Hay quienes creen que comprar gasolina o diésel de noche o a primera hora de la mañana, cuando hay menos calor, recibirán más volumen de combustible por el mismo precio. Para otros, aquello es una creencia sin sentido.
La presunción está respaldada en un cambio físico genuino que experimentan la gasolina y el diésel que, expuestos al aire, pasan de estado líquido a gaseoso por ser sustancias volátiles y ese tránsito de un estado a otro se acentúa si la temperatura es alta. Esa evaporación incluso ocurre en menor grado dentro del tanque del vehículo.
Al abrir la tapa del tanque de combustible, quizás ha notado una breve corriente de gas que despide el depósito y, siguiendo el mismo razonamiento teórico, si adquiere combustible en un momento de mucho calor, una porción marginal del hidrocarburo sí se disipará mientras la manguera recarga su tanque. Menos volumen por el mismo precio.
No estarían del todo equivocados quienes creen conveniente adquirir carburantes en los momentos más frescos o fríos de la jornada para prevenir con ello pérdidas del combustible por evaporación. No obstante, esto solo tiene verdadero sentido cuando se trata de cantidades grandes.
“El tema tiene algo de mito y de verdad, porque es cierto que el efecto de la temperatura produce cambios en el volumen líquido de los combustibles. Sin embargo, ese efecto solo es perceptible en grandes cantidades. En vehículos con cargas bajas de unos 40 litros, el efecto no es tan evidente”, explicó José Miguel Masís Aguilar, director ejecutivo de la Cámara de Empresarios del Combustible de Costa Rica.
Según el representante, para percibir un cambio de volumen tendrían que presentarse condiciones abruptas de temperatura como fríos intensos o temperaturas altas extremas. Por eso cree difícil atestiguar tales cambios en condiciones normales.
Además, la mayoría de estaciones o surtidores de combustible de Costa Rica y el mundo almacenan los hidrocarburos en tanques bajo tierra, sobre los cuales hay capas de materiales como cemento u hormigón que actúan como aislantes y mantienen el combustible a una temperatura constante.
Entonces ¿gana más un consumidor por adquirir gasolina o diésel de noche o al inicio del día? Casi nada en realidad.
Consejo de oro
No obstante, sí existe un momento idóneo para llenar el tanque debido a este fenómeno de evaporación, pero sin vínculo con el termómetro.
Cuando la gasolina o el diésel entran al tanque del vehículo, también empezarán a disiparse, lo cual provoca una leve pérdida de carburante dentro del depósito. Muchos fabricantes incluso colocan un dispositivo interno flotante dentro del tanque, cuyo propósito es mitigar esa evaporación.
Por ello, sí es conveniente llenar el tanque cuando está a la mitad de la carga pues, cuanto más combustible en estado líquido haya, menor será el espacio disponible allí para evaporarse.
Por física de los combustibles, recordó Masís, cuando el tanque del vehículo está más vacío, tenderá a llenarse con más vapores. El empresario recordó que los tanques de los vehículos poseen válvulas de seguridad diseñadas para abrirse y así eliminar el exceso de presión por esos vapores, luego vuelven a cerrar para prevenir una salida pero de líquido.
“Por eso es un buen consejo mantener los tanques a buen nivel para evitar excesos de evaporación y aprovechar mejor el dinero pagado por el combustible en su estado líquido”, concluyó.