Aguirre, Puntarenas Temprano por la mañana, un olor desagradable inunda el centro de Quepos. Los caños se ven verdes y cuando la marea sube a eso de las 5 a. m., arrastra con ella una gran cantidad de basura y desechos que luego van a dar al mar.
Esta realidad se la topan todos los días los habitantes de la ciudad costera. Antes del 15 se setiembre, los bomberos incluso tuvieron que limpiar los caños con mangueras para que se pudieran realizar los desfiles, pues el hedor era insoportable.
Isabel León, alcaldesa del cantón de Aguirre, explicó que esta situación ya se convirtió en una emergencia, cuya solución es impostergable.
“Quepos no cuenta con un sistema de alcantarillado. Algunas casas tienen tanques sépticos, pero las que no la tienen lo que hacen es tirar esas aguas a los canales de aguas pluviales o a los esteros o ríos de la comunidad”, manifestó la funcionaria.
De hecho, las denuncias sobre caños malolientes y casas que lanzan las aguas negras a los ríos son recurrentes en Quepos, según indicó Horacio Backer, director del área de Salud de Aguirre. “A nivel institucional, este es uno de los problemas que más se atiende”, aseguró el experto.
Desorden y geografía. Según explicó Backer, la falta de planificación y expansión desordenada de la ciudad son de los factores que más contribuyen a la crisis sanitaria en Quepos.
“La Municipalidad no ha tenido la visión de lo que la ciudad ha crecido. Encontramos que la mayoría de casas no presentan planos de construcción y tampoco las previsiones para el manejo de aguas negras, y por ello, hoy en día encontramos que aumenta esta situación”, comentó Backer.
Arnoldo Gamboa, gestor ambiental del Ministerio de Salud, dijo que otro de los factores que más incide, es el hecho de que Quepos se encuentra por debajo del nivel del mar. Esto ocasiona que los tanques sépticos se dañan con facilidad.
“Lo que sucede es que el suelo es muy fangoso y los drenajes no funcionan; el agua subterránea es muy superficial, por lo que los residuos de las aguas negras se filtran hacia los esteros y van a dar al mar”, declaró Gamboa.
Según la alcaldesa, la Municipalidad trabaja en actualizar un informe de hace 12 años sobre el tratamiento de aguas negras. No obstante, advirtió que no existe información sobre cuántas viviendas vierten sus aguas negras, ni del contenido de coliformes fecales en las aguas del estero.
León también señaló la gran cantidad de recursos necesarios para atender el problema: tan solo el estudio para el manejo de aguas residuales tiene un costo de ¢85 millones.
Además, dependiendo de los resultados del estudio la obra requeriría una inversión de alrededor de $22 millones.
El proyecto de alcantarillado estaría a cargo del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA).