Alejandro Guillén Guardia, presidente del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), confirmó que la entidad analiza si abandona un proyecto para eliminar fugas de agua no contabilizada por el cual se contrajo un préstamo de $130 millones en el 2015.
El monto resultó de un crédito con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y una donación el banco alemán KfW al cual se unió una contrapartida de $30 millones del Instituto para sellar gran parte de las fugas en sus tuberías y controlar mejor la producción y capacidad de bombeo del líquido que distribuye.
Sin embargo, el plan llamado “Reducción del agua no contabilizada y mejoramiento de la eficiencia energética” (RANC-EE) tiene tal grado de atraso que ahora se analiza si se debe continuar.
“Esto de las fugas es un gran problema porque estamos perdiendo mucho dinero. El préstamo del proyecto se firmó en el 2015 pero, desde entonces a este día, RANC-EE apenas tiene 10% de avance. Es una pena y, honestamente, una vergüenza”, declaró Guillén García ante consultas de La Nación.
Ello contrasta con el deterioro de la red de distribución que la entidad arrastra hace años.
Según el funcionario, al menos 66% de los medidores de la Gran Área Metropolitana (GAM) requerían sustitución hace tres años por lo cual el AyA factura a la fecha solo 43% del total de agua potable que produce. Cuando se contrajo el crédito, en el 2015, facturaba 50%.
Agregó que el Instituto posee 180 sistemas para operación y conducción del líquido pero 50 tienen su disponibilidad de agua detenidas por fugas u daño en los conductos. De esos 50 sistemas parados, dijo que 20 están en el área metropolitana.
Esto se debe a que, de 9.000 kilómetros (kms) de red de distribución asociada al total de 180 sistemas, 1.200 kms están en mal estado de los cuales 760 kms se sitúan en el área metropolitana entre tuberías viejas, numerosas fugas subterráneas sin detectar, tomas ilegales y medidores obsoletos o alterados.
LEA MÁS: AyA pierde entre 47% y 67% del agua a causa de fugas
Por esa razón, aseguró, el presidente Rodrigo Chaves le pidió al jerarca evaluar la conveniencia de mantener RANC-EE y, de ser necesario, abandonar el proyecto.
Guillén Guardia añadió que se intentará redirigir RANC-EE para mejorar su ejecución mediante un plan remedial pero no indicó plazos previstos de observación del desempeño antes de tomar una decisión.
Promesa incumplida
Aunque el préstamo se contrajo en el 2015, RANC-EE inició formalmente su ejecución en agosto del 2019 con un diagnóstico institucional y de agua no contabilizada al cual se unió el diseño de un plan de acción que incluía 261 acciones críticas.
Se suponía que dichas acciones iban a reducir 17% el índice de fugas con la intervención de ocho acueductos en puntos de la GAM, Liberia (Guanacaste) Limón y Guácimo (Limón), Pérez Zeledón (San José), la ciudad de Puntarenas y en el centro de Alajuela y San Ramón (Alajuela).
LEA MÁS: Jerarca del AyA anuncia reorganización de entidad para eliminar unidades innecesarias
La proyección de agua recuperada atendería a 400.00 personas “lo que reduciría el déficit en época seca en el Área Metropolitana”, había proclamado AyA en un comunicado, en setiembre del 2020.
Además, la nota de prensa estimó entonces que el resultado de eliminar esa agua perdida equivaldría a un ingreso previsto de $350 millones en 12 años, según indicó la entonces presidenta ejecutiva del AyA, Yamileth Astorga.