La periodista Farah Stockman, quien desde el 2020 forma parte del consejo editorial de The New York Times, publicó un artículo de opinión este lunes en el cual señala que Costa Rica, a la que describe como una democracia estable y aliada de Washington por décadas, compite por convertirse en el Silicon Valley de América Latina con el apoyo activo de Estados Unidos.
Según el artículo “¿Es este el Silicon Valley de América Latina?”, Costa Rica es crucial para el gigantesco esfuerzo de Estados Unidos por reducir la dependencia de los microchips de China, una nación que desempeña un papel enorme en el embalaje y prueba de los diminutos dispositivos que hacen funcionar desde teléfonos inteligentes hasta sus aviones de combate.
De acuerdo con la periodista, más del 40% de chips que el Departamento de Defensa de Estados Unidos utiliza para sistemas e infraestructura de armas dependen de proveedores chinos, mientras el 90% de todos los chips avanzados que utiliza se producen en Taiwán, una isla autónoma reclamada por China.
Antes de asumir su posición en el consejo editorial, Farah Stockman se dedicó a la cobertura de temas políticos, movimientos sociales y etnias, por cuatro años. Previamente, trabajó en el periódico The Boston Globe, donde en el 2016 ganó un Pulitzer en la categoría de Comentario.
En su análisis, Stockman destaca que Costa Rica se está posicionando para transformarse en un importante centro fuera de Asia para el envasado y prueba de microchips de Estados Unidos, debido a una fuerza laboral cada vez más orientada y calificada en el plano tecnológico, influenciada por la llegada de Intel al país en 1990.
De hecho, el 21 de marzo, el presidente Rodrigo Chaves ofreció incentivos fiscales así como reformas regulatorias para disminuir trámites, con motivo del lanzamiento de una estrategia nacional para expandir la industria de los semiconductores. La presentación la hizo frente a altos funcionarios del gobierno estadounidense, a la cual acudió la misma Stockman, en San José.
Ese día, Chaves atendió a la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo; a la generala Laura Richardson, comandante en jefe del Comando Sur de Estados Unidos, así como a ejecutivos de Intel.
La autora del artículo relata que, durante la reunión, Raimondo le expresó: “Necesitamos aliados más cerca de casa”.
Como secretaria de Comercio, Raimondo está a cargo de distribuir decenas de miles de millones en subsidios para acercar la industria de los semiconductores a Estados Unidos.
Este esfuerzo, según el análisis, es crucial para garantizar que los estadounidenses se mantengan a la vanguardia en inteligencia artificial y otras tecnologías críticas en el futuro.
Una mejor relación
Según el análisis publicado en The New York Times, toda esta importante reorganización de la cadena de suministro estadounidense promovida por el Gobierno también podría ser la clave para construir mejores relaciones en Latinoamérica.
No es casualidad, dice la publicación, que crear resiliencia para las cadenas de suministro sea un objetivo principal de la Ley de las Américas, el nuevo plan de ley que impulsan el Partido Republicano y el Partido Demócrata en el Congreso para renovar lazos con vecinos amistosos en el marco de una abierta guerra comercial con China.
Si el plan de ley se aprueba, la eventual legislación encaminaría a Costa Rica y a otras naciones a unirse al Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá, el tratado comercial que reemplazó al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
En su análisis, Stockman recuerda que, cuando Estados Unidos recurrió a Asia en busca de mano de obra barata, dejó un vacío en la región, el cual China vino a llenar convirtiéndose en el socio comercial e inversor más importante en gran parte de América Latina.
Veintidós países occidentales (incluyendo Costa Rica) ya se unieron a la iniciativa china denominada la Franja y la Ruta, en momentos en que firmas de esa nación levantan un puerto de aguas profundas en Perú, un puente sobre el Canal de Panamá y una estación espacial en Argentina.
“No podemos culpar a nuestros amigos latinoamericanos por recurrir a China para realizar inversiones que nosotros no realizaremos. Mientras estábamos tratando de gobernar el mundo, nos han echado a codazos de nuestro propio hemisferio”, dice la publicación.
De acuerdo con la periodista, la posibilidad de convertirse en un centro de microchips parece haber sido un factor determinante para que Costa Rica optara por Estados Unidos en lugar de Pekín.
El texto señala que, en setiembre de 2023, el presidente Chaves excluyó abruptamente al proveedor chino Huawei de la eventual construcción de una red 5G del país, “lo que enfureció a China”, según el artículo.
Esta decisión se produjo poco después de que Chaves hiciera declaraciones sobre la guerra comercial entre Washington y Pekín cuando pronunció la frase “cuando los elefantes pelean, hay que tener cuidado de dónde está uno, porque pueden causar mucho daño”, refiriéndose a las críticas emitidas por la generala Laura Richardson en Costa Rica, el lunes 21 de agosto de 2023.
Además, agregó en una conferencia de prensa posterior al Consejo de Gobierno, el miércoles 23 de agosto de 2023: “Costa Rica no se va a meter en un pleito entre elefantes”.
La exclusión de las empresas chinas del desarrollo de 5G está frenada por una medida cautelar del Tribunal Contencioso Administrativo.
Para Estados Unidos, según la publicación de The New York Times, tiene una lógica geopolítica y económica fomentar un sentido de destino compartido en Costa Rica, Panamá y la República Dominicana, que son “países relativamente pequeños con influencia limitada”.
Según la articulista, esto beneficia a Estados Unidos debido al constante flujo de migrantes irregulares que llegan a su territorio.
“Si estas economías se fortalecen y mejoran, podrían ofrecer más oportunidades para aquellos que huyen de lugares afectados por crisis como Haití y Nicaragua. Como resultado, habría menos inmigrantes llegando a nuestras puertas”, sostuvo.