San Gerardo de Rivas. Hace más de 40 años el cerro Chirripó fue declarado Parque Nacional. Desde entonces, sus 3.820 metros de altura lo han convertido en uno de los destinos más atractivos para miles de caminantes y escaladores.
Todos los años nacionales y extranjeros lo visitan y dejan millones en ganancias, pero una cantidad mínima acaba en el bolsillo de quienes viven al pie de ese coloso.
A partir de este año la historia será otra: los vecinos de las comunidades dejarán de depender de una economía secundaria producto de los ingresos al Parque y serán ellos quienes obtengan, de manera directa, los beneficios que produce el imponente vecino.
En diciembre pasado la comunidad de San Gerardo de Rivas se organizó y ganó la concesión de los servicios básicos que ofrece el Parque Nacional Chirripó.
Esto significa que algunas de las tareas que hasta el momento eran administradas por el personal de esa área protegida, pasarán a manos del pueblo.
En junio próximo los vecinos asumirán los cinco servicios esenciales que ofrece esa atracción natural del país, entre ellos, transporte, alimentación, alojamiento, alquiler de equipos y hasta una tienda de artesanías que estará en el albergue Base Crestones.
Ronald Chan, director del Área de Conservación La Amistad-Pacífico (Aclap), explicó que esta concesión no pretende privatizar el Parque, sino mejorar la calidad de los servicios al turista.
“Esto no quiere decir que nos vayamos a desligar; por el contrario, vamos a fiscalizar el trabajo que ellos van a dar y nos vamos a asegurar que estos sean de calidad.
”Se va a diversificar la oferta y se crearán nuevas fuentes de empleo que antes no existían”, destacó.
El funcionario aclaró que el personal que antes se dedicaba a estas tareas reforzará otras áreas como la vigilancia y control.
Proceso. El concurso para dar en concesión estos servicios inició hace cinco años. Los primeros que aprovecharon la oportunidad y al final, únicos oferentes, fueron los vecinos de la zona.
Usualmente, una proporción importante de quienes visitan el parque lo hacen a través de empresas privadas, que les venden los paquetes completos.
Para participar, los habitantes de San Gerardo de Rivas tuvieron que formar un consorcio actualmente integrado por la Asociación de Desarrollo de San Gerardo, la Cámara de Comercio local y la Asociación de Arrieros.
El grupo fue bautizado como Aguas Eternas, uno de los significados de Chirripó en lengua indígena. La concesión tiene una duración de cuatro años; el primero es de prueba. Una vez finalizado ese periodo, el contrato se renueva.
“Los arrieros tenemos 18 años de trabajar en un convenio, pero esto viene a integrar a la comunidad, por lo cual ahora las ganancias van a contribuir con el desarrollo. Estamos ansiosos por que se van a generar más fuentes de empleo”, dijo Juan Ureña, presidente de la Asociación de Arrieros.
Con este proyecto, los vecinos pretenden invertir en mejoras en los albergues y en diversificar la alimentación para los turistas.
Incluso podrían organizar paquetes para que los caminantes solo tengan que ocuparse en trasladarse al Parque, sin preocuparse por llevar la carga o garantizarse un alojamiento seguro y cálido en medio del frío de la cumbre.