La Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) admitió que desde octubre cobra hasta 400% más por la electricidad a sus clientes que utilizan paneles solares y se proveen la energía bajo esquemas de generación distribuida con esa empresa.
Generación distribuida es un contrato por el cual un hogar o empresa instalan paneles solares para autoconsumo. La electricidad que le falte se la compra a la empresa proveedora de energía. Además, si ese hogar o esa empresa generan excedentes de energía cada día, los inyectan a la red pública y ese aporte se les reconoce en el recibo de luz.
Entonces, estos productores de energía solar asumen la inversión en los equipos y pagan una tarifa o peaje por conectarse a la red pública. Aparte, cancelan su factura cuando consumen electricidad de la empresa proveedora del servicio. Todo se basa en energía limpia.
Sin embargo, las proporciones del incremento en lo que ahora pagan a la CNFL las confirmaron tanto afectados como la Cámara de Generación Distribuida (CGD). Para todos, los cobros desincentivan cualquier interés en esta producción limpia.
Por ejemplo, el bufete de abogados Asejur, en San Pedro de Montes de Oca, utiliza un sistema fotovoltaico ligado a la red de la CNFL. Su cobro pasó de ¢69.510 en setiembre a ¢183.080 en octubre, por un consumo de 1.040 Kilovatios hora (KwH) en ambos meses. La diferencia de ¢113.570 equivale a 163% más de cargo.
Otros abonados, entre empresas y viviendas, tuvieron aumentos por hasta 418%, confirmó este diario. Indignación, enojo y frustración se apoderaron de todos.
Nueva fórmula de cálculo
Según la Cámara y la CNFL, los incrementos resultan de la entrada en vigor el 1.° de octubre de tarifas para la generación distribuida aprobadas por la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep).
Estas, según la Aresep, facilitarían la adopción de la generación distribuida conforme la Ley 10.086 Promoción y Regulación de los Recursos Energéticos Distribuidos a partir de Fuentes Renovables, de diciembre de 2021.
La Autoridad creó cuatro precios ligados a una fórmula de cálculo matemático: uno por interconexión a la red de distribución eléctrica, otro por acceso a esa red, uno más por compraventa de excedentes de energía y otro por reconocimiento de costos a la empresa distribuidora.
En contratos previos, algunos con vigencias de 10 años, solo se cobraba un peaje de acceso a la red de distribución eléctrica.
Eric Bogantes Cabezas, regulador general de Servicios Públicos, admitió que “algo salió mal” y aseguró que se investiga si el problema son las nuevas tarifas o cobros no autorizados o erróneos, o una combinación de ambas.
La CNFL y otros proveedores achacan toda la responsabilidad a la Aresep, pero lo único por ahora claro es el mayor estrés financiero que soportan los pequeños productores de energía no contaminante.
Alejandro Bettoni Traube, socio del bufete Asejur, señaló que en la factura de octubre la CNFL incluyó dos rubros con nombres similares: Costo de Acceso Generación Distribuida (COA) y Costo Acceso Generación Distribuida Débito Manual (AGD).
Bettoni dijo que se quejó ante Compañía, pero siguen sin respuesta. Para él, esta situación viola el principio de servicio al costo, porque parece como si les cobraran un peaje por circular por la calle aunque el carro se encuentre estacionado en la casa.
“A usted el proveedor solo puede cobrarle por el costo efectivo de la prestación del servicio y la Aresep debería definir si es su propia metodología o es la actuación de los distribuidores de energía o es un mix de ambos lo que causa este problema”, expresó.
‘Impuesto al sol’
Jan Borchgrevink, presidente de la CGD, ratificó que el incremento en el cobro es una exageración incomprensible, pues perciben que se penaliza con severidad a quienes invirtieron en paneles solares para ahorrar en el pago de la luz y cuidar el ambiente.
Añadió que prevalecen sentimientos de indignación y desilusión, pues ahora parece que perdió sentido la inversión si no hay enmienda.
Borchgrevink descalificó una variable en la nueva fórmula de cálculo de Aresep denominada “consumo natural” que funciona, insistió, es como una suerte de “impuesto al sol”. Según los análisis de la Cámara, esa variable ahora le cobra a los dueños de los paneles por usarlos.
