Una cadena de infortunios entre errores humanos, fallos técnicos y vandalismo explicarían, según el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), que se profundizara el faltante de agua que sufre el área metropolitana durante la estación seca.
Para esta temporada hay 14 cantones de la Gran Área Metropolitana (GAM) con racionamientos de hasta nueve horas, debido a que el bombeo de agua en los acueductos desciende por falta de lluvia y coincide con un aumento en el consumo.
Sin embargo, a estos factores se sumaron problemas.
El domingo el AyA dejó de bombear el líquido por unas cuatro horas debido a un “error humano”, admitió Yamileth Astorga, presidenta ejecutiva del Instituto de Acueductos y Alcantarillados.
Se había logrado un acuerdo con el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) de incrementar el aporte del embalse El Llano en Orosi , en Cartago, al Acueducto Metropolitano para así proveer agua a habitantes del área metropolitana de San José. No obstante, vez de irse a los hogares durante esas cuatro horas, el líquido disponible se habría vertido a ríos por una desviación del recurso producto del “error humano”.
Luego, afirmó Astorga, el lunes en La Uruca explotó un transformador que dejó sin electricidad esa zona por varias horas lo cual apagó los equipos de bombeo del Instituto en esa área, los que llevan agua proveniente de un acueducto de Tibás a los Hatillos.
Tambien ese día, desconocidos echaron arena y piedras con alambre de púa en la naciente de San Pedro, conocida como El Pizote, en San Ramón de La Unión, en Cartago. Esto causó que unos 8.500 vecinos de comunidades aledañas se quedaran sin agua entre la noche del lunes y la madrugada de este martes.
No obstante, este martes ocurrió otro desperfecto mayor que paralizó el bombeo de agua por varias horas en la planta del AyA en La Valencia (Heredia) cuando explotó allí una bomba hidráulica que debió cambiarse.
“Entonces han sido tres días seguidos de problemas y con faltantes de agua debido a que no hay agua suficiente y además hemos enfrentado todos estos problemas”, añadió Astorga.
De esta forma, no se han visto los esfuerzos de aumentarí el suministro de agua en el área metropoliana de San José a 100 litros por segundo ante la alerta por el nuevo coronavirus covid-19, cuando se insta a la población a lavarse las manos constantemente para evitar el contagio.
Además, se han tenido problemas desde el domingo para cumplir con los horarios previstos de racionamiento, lo que ha complicado todavía más las rutinas de los barrios en el sur de San José.
Precisamente, mientras Astorga ofrecía estas explicaciones, un grupo de unas 20 personas vecinas de Hatillo mantenían bloqueado la carretera de Circunvalación en protesta precisamente por la falta de agua. Los manifestantes aplican la medida unos cinco minutos en el carril que une Alajuelita hacia Escazú y luego se pasan hacia el carril contrario.
Los racionamientos afectan a unas 375.000 personas-
Actualmente, los racionamientos programados del AyA abarcan los cantones de Alajuelita, Curridabat, Desamparados, Escazú, Goicoechea, La Unión, Montes de Oca, Mora, Moravia, San José, San Pablo, Santa Ana, Tibás y Coronado.
“No tener agua genera desesperación pero aquí la idea es cómo nos ayudamos”, declaró Astorga a La Nación.
Según ella, esta semana ha mantenido una “sala de crisis” para analizar la posibilidad de un plan de emergencia para minimizar fugas de agua.
Por ejemplo, se decidió, a partir de esta semana, reducir la presión del suministro para mitigar fugas y desestimular el consumo excesivo entre los consumidores.
“Cuando se ve salir un chorro muy fuerte del tubo, hay una tendencia ya conocida a dejar correr el agua. Entonces vamos a colocar unos equipos para reducir esa presión y eso nos ayuda a tener más agua para otras zonas”, agregó.
Además, AyA evalúa impulsar una fuerte campaña de identificación y reparación de fugas pero requieren revisar cuidadosamente dónde serían las intervenciones para agilizar los trabajos.