Martín González, un agricultor de Llano Grande de Cartago, cosechaba este miércoles lo último que logró rescatar de los sembradíos de zanahoria y remolacha, tras resignarse a que el producto no podría llegar a los mercados capitalinos o a la feria del agricultor pues ya estaba “pasado”.
“Estamos alistando lo que queda para llevarlo a una fábrica aquí cerca, para darlo casi que regalado y no tener que botarlo. Ya la mayoría del producto está pasado de pérdida; se puede arrancar tal vez una cuarta parte”, contó con resignación en el hombre.
El producto que siembra don Martín debía estar para esta semana en la mesa de los consumidores, pues es el que desde el fin de semana se tenían que llevar los vendedores al mercado y a las ferias del agricultor. Sin embargo, los bloqueos impidieron que se lograra sacar de Cartago.
El agricultor terminó resignándose a darlo a bajísimo precio para que sea utilizado para elaborar jugos, colorantes y encurtidos e incluso cuenta que ha regalado gran parte de lo que no pudo salvar para que sea utilizado como alimento del ganado.
Aseguró que apenas lograran recoger lo necesario para esta semana. Además, contó que el haberse atrasado con esa recolección también le estaba afectando la siembra de papa que esta semana debía empezar en ese mismo terreno.
La historia de Martín se repite en decenas de sectores productivos cuyos trabajadores se han visto seriamente afectados por los movimientos que interrumpen el tránsito en rutas nacionales del país desde el miércoles de la semana pasada.
Una de las regiones más golpeadas es la zona norte, donde el principal efecto recae sobre el turismo y la producción de leche.
Ahí, la Cámara Nacional de Turismo reportó cancelaciones de 100% durante el fin de semana en los hoteles de La Fortuna.
Mientras que la Cámara Nacional de Productores de Leche estimaba que al completar la semana de bloqueos las pérdidas podrían ascender a los ¢1.500 millones, pues de esa zona sale el 40% de la producción nacional.
Productores consultados por La Nación, quienes pidieron mantener su identidad bajo anonimato, admitieron sentirse atemorizados por los tintes violentos que han adquirido los bloqueos en esa zona.
Señalaron que, además de las pérdidas sufridas por el producto que han debido botar al no poderlo sacar de sus fincas, también han sufrido por el desabasto de los alimentos para los animales, lo cual afecta también la producción.
'Estamos de nuevo en temporada 0′
“La estrategia que implementaron (los bloqueos) nos ha perjudicado muchísimo. Todo el esfuerzo que hicimos durante cuatro meses que estuvimos cerrados resultó afectado. Desde el fin de semana pasado estamos recibiendo unas dos personas por día”, aseguró Valentina Staricco, directora de mercadeo de Místico Park, en La Fortuna de San Carlos.
Según dijo, desde la apertura del turismo la visitación había mejorado y venían recibiendo unas 150 personas por día, gracias a varias estrategias y convenios implementados para fortalecer la visitación de turistas locales. Ahora dijo, están de nuevo en "temporada 0″
Pese a eso, Staricco aseguró que están realizando un esfuerzo “extraordinario” para mantener la planilla y no tener que cerrar el parque durante estos días.
“Aquí trabajan 25 personas y apenas estamos recibiendo dos turistas por día, con la carga del retraso de estos cinco meses sin ingresos, apenas veníamos reponiéndonos, es lamentable que en un destino turístico como Costa Rica en pro al medio ambiente, los pocos turistas que hacen un esfuerzo extraordinario, tengan que vivir esto”, relató.
Desde que retomaron la actividad, el 92% de los visitantes que estaban recibiendo eran turistas nacionales.
“Agradecemos a los costarricenses, es algo que enfatizamos gracias a eso 25 familias cuentan con sustento”, añadió.
Staricco, además, dijo que debido a la situación complicada que se vive en los puntos intervenidos en esa zona, adelantaron la hora de cierre del parque, para procurar que los colaboradores puedan regresar de manera segura a sus casas.
Pérdidas millonarias y desempleo
La Cámara de Comercio, por su parte, aseguró que cada día este sector reporta pérdidas de ¢1.700 millones, al tiempo que estos impedimentos para producir y transportar mercancías y productos se traducen en desempleo.
“Hacemos un llamado vehemente a los manifestantes, ya no a las cabecillas porque pareciera que el único interés que tienen es destruir al país.
“El sector comercial ha visto mermada sus ventas en un 20%, el aumento en los traslados de mercaderías se estima en un 25% (...). ”Señores por favor no afecten más a las familias costarricenses que son las que se están viendo perjudicadas por el desempleo”, clamó Julio Castilla, presidente de esa agrupación.
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En tanto, en la región caribeña trabajadores de piñeras y bananeras han manifestado que llevan una semana sin poder llevar sustento a sus hogares, pues los dueños de las fincas les piden que no acudan a trabajar ante la imposibilidad de sacar los productos.