La Municipalidad de Cartago ha castrado, en total, a 3.400 perros callejeros en los últimos cinco años, desde que puso en funcionamiento su Centro Municipal de Educación para el Cuido Animal (Cmeca).
De acuerdo con el veterinario Rafael Hernández, encargado de ese centro, esto no solo ha permitido reducir la población de perros de la calle en el cantón central cartaginés, sino que también les da una oportunidad a esos animales de conseguir amor en un nuevo hogar.
“Ahora prácticamente hay pocos perritos por la ciudad. Los que deambulan ya han sido castrados y devueltos a su hábitat, si en un plazo de 15 días nadie quiso adoptarlos”, afirmó el veterinario.
Este centro municipal siempre tiene en adopción a una gran cantidad de perritos, debido a que castra a diez canes, en promedio, por día. En su página de Facebook, el Cmeca anuncia con fotografías los animalitos que buscan casa.
Las personas interesadas en sumar un nuevo miembro de cuatro patas a su familia pueden contactar a esa entidad por medio de esa red social.
“Para otorgarlos (en adopción), la familia debe comprobar que tendrá una tenencia responsable de la mascota, a lo que también se le da seguimiento”, dijo Hernández.
El Cmeca está ubicado en Coris de Cartago, tiene amplias instalaciones, con un campo de juego para los animales que pasan temporalmente en ese centro. También hay aulas donde se imparten capacitaciones sobre cuido animal a estudiantes de primaria y secundaria.
“Nuestro centro es único en el país en esta modalidad. Mantenemos un convenio con el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) en las que realizamos campañas gratuitas de vacunación contra la rabia”, afirmó el médico veterinario.
El funcionario aseguró que los perros liberados, debido a que no fueron adoptados, se les hace “una muesca” (corte o marca) en su oreja, para que los trabajadores municipales distingan cuáles animales todavía no han sido castrados.
Rolando Rodríguez, exalcalde de Cartago, aseguró que la creación de ese centro municipal era clave debido a que la población de perros de la calle crecía de forma desproporcionada.
“Hasta algunos romeros en los días previos al 2 de agosto, venían con sus perros para dejarlos abandonados aquí, lo que logramos evitar sustancialmente con ayuda policial. Aparte de que también ya representaban un problema de salud pública”, manifestó Rodríguez.