David McCourt no es un multimillonario típico. Empresario irlandés-estadounidense, ha fundado o comprado más de 20 empresas de telecomunicaciones en nueve países.
Hoy trabaja con el Gobierno de Irlanda en la mayor asociación público-privada para llevar Internet de banda ancha a toda la isla como parte de un plan a 30 años que asciende a 5.000 millones de euros.
Desde su firma, Granahan McCourt Capital, ha invertido más de 100 millones de euros en telecomunicaciones en Irlanda, principalmente a través de la adquisición y expansión de la empresa irlandesa de Enet, la cual compró en el 2013.
Primero hizo fortuna vendiendo su compañía telefónica Corporate Communications Network a WorldCom por $14.000 millones en los años 1980.
Se declara capitalista y lo cree el mejor sistema económico, pero opina que hoy ha perdido su norte por su falta de equidad. Para él, debería ser inaceptable que grandes multinacionales hagan negocios en ciudades y comunidades llevándose de estas toda la ganancia sin devolverles algo a cambio.
Tampoco tiene la mejor opinión de los políticos porque, enfatizó, solo se interesan en ellos.
“El primer ministro de Israel está tomando decisiones hoy que son realmente acerca de él. El estado actual del mundo ha afectado a la humanidad en una manera como nunca había sido afectada en la historia de la civilización”, declaró.
Citó que han muerto más bebés en Gaza en los últimos cinco meses que en todos los conflictos en el mundo en los últimos cinco años. Sin embargo, recalcó, muchas personas se han habituado tanto a esto que parecen desprovistas de humanidad.
McCourt vendrá a Costa Rica el 9 de abril a la conferencia Pasado, Presente y Futuro de la Internet en Costa Rica que organiza el Club de Investigación Tecnológica a discutir, ni más ni menos, cómo resolver los grandes problemas del mundo y cómo devolverse algo de humanidad, dignidad y justicia al mundo con usos creativos de herramientas como la fibra óptica y, en particular, la Inteligencia Artificial (IA).
Contó a La Nación vía telefónica desde Londres, que Costa Rica e Irlanda deberían servirle de ejemplo de liderazgo a grandes países y corporaciones a quienes atribuye en parte el mundo cada vez más desalmado que todos habitamos.
Con el resurgimiento de la IA, él vislumbra un futuro donde la posibilidad de mayor equidad, generación de trabajo, educación, salud y sociedades más justas dependerá de cuánta data es posible obtener y cómo usar esa información y menos de cuántos contenedores atiborrados de cosas puede movilizar una nación o corporación por el planeta.
¿Y qué aportaría a semejante discusión un país pequeñito, con cifras de endeudamiento en rojo y deficitario en infraestructura de todo tipo?
“Costa Rica tiene una población de personas inteligentes, educadas y amables. La migración de costarricenses al extranjero es pequeña porque es un sitio hermoso lleno de naturaleza. Una persona rodeada de naturaleza se vuelve más comprensiva y empática con los demás” explicó.
McCourt, el capitalista atípico e indignado, ve el mayor tesoro de Costa Rica a sus propios habitantes.
“Hoy los países pequeños, esos que antes estaban en la periferia mirando a las grandes naciones ganar tamaño y escala para sus industrias, ya no requieren nada de eso”.
De Costa Rica para el mundo
McCourt dijo sentirse afortunado por haber nacido en la época en que Internet cambió todo. O casi todo.
Lamento que semejante revolución tecnológica no permitió solucionar los grandes problemas sistémicos como disparidad económica y social, la falta de salud y educación y el daño ambiental. Ahora, con la IA, hay una renovada oportunidad de enfrentar esos retos.
“El sentimiento de comunidad ha cambiado dramáticamente. La mayoría de conflictos y problemas del mundo te hacen sentir insensibilizado, tu sentido de humanidad dramáticamente cambiado y el promedio de personas sin saber por qué los políticos son tan malos, o cómo el capitalismo perdió su senda”, advirtió.
Para él, la Inteligencia Artificial, supone el cambio más grande en la época moderna hasta ha sido; uno mil veces superior a la Internet, que podría ser el gran ecualizador; según comentó. Y, parte de esa búsqueda de soluciones, implica un renovado optimismo en naciones como Costa Rica.
Aparte de acudir a la conferencia, McCourt prevé hacer un documental sobre usos creativos por parte de talento costarricense en IA en el marco de su cruzada por emplear esa herramienta al servicio de la equidad, la justicia y la provisión de servicios básicos que el capitalismo y los políticos han fallado en entregar a las comunidades. A las personas.
Mencionó que estaba al tanto del desarrollo de modelos predictivos en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) para identificar a personas en alto riesgo de padecer diabetes tipo 2 o que ya la padecen y lo desconocen.
También el uso de aplicaciones en IA para producir café orgánico más amigable con el ambiente y hasta iniciativas como el caso del músico Pedro Capmany quien el año pasado presentó la canción Volveré, producción en la que canta a dúo con su difunto padre José Capmany gracias a la Inteligencia Artificial.
“Países como Costa Rica e Irlanda deberíamos aprovechar la oportunidad única de este particular momento en el tiempo, mientras otros han perdido su capacidad de liderazgo, nosotros, nuestras naciones; deberían ser las que lideren”, concluyó.