Ante la ausencia de un diagnóstico integral sobre la salud en el país, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) invierte a ciegas sus recursos destinados a la atención y la construcción de nueva infraestructura.
Ese es el principal señalamiento de una auditoría elaborada por la Contraloría General de la República (CGR), que advierte que la Seguridad Social dejó de elaborar esa radiografía desde hace tres años.
Por esa causa, la Caja toma decisiones de asignación de recursos a partir de “análisis aislados” con base en fuentes de información que, según el órgano contralor, presentan debilidades y no permiten identificar los riesgos mayores para la salud de los costarricenses.
Esta situación no solo podría fomentar la inequidad en la atención entre los diferentes establecimientos de salud en el territorio nacional, sino que también promovería el uso ineficiente de los recursos públicos y así afectar la calidad de los servicios prestados a los asegurados.
La auditoría también señala el peligro de que se inviertan fondos para construir infraestructura que no sea precisamente la que se requiere.
“La CGR encontró que la CCSS, desde el año 2016, dejó de efectuar un diagnóstico integral y sistemático de la situación de salud para determinar los problemas y necesidades de la salud, y así definir la prestación de servicios necesarios para atender las zonas prioritarias de riesgo identificadas”, señaló Manuel Corrales, gerente del Área de Servicios Sociales del órgano contralor.
La Caja dispuso de ¢2,6 billones en 2019 para servicios de salud. Eso representa el 64% del presupuesto total de la institución, detalló la Contraloría.
El periodo de estudio comprende de 2014 a 2018.
Dentro de las disposiciones del estudio está la recomendación al presidente ejecutivo de la CCSS, Román Macaya, y al ministro de Salud, Daniel Salas, de desarrollar el análisis de la situación de salud, para que entonces la institución pueda tomar las decisiones con base en las necesidades reales actuales.
En un comunicado enviado avanzada la tarde, la CCSS calificó de “espaldarazo y oportunidad de mejora” el informe de la Contraloría.
Según la institución, desde 2016 implementó un proyecto para “alinear” sus acciones a las demandas de servicios de la polación. Se trata del Programa de Fortalecimiento de la Prestación de los Servicios de Salud.
Una especie de plan piloto se desarrolló en Limón en busca de mejores prácticas en la gestión médica-administrativa.
“Tras ese trabajo, se determinó la urgencia de fomentar el trabajo en red, hacer un uso más eficiente de los recursos institucionales, desarrollar una planificación en función de las necesidades de la población, mejorar los indicadores de gestión hospitalaria y contrarrestar el impacto negativo de las enfermedades crónicas desde el primer nivel de atención”, añadió la Caja en el comunicado.
La intención, dijo, es articular las instancias técnicas para mejorar la planificación de obra, personal, tecnología y equipos.
Paralelamente, se desarrolla un plan de promoción de la salud y prevenicón de enfermedades.
Establecimientos
El informe también señaló debilidades de la institución para conocer el equipo del que dispone en los diferentes centros de salud.
“La Caja no cuenta con la información actualizada y completa sobre los servicios, recursos humanos y equipos que caracterizan a cada equipo de establecimiento de salud existente en la red, lo que se denomina perfiles de complejidad.
"En su ausencia utiliza una serie de insumos para identificar la complejidad de sus centros que presentan debilidades importantes como desactualización, obsolescencia o información de carácter muy general que no considera el tamaño de los establecimientos”, señaló Corrales.
El órgano también dispuso a los gerentes de la CCSS, definir los parámetros de referencia de cada uno de los centros de salud. Con ello, según el informe, se identificaría con facilidad las inequidades existentes entre los establecimientos, con el objetivo de atender las brechas e inequidades en los servicios prestados en todo el territorio nacional.