La Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) aún no ha inaugurado la planta hidroeléctrica Balsa Inferior, en Alajuela, pero ya registró una pérdida de $64 millones por este proyecto.
Así se desprende de los estados financieros auditados del 2014, que fueron admitidos ayer por la empresa pública luego de consultas de La Nación .
La compañía eléctrica confirmó que la construcción de la represa, por parte del consorcio brasileño OAS-Engevix y el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), ascendía, a diciembre pasado, a $327 millones.
Sin embargo, determinó que generará $263 millones de ganancias durante sus 40 años de operación, aceptó el asesor financiero Jorge Pacheco.
Al 2008, cuando se inició la construcción de la planta, la obra se estimó en $93 millones, pero se incrementó en 3,5 veces.
Según Víctor Solís, gerente de la CNFL, las principales razones del alza fueron la construcción del camino de acceso, cambios en el diseño y edificación de túneles de conducción y de desvío, tubería de presión y el embalse.
También hubo afectación sobre obras de excavación y revestimiento y el aumento del área para escombreras.
Para financiar la obra, la subsidiaria del ICE emitió bonos de deuda y contrajo créditos con cuatro bancos.
La CNFL finalizó el 2014 con una pérdida global de ¢42.549 millones, tras registrar la pérdida por deterioro de Balsa Inferior.
El desarrollo de este proyecto, de 37,5 megavatios, impactó las finanzas de la Compañía al punto de que fue una de los principales causas de la crisis que atraviesa.
Para paliarla, la empresa se libró del 5% de sus 2.290 empleados mediante movilidad voluntaria.
Además, recortó algunos de sus pluses y realiza un proceso de reestructuración para ajustar los salarios.
La obra todavía no ha sido entregada a la CNFL. Pese a que el aval preliminar se dio en noviembre, aún está en etapa de pruebas y se ignora cuándo concluirá.
Solís y Pacheco aclararon que una vez que arranque la planta, se investigará a los responsables de los fracasos y del encarecimiento. Recordaron que el actual gobierno topó con un proyecto avanzado en poco más del 90%.
“La inversión es parte de lo que la nueva administración de la CNFL está investigando (...). Este caso fue trasladado por el presidente Luis Guillermo Solís al Ministerio Público, para su respectiva indagación”, manifestó Pacheco.
¿Afectará las tarifas? La Compañía vende la energía que genera con sus plantas directamente a sus 525.000 abonados.
Ellos serán quienes sufrirían por el encarecimiento de la planta Balsa Inferior, confirmó Juan Quesada, intendente de Energía de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep).
El 10 de marzo, Víctor Solís admitió a La Nación que el precio de generación esperado por la planta alajuelense es de ¢75,48 por kilovatio hora (kWh), incluido el costo financiero.
Eso significa que cada kilovatio de Balsa Inferior es casi ¢6 más caro que el kWh promedio que les vendió el ICE a las distribuidoras durante el 2014: ¢69,71.
La Compañía aseguró ayer que asumió la pérdida mediante un registro contable, para no afectar a sus clientes. Según Pacheco, intentan bajar costos operativos y analizan posibles soluciones, como el refinanciamiento de la deuda actual.
Quesada recordó que al contratar financiamientos, firmas como la CNFL deben tomar en cuenta la vida útil de las plantas y las tasas de interés, para no afectar a los usuarios con una recuperación acelerada de la inversión.
“Si bien es cierto, el impacto de esos proyectos se reflejaría a nivel tarifario cuando empiecen a operar, la Aresep, preocupada por el posible impacto, hará el análisis correspondiente”, dijo.