La inauguración del nuevo megapuerto de Moín se retrasará 13 meses, hasta el 19 de febrero de 2019, según informó APM Terminals, empresa encargada de la obra.
La fecha original para entregar el puerto, de acuerdo con el contrato de concesión, era el 19 de enero de 2018. Sin embargo, atrasos relacionados al proceso constructivo obligaron a la firma holandesa a aplazar la fecha de entrega.
La concesionaria había anunciado, en abril anterior, que desperfectos en un grupo de 20 pilotes, daños en el rompeolas y problemas de compactación provocarían un demora de tres meses, aproximadamente.
No obstante, al realizar el nuevo cronograma para entregarlo al Consejo Nacional de Concesiones, se precisó que el retraso será de más de un año con respecto a la primera fecha.
El 21 de abril, durante una entrevista con este diario, Kenneth Waugh, gerente de APM Terminals Costa Rica, declaró que la actualización del cronograma de trabajo estaría lista el 15 de mayo, pero ese documento se entregó hasta este miércoles en la mañana.
El atraso costaría, según estimaciones de la compañía holandesa, entre $50 y $60 millones, los cuales deberán ser asumidos por la concesionaria. Ese monto incluye costos constructivos, perdidas por no operar la terminal y multas. APM Terminals estima que solo el rubro correspondiente a las sanciones podría ascender a $900.000.
Empero, Sylvia Jiménez, secretaria técnica del Consejo Nacional de Concesiones, manifestó, horas después, que por ahora no pueden precisar el monto de las sanciones que se le impondrán a la compañía por los atrasos en construcción y operación.
"La Administración ha hecho cálculos y tenemos estimaciones de conformidad con el régimen sancionatorio que establece el contrato, pero no hay montos exactos", declaró.
Durante la mañana, Waugh aseguró que el nuevo cronograma garantiza la apertura del puerto en febrero de 2019 y que ninguno de los costos adicionales impactará a los futuros usuarios de la obra.
"Necesitamos ese tiempo para reacomodar las tareas, hubo que tomar algunas decisiones que tuvieron un impacto en una obra tan compleja como esta y afectaron las diferentes secuencias y procesos sobre la ruta crítica de entrega, que nos impide cumplir con la fecha de entrega establecida", detalló.
También señaló que no se puede sacrificar la calidad del megapuerto, valorado en $1.000 millones, y por eso se están tomando el tiempo necesario para concluir el proyecto.
"No vamos a cortar esquinas para acelerar fechas de entrega", manifestó el gerente.
Según APM Terminals, la nueva fecha de entrada en operación no acorta el plazo de la concesión, la cual es de 33 años (tres para la construcción y 30 para la operación). Sin embargo, el ministro de Obras Públicas y Transportes, German Valverde, difiere de esta apreciación.
El nuevo jerarca asegura que los atrasos disminuirán el tiempo de explotación del muelle, pues pasará de 30 años a 28 años y 11 meses, y eso hará que la empresa tenga menos tiempo para recuperar los ¢1.000 millones invertidos en el megapuerto.
Efecto en cadena.
Además del atraso en la obra gris, esta modificación del calendario afectará la entrega de los equipos necesarios para la operación de la TCM, como las seis grúas pórticas y tres barcos remolcadores.
Por ejemplo, estaba previsto que tres de las grúas llegaran al país a mediados de este año, y las otras tres en febrero del 2018, pues se encargan con mucha anticipación a los fabricantes.
Ahora, el primer embarque llegaría a Costa Rica con dos o cuatro grúas en febrero del 2018, estimó Waugh. El número de equipos dependerá de la capacidad de carga del buque y el viaje desde Shanghái demora 52 días, en promedio.
Los remolcadores están actualmente en Bahamas y se prevé que lleguen a aguas costarricenses a inicios del próximo año. Estos equipos están valorados en $42 millones.
Además, este cambio postergará la contratación de unas 650 personas para la operación de la plataforma.
La única ventaja de este atraso, es que ahora el Ministerio de Obras Públicas y Transportes tendrá más tiempo para completar los 2 kilómetros de la vía que enlaza el puerto con la ruta 32.
Reacciones.
La Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep), al conocer el retraso en la obra, envió un comunicado de prensa en el que reiteró la necesidad de modernizar los puertos del Caribe costarricense, pues por ahí pasa el 80% de la carga marítima del país.
"Estamos conscientes de la complejidad en la obra y de que los problemas constructivos que enfrenta la empresa constructora son múltiples; de ahí la importancia de mantener la figura de la concesión de obra pública en proyectos de esta envergadura, pues los costarricenses no tendremos que asumir los costos extras de la obra", declaró Pacheco.
La Cámara Costarricense – Norteamericana de Comercio (AmCham) expresó que los inconvenientes son comprensibles, ya que la nueva terminal portuaria es un proyecto complejo.