El vocero explicó que ahora se impone un cargo por cada kWh que el abonado le siga comprando a su proveedor eléctrico cuando no genere su propia electricidad y, además, debe pagar por cada kWh que produzcan sus paneles.
“En muchos casos, empresas por ejemplo, el incremento neto se dispara entre 200% y 300%, con respecto a lo que en promedio pagaban”, aseguró.
France Prache Martin tiene un sistema fotovoltaico en Heredia desde enero de 2021 y un contrato con la CNFL por 10 años. En setiembre, su hogar pagó ¢5.000 en electricidad, en octubre ¢40.000. Esos ¢35.000 extra equivalen a 700% de incremento en el costo de la luz.
Esa familia invirtió ¢5,5 millones en paneles que ahora ya no serían rentables debido a lo que llamó “un cambio injusto y antiético” por crear inseguridad a posibles interesados, a quienes todo desincentiva.
“Hicimos un sacrificio por nuestro interés en contribuir al ambiente. Esperábamos recuperar lo invertido en seis años y ya no será posible. El país requiere energía sostenible de bajo costo y es una contradicción que la CNFL ataque a los usuarios y productores”, dijo en una carta enviada a La Nación.
Lo que dice CNFL
La CNFL y el Consorcio Nacional de Empresas de Electrificación de Costa Rica R.L. (que incluye a las cooperativas rurales de electrificación) insistieron en que los cobros se apegan a los cambios que introdujo la Aresep, los cuales son de acatamiento obligatorio.
Iván Montes Gómez, subdirector de Comercialización de la CNFL, explicó que el Costo de Acceso de Generación Distribuida (COA) es un peaje que los clientes pagan por sus intercambios con su red eléctrica (por inyectar y extraer energía), pero alegó que su sistema de facturación aún no está listo para cobrar eso y la reciente tarifa de acceso por “consumo natural”.
Como hay que imponer ambos rubros, agregó, la CNFL factura el peaje existente por un lado (el COA) y, por otro, un monto adicional por “consumo natural”. Eso se refleja en los recibos con las letras AGD que los abonados perciben como una suma cobrada dos veces.
“El impacto obedece fundamentalmente al cambio en la metodología establecida por Aresep para el cálculo del monto de la tarifa de acceso y que, en algunos casos, significa hasta 400% de variación respecto a lo que se venía cobrando históricamente”, confirmó Montes.
Justificó la situación al aducir que la Aresep no les dio tiempo de modificar su sistema de facturación aun y cuando, según él, le solicitaron cuatro meses de prórroga. Sin embargo, el vocero admitió que el nuevo régimen tarifario disparó 300% o más los cobros.
Un cliente binómico (se le factura por energía y por potencia) y uno monómico (se le cobra solo la energía) le pagaban antes a la CNFL la suma de ¢5.254 si, por ejemplo, generaba con sus paneles 700 kWh, de ellos inyectaba 200 kWh a la red y luego retiraba de esta 400 kWh para cubrir su consumo del mes. Ahora, todo eso costaría ¢23.643, lo cual implica 350% más de dinero (¢18.389 extra).
Mientras tanto, la Aresep permanece en la oscuridad.
“Un primer motivo de análisis es que parece, por los reclamos recibidos, que no todas las distribuidoras hacen un cobro uniforme y no tenemos claridad de los criterios de cada una aun y cuando se supone que deben usar la misma metodología”, manifestó Eric Bogantes Cabezas, regulador general de los Servicios Públicos.
En el caso de la CNFL, dijo, que descubrieron dos cobros por acceso de los usuarios a su red y desconocen la razón. También hay quejas contra las cooperativas rurales de distribución, pero la mayoría apuntan a la Compañía.
Según Bogantes, analizan el asunto hace semanas por si hay un error en la interpretación de la metodología o un error en el propio método. Sin embargo, recalcó que el nuevo cálculo tarifario se revisó y consultó públicamente.
“No obstante, ahora las propias distribuidoras y los usuarios se quejan. Entonces vamos a reunir a todas las distribuidoras el 18 de diciembre para subsanar”, concluyó.
Esta situación trasciende días después de que el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) declarara la generación distribuida (sea a base de energía solar, eólica hídrica u otra fuente limpia), como una medida de adaptación al cambio climático. Así lo señaló durante un seminario internacional del tema que organizó en San José, en noviembre.
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