Al menos 94 de cada 100 habitantes tienen acceso al agua potable para consumo humano y actividades productivas en nuestro país.
Esto posiciona a Costa Rica por encima de la mayoría de las naciones del mundo sobre universalización del agua, sin embargo, al hablar de saneamiento de líquidos residuales, por el contrario, el país está muy por debajo de la media internacional.
De acuerdo con el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) a finales de 2018, solo el 15% del alcantarillado contaba con tratamiento de aguas residuales, mientras que la media mundial es de 60%.
En el Día Internacional del Agua, este 21 de marzo, el Programa Estado de la Nación plantea este tema como uno de los grandes retos ambientales que Costa Rica debe resolver en los próximos años, si no quiere continuar contaminando sus ríos y mares.
“Las coberturas que tiene Costa Rica son muy elevadas en comparación a nivel de la región y a nivel internacional, sin embargo no es de esa forma cuando vemos el tema de saneamiento, es decir, del tratamiento que se le da a las aguas que devolvemos a los ríos, a los mares y a otros cuerpos de agua”, aseguró la investigadora Karen Chacón.
El Estado ha venido realizando esfuerzos para corregir el rezago de años. De hecho, en 2014 solo el 4,2% del sistema de alcantarillado tenía planta de tratamiento de algún tipo, esa cifra subió a 15% en 2018.
Parte de los esfuerzos obedecen a las obras planteadas en la Política Nacional de Saneamiento en Aguas Residuales 2016-2045; no obstante, el Estado de la Nación encontró debilidades en las siguientes áreas: rezago en el ordenamiento territorial, débil manejo de residuos, falta de acciones en adaptación al cambio climático y prácticas agrícolas que afectan la calidad de los cuerpos de agua.
“Es un avance importante pero insuficiente para el rezago de años que tenemos. Hay unos eventos de contaminación importante que también han demostrado estudios universitarios, que han identificado en fuentes de agua o acueductos concentraciones muy altas de agroquímicos relacionados a actividades agrícolas. Lo más grave es que algunos de esos agroquímicos están prohibidos en el país". manifestó Chacón.
Costa Rica invirtió ¢79.500 millones en la cobertura de saneamiento de aguas residuales en 2017, sin embargo el plan todavía establece montos mucho mayores para cumplir los objetivos definidos .