La constructora Chinafecc Central America S. A., subsidiaria de la compañía estatal china que construye el nuevo Estadio Nacional, decidió abandonar su actividad comercial en Costa Rica.
La empresa anunció la decisión dos días después de que se conoció que funcionarios de su casa matriz ofrecieron obsequios a los cónsules de Costa Rica en Pekín, mientras estos gestionaban 40 visas para traer trabajadores chinos.
La decisión de cerrar operaciones la tomó Cai Lin, presidente de Chinafecc, quien ayer anunció que se trasladarán a otro país, pero prefirió no ahondar en los motivos.
Esta constructora es una subsidiaria de la estatal china Anhui Foreign Economic Construction (AFEC), la cual edifica el estadio donado por el Gobierno de China.
Cai, quien también es vicepresidente de AFEC, dejó claro que la decisión no afecta la culminación del Estadio Nacional.
Chinafecc inició aquí su actividad comercial para participar en el mercado de la construcción.
En febrero empezó la construcción del condominio Torres del Lago (de 123 apartamentos), que se levanta en Sabana sur, San José, contratada por la firma Inmobiliaria Palacio Oriental.
Para esa obra, la casa matriz de AFEC tramitó visas para traer 100 trabajadores chinos y consiguió una dictamen afirmativo de la Comisión de Visas Restringidas, durante el Gobierno pasado.
Pero la actual ministra de Trabajo, Sandra Piszk, suspendió los permisos al cuestionar ese criterio y avalar otro pronunciamiento, según el cual en Costa Rica existe suficiente personal para desarrollar las labores que se les asignarían a los obreros asiáticos.
La situación generó polémica en el nivel diplomático, cuando el embajador de Costa Rica en China, Antonio Burgués, denunció presiones para la concesión de las visas por parte de Mao Furong, agregado comercial de la embajada china.
Esos hechos motivaron una molestia oficial por parte de la Cancillería costarricense.
Piszk no quiso hablar ayer sobre la salida de Chinafecc.
Según Kelvin Collado, gerente de Palacio Oriental, terminaron el contrato mutuamente para no perjudicar las relaciones diplomáticas entre China y Costa Rica.
“El tema llegó a un nivel de diplomacia, generó roces. No queremos que esto llegue a afectar la relación entre ambos países... Esa no era la intención del propietario”, afirmó el gerente.
“Se estaba satanizando el tema”, continuó Collado, quien añadió que el condominio lo financian inversionistas nacionales.
Por su lado, Cai Lin insistió en que “no hace falta” hablar sobre la razón de la salida de Chinafecc, al tiempo que negó haber recibido alguna comunicación de parte de la embajada de China.
Según Cai, el regalo que se les ofreció a los cónsules costarricenses fue una tarjeta de compras, de cortesía, por unos $60.
Este medio intentó ayer obtener una versión de la legación china, pero hasta el cierre de edición no se había recibido respuesta.
Por su parte, el presidente de la Cámara de la Construcción, Ricardo Castro, opinó que Chinafecc no supo adaptarse a la realidad costarricense. La Cámara siempre estuvo en contra de la llegada de trabajadores chinos, pues alegó que estos representaban una amenaza para la mano de nacional.