Estado, solo en siete hay seguridad.
Según la DGAC, en las pistas de Nosara, Golfito, Palmar Sur y Pérez Zeledón, hay oficiales de seguridad privada contratados por la DGAC. Entre tanto, en los campos de Nicoya, Los Chiles y Murciélago, hay efectivos de la Fuerza Pública.
Nils Ching, subdirector de la Fuerza Pública, aseguró que mantienen reuniones desde hace dos meses con Aviación Civil para aumentar la presencia policial en los aeródromos estatales.
“Eso es competencia, en primera instancia, de Aviación Civil. No obstante, ante cualquier requerimiento que ellos nos hagan, nosotros vamos a estar muy atentos”, comentó Ching.
El funcionario agregó que desde hace algunas semanas están realizando –junto a Aviación Civil– visitas a los aeropuertos para hacer un inventario de los sitios.
“La necesidad surge de estas situaciones que se vienen presentando. Hay un trabajo interinstitucional que realizar”, dijo.
Ching se refiere a casos recientes de avionetas decomisadas con grandes cantidades de cocaína en diferentes aeródromos. En todos los casos, han sido pistas privadas.
Rolando Richmond, subjefe de Navegación Aérea, añadió que el país no posee radares adecuados para combatir este tipo de vuelos al servicio del narcotráfico.
“Hay un proyecto para conseguir unos radares especiales y colocarlos en las costas para mejorar la vigilancia”, informó Richmond.