Ciudad Quesada. Mientras se realice un oficio religioso en la catedral sancarleña, los teléfonos celulares deberán estar apagados.
La medida la adoptaron los sacerdotes del templo por considerar que el uso indiscriminado de tales aparatos interfiere con las actividades.
El cura párroco, Juan Miguel Castro, sostuvo que el ruido molesta a los sacerdotes y desconcentra a los fieles.
“Lo ideal sería prohibir el ingreso de tales teléfonos a la iglesia, pero sería una medida muy extrema y es mejor apelar a la comprensión de la gente”, manifestó Castro.
Por segunda vez en cinco años en las paredes internas de la catedral hay ocho rótulos que solicitan respetar la medida.
En ese santuario se celebran tres misas diarias entre semana y cinco los domingos. Este último día es cuando, precisamente, se escuchan más celulares.
Consuelo Martínez, una de las feligreses, admitió que “se produce una especie de desfile de diferentes modelos de teléfonos como si se tratara de un concurso de belleza”.
Nidia Chávez, quien asiste regularmente a misa, expresó su total apoyo a la medida.
“El aparatito desconcentra a quienes acuden a la casa de Dios a orar. Quien crea que es más importante atender llamadas o enviar mensajes, lo mejor es que lo haga en el parque o cualquier otro lugar”, sugirió.
En el mismo sentido opinó el estudiante Eduardo Castro. “Si vamos a la iglesia es de suponer que lo hacemos con la intención de establecer una comunicación con Dios. Si por mí fuera sacaría a quienes se comportan inadecuadamente”, declaró.