La duplicidad de funciones y el hecho de que “hay mucha gente” laborando en las oficinas centrales de la CCSS llevaron a la entidad a plantearse una reestructuración organizacional, la cual se concretará dentro de tres o seis meses.
Aunque las autoridades de la institución aún no revelan cuántos puestos de trabajo de más hay en sus dos edificios en avenida segunda, la presidenta ejecutiva, Ileana Balmaceda, descartó, del todo, que se tramiten despidos de personal.
Por ello, según dijo, el reacomodo de la estructura consistirá más bien en trasladar plazas, especialmente hacia las áreas de salud (hospitales, clínicas y direcciones regionales) que las requieran.
Según datos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), en oficinas centrales laboran 3.642 personas, del total de 48.000 que trabajan para la entidad.
Balmaceda tocó ayer el tema en la presentación del avance de la atención de las 91 recomendaciones que dio una comisión de notables para que la Caja sobreviva a su crisis financiera.
Sin embargo, hace tres semanas la funcionaria dijo a este diario que el diagnóstico de todos los puestos de trabajo en las cinco gerencias ya estaba listo.
“No estamos pensando en las personas que están en los puestos, sino en los perfiles que se requieren”, advirtió Balmaceda, en relación con los posibles movimientos laborales que se pretende hacer.
A manera de ejemplo, Balmaceda comentó que en el caso de dos trabajadoras sociales que se pensionaron hace poco y que trabajaban en oficinas centrales, se determinó que una plaza permanecería en avenida segunda, pero la otra iría al Ebais de Guararí de Heredia, sitio “donde hace falta un profesional en ese campo”.
Otro ejemplo: “Si comenzamos a hacer las compras en línea, eso va a requerir menos gente, entonces nos tocará reubicar (funcionarios) ya sea en otras labores o en otra área de atención”, dijo la jerarca.
Informe. Además de informar sobre su reestructuración, la Caja indicó ayer que ya ha atendido 61 de las 91 recomendaciones que hizo un grupo de notables para frenar y revertir la crisis financiera.
Se refieren a medidas para evitar el creciente déficit que advirtió el año pasado la Organización Panamericana de la Salud.
Modificaciones en el pago de cesantía, de incapacidades y las remuneraciones por tiempo extraordinario son algunas de las acciones que, según los jerarcas, han ayudado a mejorar las finanzas.
Se suman en la contención del gasto la prohibición de crear plazas y contratar nuevos alquileres.
Aunque la entidad no tiene el cálculo del impacto directo sobre las finanzas que se espera en el futuro, Max Barbarena, técnico de la Dirección de Planificación y quien está a cargo de coordinar los trabajados para las recomendaciones, dijo que solo en el 2011 la Caja logró ahorrar ¢23.000 millones.
Balmaceda, por su parte, manifestó que en el 2013 se verá más claro el impacto de las acciones.
No obstante, algunas acciones que más repercutirán en estabilizar las arcas estarán listas a largo plazo, como la implementación del Expediente Digital Único en Salud (EDUS), que arrancará en el 2017.