Los cortes de luz que anunció este 6 de mayo el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) se aplicarán según un plan que, aunque se actualiza cada año, se aplicaría por primera vez a partir de criterios que definió la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep).
De acuerdo con esos criterios, los racionamientos de electricidad afectarán a sectores residenciales, donde está el grueso de los consumidores. Al 2023, Aresep cifró en 1,9 millones los abonados del servicio eléctrico en Costa Rica.
De ellos, 1,7 millones son consumidores residenciales (86,6%) mientras los demás corresponden a sectores como industria, comercio y servicios varios.
Sin embargo, los eventuales cortes dejarán sin luz a usuarios en casas dependiendo de su localización geográfica o su cercanía (o lejanía) de zonas donde se asienten sectores dinámicos de la economía.
El llamado Plan Nacional de Racionamiento (PNR) es un documento de vigencia anual, donde se reúnen todas las previsiones de racionamiento que deben presentar al ICE las empresas distribuidoras. Se eleva al Instituto porque en esa entidad recae la operación del mercado eléctrico y la operación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
Este plan, que se actualiza en noviembre de cada año, detalla los cálculos y previsiones en caso de requerirse cortes de luz como los anunciados. Incluye mecanismos de coordinación y comunicación a los usuarios, los cuales deben aplicarse antes, durante y después de un racionamiento programado.
Este 7 de mayo, el ICE organizó una reunión con representantes de las distribuidoras y la Aresep para empezar a precisar cuándo arrancarán los cortes de luz y su duración.
Regla base
Para dejar a oscuras zonas del país, el PNR debe partir de una regla de oro, según la cual las distribuidoras deberán afectar de manera mínima la vida, la salud, la seguridad, las comunicaciones y desarrollo económico del país.
Partiendo de eso, hay ciertos circuitos atendidos por las empresas que nunca deberían quedarse sin electricidad y ciertas reglas para declarar cortes donde sí deban aplicarse. Todo eso lo define la llamada norma técnica AR-NT-POASEN creada por la Aresep en el 2014 y que el PNR usa como referencia.
Por ejemplo, los racionamientos solo pueden ocurrir entre las 5 a. m. y 10 p. m. de lunes a sábado, salvo condiciones extremas que obliguen a ampliar el rango de tiempo o extenderlos al domingo.
Bajo ningún criterio puede interrumpirse el suministro de luz en hospitales y clínicas, donde se atiendan emergencias o existan salas de terapia intensiva y soporte vital.
Se exceptúan casos cuando las empresas distribuidoras establezcan convenios con centros médicos que cuenten con plantas de generación eléctrica de respaldo, o en su defecto se negocien horarios de racionamiento de conveniencia para el centro médico, sin que se afecte la salud humana.
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Mismo criterio aplica para servicios de radio y comunicación ligados con la coordinación de la seguridad pública y atención de emergencias, aeropuertos, actividades vinculadas al bombeo para suministro de agua potable y de los combustibles que administra la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope).
Siempre que el déficit de energía y potencia sea posible cargarlo todo a sectores residenciales, tampoco se afectará el suministro de energía a industrias productoras de bienes y servicios.
Cuando sea requerido el racionamiento nocturno, y siempre que sea factible, se mantendrá la iluminación de autopistas, intersecciones y carreteras de alto tráfico vehicular.
Dentro de lo posible, precisa la norma AR-NT-POASEN, los cortes de luz buscarán alterar áreas de mayor concentración de la población o sitios donde se concentre la actividad económica, productiva y comercial de una región servida por alguna empresa distribuidora.
Según el PNR, el ICE debería comunicar con cinco días naturales de anticipación a las distribuidoras la fecha de cada racionamiento. Luego, esas empresas deberían informar de inmediato a sus clientes sobre la duración, frecuencia y localización de los racionamientos programados en su área de distribución.
Eso sí, los plazos de aviso pueden acortarse, pues el propio PNR aclara que dichos tiempos para emitir los avisos aplican siempre y cuando las circunstancias de la operación del SEN permitan tal anticipación.
De acuerdo con el PNR, cuando el ICE comunique a las distribuidoras el momento en deberán aplicar los cortes de luz, estos no tendrán retorno, es decir, el racionamiento se efectuará al margen de cuánta autonomía presenten los embalses para generación hídrica.