La reducción de las fuentes de agua, el arsénico y más recientemente la salinización de los pozos han mantenido a Guanacaste en una sequía casi permanente.
Según las estimaciones del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), de cumplirse las proyecciones del Instituto Meteorológico Nacional, en el segundo semestre de este año habrá una reducción en las lluvias, lo cual repercutirá, una vez más, en la producción de agua potable en esa provincia.
Con el fin de mitigar ese faltante, el AyA desarrolla cinco grandes proyectos en Bagaces, Cañas, Bahía Papagayo, El Coco y la zona costera de Santa Cruz.
Además, como medidas temporales se trabaja en la perforación de 12 pozos adicionales este año, la interconexión en los sistemas y la ampliación de los acueductos de playa Panamá y playa Hermosa.
La presidenta del AyA, Yamileth Astorga, explicó que en el caso de Cañas-Bebedero, se trata de la construcción de un acueducto completamente nuevo que captará agua del embalse Sandillal para llevarla hasta Cañas.
Este proyecto será desarrollado con fondos donados por el gobierno de China y tiene un costo de ¢3.185 millones. Se estima que las obras iniciarían en febrero del próximo año.
Astorga aseguró que ya se cuenta con el terreno y los estudios de prefactibilidad. Como solución temporal, en esas localidades se instaló una planta removedora de arsénico.
El problema del arsénico también afecta a varios poblados de Bagaces, en donde la solución temporal incluye la colocación de filtros en las comunidades más pequeñas. El plan del AyA para esta población también consiste en la creación de un nuevo acueducto.
De acuerdo con la jerarca, para incluir este cantón dentro del decreto de emergencia por la sequía, debieron hacer estudios para demostrar cómo la baja en las fuentes aumentó las concentraciones de arsénico. El AyA estima tener listo el nuevo acueducto a finales del 2019.
Quienes están más cerca de ver solucionado su problema son los pobladores de bahía Papagayo. Ahí las obras se iniciaron en mayo de este año y se espera que estén listas a inicios del 2018.
"Este lo hicimos en conjunto con el Instituto Costarricense de Turismo y ya está en construcción. En Trancas se hizo una interconexión que llamamos "tranquitas", que es un proyecto antes del proyecto grande, porque llevar aguas con cisternas no solo es caro, sino que muchos hoteles también deben pagar porque no les alcanza", dijo Astorga.
Esto se hizo con una inversión de ¢500 millones.
Los otros dos grandes proyectos incluyen las mejoras en el acueducto Sardinal-El Coco y la construcción de un nuevo acueducto en la zona costera de Santa Cruz.
"En Sardinal-El Coco hubo un sabotaje, se querían hacer las pruebas de bombeo a principios de junio y cuando entraron los equipos se encontraron con que alguién tiró tierra, piedras y hasta tubos en los pozos y los destruyeron. Las pruebas tuvieron que suspenderse porque se tiene que volver a perforar el pozo", dijo Astorga.
Según la presidenta del AyA, hay un grupo en la comunidad que se opone al acueducto, a pesar de que está demostrado que se trata de fuentes saludables y con suficiente líquido.
En el caso del proyecto que abastecerá la zona costera de Santa Cruz, se está a la espera de órdenes de expropiación.
De acuerdo con la información del AyA, como parte de las acciones también se inició un trabajo con las Asociaciones Administradoras de Sistemas de Acueductos y Alcantarillados Comunales (Asadas), que incluyen capacitaciones y mesas de trabajo con el fin de que mejoren su infraestructura y capacidad de gestión.
Lento avance
A pesar de las acciones anunciadas por el AyA, en Guanacaste aseguran que las medidas temporales solo sirven para paliar la sequía, y que el lento avance de los grandes proyectos tiene detenido el desarrollo de la provincia.
"El 25 de julio del año pasado le creímos al presidente y al Consejo de Gobierno, y depositamos nuestro voto de confianza en que este 25 de julio íbamos a celebrar con los nuevos sistemas de acueductos de Sardinal y Nimboyores (Santa Cruz). Nos deja un sinsabor enorme el hecho de que un año después no se haya cumplido esa promesa, hay avances pero seguimos sin resultados, con el desarrollo estancado", aseguró Priscilla Solano, presidenta de la Cámara de Turismo de Guanacaste.
De acuerdo con Solano, al no contar con suficiente agua, se paralizan los permisos de construcción y se frena la posibilidad de hacer crecer la única industria que brinda empleo en esa provincia. Esto a su vez acrecienta los problemas de pobreza y delincuencia en esa región.
Según la representante del sector turismo, la próxima semana tomarán decisiones en conjunto con todos los sectores sociales de la provincia, para definir las acciones que tomarían de cara a las celebraciones del próximo 25 de julio.
"Las medidas provisionales son paliativas, no inciden en el desarrollo, resuelven el tema de acceso temporal pero no permiten el desarrollo ni la construcción. Lo que pedimos es infraestructura básica, que es agua", aseguró Solano.
Ajustes presupuestarios
En febrero de este año, la Sala Constitucional congeló una solicitud de aumento que presentó el AyA ante la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep).
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La finalidad de ese aumento era contar con los recursos necesarios para desarrollar los proyectos que solventarían la emergencia por la sequía en Guanacaste.
De acuerdo con Astorga, esta era la primera vez que utilizaban la ley de Aresep para solicitar un ajuste bajo el criterio de imprevisibilidad.
Según Astorga, esa suspensión obligó a la entidad a replantear el presupuesto y reducir rubros que se tenían para este año.
Astorga aseguró que no necesariamente significa que postergaron otros proyectos para atender la emergencia en Guanacaste.
"Si hay un proyecto que depende de un terreno y el terreno está en espera de expropiación, en función del tiempo que le está llevando a los jueces darnos la orden de ingreso a ese terreno, si vemos que no se va a hacer el desembolso este año, en lugar de que esa plata quede sin uso se hace la revisión. Así sacamos la plata que necesitabamos para este año", explicó.
La solicitud de incrementar en un 14% las tarifas le generaría al AyA ingresos adicionales por ¢13.659 millones para tres proyectos. De ellos, el de mayor inversión es el de Santa Cruz (¢8.000 millones).