El ingeniero Roy González Valverde forma parte del equipo responsable de la operación del acueducto metropolitano, del cual se abastecen 1,2 millones de personas. Trabaja en el Centro de Control de Operaciones de AyA para la Gran Área Metropolitana (GAM).
González brindó declaraciones luego de que la Defensoría de los Habitantes informara de que vigilará el cumplimiento de los horarios de racionamiento programados por Acueductos y Alcantarillados (AyA), pues ha recibido muchas denuncias de usuarios del servicio de agua potable porque esos horarios no se cumplen.
Este es un resumen de la entrevista con González, en la cual explica las razones técnicas de un asunto que no es del año pasado, según dice, sino que ya tiene su tiempo.
− La Defensoría ha recibido quejas por el incumplimiento de los horarios de racionamiento de agua. ¿A qué se debe esa situación?
− No es un tema del año pasado. Es un tema prolongado porque en el momento en que usted tenga un corte de agua, a diferencia de un corte eléctrico, no es posible decirle a los usuarios la hora en que se va a ir el servicio y la hora en que va a volver. Eso no es posible excepto que usted tenga un acueducto con un tanque y cien casas en un área no menor de 1 km cuadrado. Pero el acueducto metropolitano tiene más de 300 km cuadrados de área y cerca de 200 tanques con los cuales abastecemos a más de 1,2 millones de personas. Cada tanque tiene una población muy grande.
− ¿Qué es lo que informa la institución?
− La institución lo que puede informar es el momento en que realizamos la maniobra operativa en una infraestructura del acueducto. Por ejemplo, yo le puedo decir: haré un cierre nocturno en la planta potabilizadora de Alajuelita de 10 p. m. a 4 a. m. A las 10 p. m. en punto se está cerrando la válvula de distribución del tanque, la planta nunca sale de operación. Toda la producción se destina a llenar el tanque para que a las 4 a. m. el operador de la planta abra la válvula. Por ejemplo, cuando los racionamientos se hacen en Desamparados, el tanque se cierra a las 8 a. m. y se abre a las 3 p. m, pero el horario de racionamiento se manda de 8 a. m. a 4 p. m.
− ¿Qué pasa en ese momento?
− En ese momento toda la red de tubería está llena y la red en sí misma es un tanque. No es factible que cerremos cada medidor de cada casa y abrir mágicamente todas las llaves. Esto se podría controlar a través de un dispositivo, pero cuando se tienen 400.000 servicios eso se sale de todo presupuesto. Muchas veces, y sobre todo en los sectores bajos, cuando cerramos el tanque a las 8 a. m. la gente dice: ‘el agua se va a las 8 a. m. pero a mi casa sigue llegando y yo la sigo usando’. Usted podría decir que se salva quien vive en la parte baja porque tiene agua. Claro, pero cuando yo abro nuevamente el tanque tengo que llenar la tubería que todo el mundo vació.
“Por eso, abrimos a las 3 p. m., para que la tubería se vaya llenando. Por supuesto, que a quienes viven en las partes bajas el agua les llega primero. Pero tenemos que esperar a que toda la tubería se llene. AyA lo único que puede controlar es la válvula del tanque. El consumo de los usuarios en la red no lo podemos controlar. No podemos garantizar el regreso del agua”.
![Roy González Valverde, del Centro de Control de operaciones de la GAM AYA](https://www.nacion.com/resizer/v2/OSECWHD5BZEJXO44ZWRQYCQ3FM.jpeg?smart=true&auth=d250bafa3ce65a2f703659357ea65ff537d35b75ae3d37444fc0cfb05e699ef2&width=209&height=157)
− ¿Cómo pueden mejorar el cumplimiento de los horarios de racionamiento?
− Lo que hemos hecho con el tiempo, y lo haremos este año con el objetivo de afinar un poco más el horario, es que estamos partiendo los lugares por elevaciones. Estamos haciendo un análisis y vamos a decir: en el sector más bajo el agua no se va a ir a las 8 a. m. sino a las 10 a. m., y volverá a las 4 p. m. El sector medio se quedará sin agua a las 9 a. m. y volverá tal vez a las 5 p. m., una hora después. Lamentablemente, en el sector más alto el agua se irá inmediatamente, y volverá una hora después cuando todo el sector carga.
“Nosotros hablamos de una franja horaria de dos horas. Hay dos horas en las cuales el agua, dependiendo de los sectores, va a volver. Hacemos un análisis de la altitud o la topografía, y se hace la partición.
