Una disputa sin precedentes provocó la medida de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) de no proponer montos en sus solicitudes para ajustar precios de combustibles. Para la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) eso es falta de “transparencia” y además, no querer dar la cara ante el país por las tarifas de gasolina, diésel y gas.
“La decisión tomada por Recope de no presentar el estudio tarifario es para no decir ante la opinión pública, como lo ha hecho siempre de manera transparente, cuál es el monto del ajuste mensual que corresponde aplicar”, declaró la Aresep en un comunicado emitido menos de 24 horas después de que Juan Manuel Quesada, nuevo presidente ejecutivo de Refinadora, anunciara su decisión.
El exregulador general, Dennis Meléndez, y el expresidente ejecutivo de Recope, Alejandro Muñoz, también consideran que la decisión de Refinadora es una “jugada”, o una “estrategia” para no hacerse responsable ante la opinión pública de las alzas en los combustibles que le han provocado un deterioro en su imagen.
Muñoz, quien presidió Recope en el Gobierno de Carlos Alvarado, declaró que a él le propusieron aplicar lo mismo que hace hoy Quesada, pero, internamente, le aconsejaron no hacerlo “por transparencia”.
La Autoridad Reguladora declaró tener muy claro que es la única autorizada a fijar tarifas pues eso “nunca ha estado en discusión”, pero, alegó que la información para determinar los precios la maneja solo Recope como importador que es. Sin embargo, aceptó la nueva disposición de Quesada y dijo que para definir los precios “exigirá la información necesaria”, pero no indicó cuánto tiempo tardará en analizarla.
Ante las manifestaciones de Aresep, Recope contestó: “¡Zapatero a tus zapatos! En respeto a la institucionalidad del país es importante que Aresep asuma sus funciones; en el tanto, Recope brindará de forma eficiente el servicio que nos han encomendado, para que sea la Aresep, según la Ley, la que fije los precios de los combustibles”.
De acuerdo con la metodología anterior, el segundo viernes de cada mes Recope presentaba a la Aresep datos financieros para justificar el ajuste en el costo de los combustibles. Al final del documento incluía un recuadro con una propuesta de tarifas. Luego de un análisis, el ente regulador definía los nuevos importes al final del mes.
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Desde este viernes 13 de mayo, todo cambió. Recope dejó de presentar ese recuadro y envió tablas estadísticas, recuadros de costos y gráficos por separado para que Aresep los analice y determine los precios. Por ejemplo, este viernes, el departamento de Estudios Económicos y Financieros de la empresa importadora y distribuidora de combustibles remitió un correo electrónico con 12 documentos adjuntos.
“Recope venía presentando de manera transparente las peticiones extraordinarias, por una razón muy sencilla: la Autoridad Reguladora no coadministra y, en lo que corresponde a la importación de los combustibles, la información requerida la tiene exclusivamente Recope”, explicó Aresep.
En una entrevista con La Nación, Quesada expresó que no rehúyen sus responsabilidades ni buscan evadir la solicitud de eventuales aumentos.
“Hay una realidad y es que estamos bajo una nueva administración de este gobierno y también hay un cambio en la presidencia ejecutiva de Recope y bueno... Yo me voy a regir por el principio de legalidad (...) Nosotros no estamos en esos juegos de populismo, estamos reconociendo las facultades que tiene la Aresep, que están dadas por ley”, subrayó el jerarca.
El choque entre Aresep y Recope se da en momentos que los consumidores enfrentan constantes alzas debido al alto precio internacional más otros costos como impuestos, transporte marítimo, seguros, flete local, márgenes de comercialización de las gasolineras y de Recope. En la actualidad, el litro de diésel está en ¢904, el de gasolina súper en ¢951 y el de regular en ¢927.
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‘Es una jugada de Recope’
Dennis Mélendez Howell, quien fue regulador general entre 2010-2016, afirmó que la decisión es una “jugada” para que la opinión pública deje de pensar que Recope es quien solicita el incremento en los precios de los combustibles.
“Yo diría que, Recope, bastante bien jugado, dice: ‘bueno, nosotros ya no vamos a hacer una solicitud tarifaria como tal, nosotros lo que vamos a hacer es enviarle la información para que ellos hagan los cálculos sobre la tarifa’ (...) Es una jugada de Recope, en el sentido de que todos los meses la gente lo que dice es: ‘Recope otra vez subió los precios de los combustibles’, en este caso ya Recope no va a pedir que suban o bajen los combustibles, es la Aresep la que automáticamente, de acuerdo con la Ley, va a tomar la decisión de cuáles son las nuevas tarifas”, comentó.
Alejandro Muñoz, quien presidió Recope entre 2018 y el 7 de mayo pasado es del mismo criterio. “Por la percepción tan negativa que hay sobre Recope en el país, yo pienso que esto es algún tipo de estrategia como para que no sea otra vez la Refinería quien sugiera los precios de los combustibles. El nuevo presidente ejecutivo lo que está haciendo es pasándole la responsabilidad a Aresep de tener que decir ellos cuáles van a ser los nuevos precios, que de cualquier forma el cálculo tiene que darle igual a las dos instituciones, porque la metodología es la misma”.
El recuadro que enviaba Recope a Aresep, que era de dominio público y en la prensa, daba a la ciudadanía una idea de cuánto iban a subir o bajar los combustibles el próximo mes, cosa que desaparece con este cambio.
Hasta ahora, la Aresep se tomaba unas dos semanas para analizar la propuesta de Recope y responder si la aceptaba o no. Con la nueva directriz de Juan Manuel Quesada, es incierto si en dos semanas la Autoridad Reguladora fijará tarifas. “Hasta que completemos la valoración técnica de la información presentada podremos precisar el tiempo requerido”, aseveró Mario Mora, intendente de Energía.
Alejandro Muñoz, expresidente de Refinadora, declaró a La Nación que “un atraso muy largo podría traer problemas a Recope, porque necesitan tarifa para pagar la factura petrolera. Si eso sucede o hay atrasos, sería muy serio y podría provocar desabastecimiento”.
En marzo pasado, por ejemplo, Recope tenía prevista una factura de $227 millones por compra internacional de combustibles, $86 millones más que los $141 millones invertidos en febrero.