La Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) gastará ¢8.000 millones para pagar a los 114 funcionarios que abandonaron la entidad el viernes pasado, tras acogerse a la movilidad laboral voluntaria.
Quienes decidieron irse (el 5% de la planilla) lo hicieron a cambio de recibir un 50% adicional en sus prestaciones legales. Así lo informó está mañana Víctor Solís, gerente general de la Compañía.
De acuerdo con el jerarca, este recorte le generará a la empresa un ahorro de ¢3.000 millones anuales. Jorge Pacheco, asesor financiero de la Gerencia, aclaró que este desembolso no será trasladado las tarifas eléctricas de sus 520.000 abonados.
La movilidad laboral fue sólo una de las opciones que dio a sus empleados la Gerencia General de la Compañía, a finales del año pasado, con tal de sortear la fuerte crisis financiera que atraviesa.
Los sindicatos aprobaron modificar algunos puntos convención colectiva: que se cambie la metodología para fijar las anualidades (que esta sea lineal). Esto significa que el incremento se calculará sobre el salario base de cada empleado, y no sobre el bruto, como se hace ahora.
También se acordó que, por un periodo transitorio de 3 años, se reduzca del 9% al 5% el aporte al fondo de ahorro, y del 5,33% al 3,33% el aporte a la asociación solidarista Asefyl.
"También se está trabajando en el manejo de deudas y en el uso más intensivo de nuestros activos, mediante las nuevas sinergías con Grupo ICE", dijo Solís.
Estos cambios ya están en vigencia; el gerente de la Compañía lanzó la promesa de que los números rojos en sus estados financieros desaparecerán este mismo año.