“Otra cosa que le menciono a los usuarios es la analogía de la electricidad. Cuando le compramos electricidad a Guatemala, la electricidad dura 6 minutos en llegar a Costa Rica, y para llegar de una represa como Cachí, unos 40 segundos. El agua no. No puede viajar a más de 5 metros por segundo. Para recorrer un kilómetro, a la velocidad promedio de 2 metros por segundo (lo recomendado para el diseño de la casa), duraría casi 8 minutos en recorrer un kilómetro”.
− ¿Cuáles otras razones técnicas hay para que los horarios no se cumplan?
− Hay muchas razones técnicas por las cuales el agua no puede llegar o predecir en cada hogar el momento en que va a llegar. Nosotros lo que pedimos es tolerancia. También le decimos que aprenda a conocer su sector. Si avisamos un racionamiento, yo, como usuario, veo que lo hacen todos los jueves, y me entero de que AyA dice de 8 a. m. a 4 p.m., y se me va el agua a las 9 y vuelve a las 5. Eso realmente pasará así todas las semanas por la posición geográfica del acueducto.
2024 será más intenso
− ¿Se complicará más el abastecimiento este año con el fenómeno El Niño?
− Sí, correcto. Estamos trabajando en un plan de contingencia porque sí prevemos que a inicios de febrero ya van a haber racionamientos. Los abastecimientos controlados van a empezar en las noches en plantas potabilizadoras con el objetivo de que los tanques se llenen durante la madrugada y el usuario tenga servicio en la mañana. Esa es nuestra prioridad.
“Con base en las condiciones del acueducto, que son cambiantes de semana a semana, vamos revisando y cada viernes se anuncia cuál es el nivel de afectación para la siguiente semana”.
− ¿Cuándo sería ese primer anuncio?
− Eso sería el viernes 26 de enero o el viernes 2 de febrero. Estamos haciendo todo lo posible para pasar las elecciones municipales sin afectación. Pero probablemente para la semana del 5 de febrero vayan a haber racionamientos, y probablemente se anunciarán en la semana del 29 de enero.
− ¿La estrategia sería por altura?
− A la hora de establecer las franjas horarias, por ejemplo, el de Curridabat abastece desde Zapote hasta el Hospital San Juan de Dios, y hacia el sur el parque de la Paz y al norte hacia el (hospital) Calderón Guardia. Por tema de niveles sé que donde faltará primero es en Zapote, San Francisco y aledaños. Establecemos un horario para esos sectores y otros para San José.
− ¿De cuánto será la afectación?
− Las primeras semanas empezaríamos con unas 40.000 personas con cierta afectación por horas durante las noches. Conforme avance, se incluirán más usuarios. El año pasado, el momento en que más se incluyeron usuarios fue una semana de abril en la cual hubo hasta 400.000 personas con algún nivel de afectación.
− ¿Cuáles son las comunidades que desde el inicio siempre tienen un nivel de afectación?
− Desamparados, Alajuelita, Escazú, y a partir de ahí conforme el descenso de plantas como Guadalupe y Los Sitios, en Moravia. Por lo general, se incluyen Moravia, Goicoechea y Vázquez de Coronado.
− Según los pronósticos del IMN con los que ustedes trabajan, ¿sí se espera que sea más intenso este año?
− Sí, correcto. Sí tenemos que esperar siempre porque el IMN (Instituto Meteorológico Nacional) da reportes con un trimestre de antelación. En diciembre, ellos nos anunciaron hasta el 31 de marzo. Nos dijeron que sí se espera El Niño, y uno intenso más que moderado. Esperaríamos a mediados de febrero que lance una nueva estimación. Pero sí se espera una disminución en las fuentes, eso, definitivamente.
− ¿Cuánto están invirtiendo en la infraestructura de agua potable para actualizarlo a la demanda y a las condiciones meteorológicas?
− Tenemos proyectos. Este año estamos trabajando con la electrificación de varios pozos. Uno en Moravia, para que podamos mejorar las condiciones ahí. Tenemos la posibilidad de contar con unos generadores eléctricos para arrancar unos pozos con una licitación en camino. La institución siempre procura mejorar la oferta porque necesitamos más agua para una creciente demanda. Y por supuesto también se trabaja en proyectos de fondo que vengan a solventar el aumento de la demanda.