Las choferes de bus tienen la obligación de bajar a pasajeros agresivos y mantener las ventanas abiertas en todas sus unidades. Este recordatorio lo hicieron autoridades de transporte este jueves, en un llamado a evitar episodios de violencia como el que ocurrió un día antes en Aserrí, San José, cuando una mujer lanzó improperios contra otra pasajera por no abrir una ventana para que entrara aire fresco.
Esa obligación está dispuesta en el inciso c) del artículo 47 de la ley de tránsito, al señalar que el chofer debe exigir al usuario que se retire del bus cuando “profiera expresiones injuriosas o groseras, o promueva riñas”, y en caso de ser necesario, “detendrá la unidad y dará aviso a la autoridad policial más cercana para que obligue al perturbador a abandonar el vehículo”.
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La Autoridad Reguladora de Servicios Públicos (Aresep) indicó a La Nación que este numeral es aplicable a la situación que ocurrió en Aserrí, pero que aún se necesita mayor regulación sobre el tema, ya que la ley no especifica el tiempo prudente que debe esperar el conductor para actuar o la forma física en que debe hacerlo, ni tampoco qué califica como riña o como expresión grosera.
En ese sentido también se manifestó el Consejo de Seguridad Vial (Cosevi) al destacar que, aunque no tenga competencia en esta materia, considera que debe existir una mejor reglamentación, la cual debe ser liderada por el Consejo de Transporte Público (CTP), principalmente por las nuevas condiciones que trajo la pandemia, como la necesidad de tener flujo de aire en espacios cerrados.
Por su parte, el CTP evitó referirse a la riña ocurrida en el bus por ser una situación entre pasajeros y únicamente recordó que por disposición del Ministerio de Salud, durante la emergencia sanitaria, “es obligatorio llevar las ventanas abiertas para ventilar la unidad, si la condición climática lo permite”.
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Aunque la ley de tránsito señala que el Consejo debe emitir un reglamento que determine el procedimiento para retirar pasajeros de las unidades, cuando se le preguntó por dicho documento respondió que por el momento solo “se cuenta con un borrador que debe ser revisado para enviarlo a la Junta Directiva”.
Para el excoordinador del Juzgado de Tránsito de San José y exprofesor de la escuela de la Policía de Tránsito, David Hernández, la legislación actual incluso permite a los choferes hacer uso de la fuerza para retirar a algún pasajero del transporte público si la situación lo amerita.
“La norma no solo cuida la seguridad del transporte, sino también la de los demás ciudadanos que están involucrados cerca del hecho. Ese es el deber del chofer y por eso se le otorga esa facultad, pero igual es peligroso porque el pasajero podría atentar contra él o incluso denunciarlo por privación de libertad”, agregó.
El Ministerio de Seguridad Pública (MSP) confirmó que las tres personas involucradas en la pelea en Aserrí fueron bajadas del autobús, se hicieron los informes contravencionales correspondientes y fueron puestos en libertad. Se trató de dos mujeres costarricenses y un residente de nacionalidad argentina. “No hay un delito, no es un tema penal, sino que se bajan del bus por un tema de orden público para que el bus continúe”, añadió.
Los hechos ocurrieron al filo del mediodía en un bus de la empresa Transportes San Gabriel, en la ruta Acosta-San José. La Nación intentó contactar a alguno de los encargados de la compañía, pero dijeron estar disponibles hasta las 7 a. m. de este viernes.
Violencia en buses
La Cámara Nacional de Transportes (Canatrans) dijo a La Nación que en los últimos meses ha percibido un aumento de episodios de violencia o agresividad en los autobuses, no solo por riñas, sino también por asaltos, incluso en las paradas, por lo que han tenido que comenzar acciones coordinadas con el Organismo de Investigación Judicial (OIJ). Asimismo, reprochó profundamente lo ocurrido en Aserrí.
“Para nosotros es una situación lamentable y que a veces se escapa de nuestro control, en el entendido de que son situaciones que se generan a partir de los usuarios, no es una discusión con un chofer o con algún funcionario de alguna de nuestras empresas, sin embargo, por ser una situación que se da dentro de una unidad de servicio público por supuesto que nos preocupa y nos llama a encender las alertas”, señaló.
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Según la Cámara, la regulación actual en la materia es suficiente y los choferes ya han sido capacitados con cursos para enfrentar estos altercados. La instrucción que se les da es que, hasta donde se pueda, intervengan lo menos posible y acudan a la Policía cuando el hecho escale a mayor grado, ya que los pasajeros incluso podrían portar un arma y atentar contra la vida del conductor o de los demás usuarios.
“El mismo OIJ sabe dónde hay zonas más conflictivas donde podemos tener mayores incidentes y ellos en este momento están actuando. De hecho hay una campaña en la que se está suministrando información en los buses para evitar estos problemas o asaltos y demás altercados. También ha mejorado la coordinación con la Fuerza Pública para que puedan actuar en estos asuntos de manera más rápida”, resaltó la Cámara.
Aunque las autoridades dicen no tener estadísticas sobre la cantidad de riñas que se dan en el transporte público, se mostraron preocupadas por el tema e hicieron un llamado a la calma y la buena convivencia para mejorar el control de las emociones y evitar la violencia a toda costa.