El 2023 marcó el desplome del relato costarricense de que el 100% de su electricidad viene de fuentes renovables. Este año, el 7,86% de esa energía provino de derivados de petróleo, los cuales generan emisiones y contribuyen al calentamiento global de la atmósfera.
Esos datos contrastan con los registrados en el 2022, cuando el 99,1% fue a base de energías limpias y solo el 0,9% a base de hidrocarburos.
Como no se veía en años, Costa Rica devoró millones de litros de diésel y búnker para atender su demanda eléctrica, los cuales fueron incinerados en plantas del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), o bien, se importaron de otros países de la región centroamericana, también a partir de derivados de petróleo.
Así lo revelan datos de la División de Operación y Control del Sistema Eléctrico Nacional del Instituto (DOCSE-ICE) y estadísticas de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope).
Del 1.° de enero al 25 de diciembre del 2023, la producción térmica de electricidad aportó 7,86% de la demanda eléctrica, el equivalente a 946 gigavatios-hora (GWh) del consumo total que, para ese lapso, llegó a 12.028 GWh.
De dicha generación térmica, 588 GWh los produjo el ICE en Costa Rica y 358 GWh se importaron del Mercado Eléctrico Regional (MER), según datos del Instituto.
Lo producido en Costa Rica requirió de 92,5 millones de litros de búnker y 67,8 millones de litros de diésel, de enero a noviembre, según estadísticas de Recope de las ventas de ambos carburantes al ICE.
En total, la Refinería le emitió al ICE facturas por ¢65.542 millones. Ese gasto se trasladó a los recibos de luz de los hogares, comercios e industrias, de acuerdo con los datos de Recope.
Datos contrastan con los del 2022
Esas cifras contrastan con las registradas en el 2022, cuando la generación térmica fue tan poca que alcanzó los 94 GWh, que representaron el 0,9% del consumo total, el cual alcanzó los 11.873 GWh.
En comparación con el 2023, se trata de solo el 10% de los 946 GWh de energía térmica producida.
Además, en todo el 2022, el ICE solo le compró a Recope 15 millones de litros de búnker y 11,9 millones de litros de diésel por la suma de ¢14.238 millones entre ambos.
La diferencia de ¢51.304 millones entre el 2022 y el 2023 representa un 360% de incremento en ese gasto.
Errores de cálculo del Instituto le pasaron la factura a los 1,8 millones de abonados a este servicio público, quienes desde julio empezaron a pagar un alza del 10% en la electricidad entre julio y setiembre, justo por esas compras de diésel y búnker para producir electricidad.
Errores de cálculo
El primero fue que, durante el 2022, el ICE erró al calcular la demanda de luz del 2023; la cual resultó más alta de lo estimada (3% más frente al 2022).
Esto se juntó con que la empresa se volvió en el 2022 el principal exportador de luz a Centroamérica. Inyectó al MER 629 GWh de electricidad limpia producida, principalmente con plantas hídricas.
De esta forma, utilizó agua de los embalses hídricos para vender energía en la región. Una administración distinta de ese recurso pudo haber aliviado el gasto térmico del 2023 de 946 GWh a menos de una semana de terminar el año.
Aunado a esa situación, desde el año pasado, el ICE conocía de la alta probabilidad del arribo del fenómeno El Niño este 2023, el cual finalmente afectó con severidad el patrón de lluvias, de las cuales se alimentan los embalses de generación hídrica.
Según datos del DOCSE-ICE a octubre de este año, la hidroelectricidad representa el 68,12% de la capacidad instalada en generación de electricidad: la fuente más afectada por El Niño.
Tanto erró el ICE, que su presidente, Marco Acuña Mora, prometió, en agosto del 2022, que vendería la mitad de las plantas térmicas del Instituto porque estaban en desuso. Así lo dijo durante una comparecencia ante la Comisión Especial de Sector Energético Nacional del Congreso.
Sin embargo, tal fue el impacta del fenómeno El Niño en las lluvias, que el ICE anunció en octubre pasado que cargaría a las tarifas de electricidad $82,4 millones de una contratación urgente de dos empresas para el arrendamiento y operación de plantas térmicas, a base de diésel, durante el 2024.
Un mes antes, en setiembre, el propio Acuña Mora pidió auxilio a la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) para escalonar en el 2024 un alza prevista del 27,6% en los recibos de luz, por el uso intensivo de generación térmica e importaciones del MER.
Inicialmente, ese aumento estaba programado para regir en el último trimestre de este año.
La Aresep accedió a los ruegos de la entidad y, por ello, la electricidad aumentará a partir de enero un 15,3% para clientes del ICE y un 2,5% a los abonados de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), con la posibilidad de ajustes extra a lo largo del año venidero.
Para los clientes de la Junta Administrativa del Servicio Eléctrico Municipal de Cartago (Jasec), el alza será de un 11,1%; en el caso de la Empresa de Servicios Públicos de Heredia (ESPH) será del 10% y del 8,8% en Coopealfaroruiz R. L..
Los repuntes más moderados los tendrán los afiliados de Coopelesca R. L. con un incremento del 0,3%, Coopeguanacaste con un 5,8% y Coopesantos R. L. con un 4,4%.
Lo ocurrido con las lluvias este 2023 seguirá afectando el otro año. Werner Stolz España, director del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), explicó el mes pasado que El Niño continuará hasta mayo del 2024, lo que afectaría el inicio de la próxima estación lluviosa, la cual, dijo, sería una temporada irregular.
No obstante, se espera que El Niño no afecte durante toda la época de lluvias del 2024, pues se prevé que el fenómeno termine en mayo.