En la literatura técnica sobre consumo de electricidad hay referencias a vampiros y fantasmas en las casas. Verdaderas pero sin relación con lo sobrenatural, son menciones para referirse a un fenómeno invisible y constante por el cual los hogares pierden unos ¢2.000 o más al mes en electricidad pagada pero no consumida.
La afectación es imperceptible, pero prevenirla para ahorrarse ese dinero es fácil, más aún en tiempos de llamado a una mayor eficiencia energética por la crisis que obliga a aplicar cortes de luz.
El consumo vampiro o fantasma se refiere a la electricidad que fluye hacia dispositivos conectados cuando no se utilizan o que están en modo de espera mientras permanecen conectados al tomacorriente. Si bien refrigeradoras, relojes o alarmas de seguridad requieren suministro constante, otros acumulan horas y horas sin uso lo cual propicia el desperdicio.
¿Sabía que su computadora usa energía incluso cuando está en modo de espera? ¿O que el cargador de su teléfono consume si lo deja enchufado luego de recargar el celular? ¿O que cualquier aparato controlado por control remoto hace lo mismo? Estos son algunos pocos ejemplos del consumo de estos “vampiritos”.
Esta fuente furtiva de electricidad también se manifiesta en cualquier aparato con pantalla digital luminosa, lo cual pueden incluir una constelación de aparatos con controles digitales como lavadora, coffee maker, licuadoras, cocinas, hornos de microondas y tostadoras, explicó Tatiana Altamirano Madrigal, de la unidad de Desarrollo de Negocios y Educación al Consumidor de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL).
Si bien el consumo es marginal por aparato, Altamirano explicó que al sumarse todos en el hogar ese consumo inadvertido empieza a pesar mes a mes, suele alcanzar entre el 5% y 10% de la facturación, o incluso más. No obstante, el porcentaje sube o baja según la cantidad de artefactos en enchufes o regletas.
“Si uno hace un repaso mental, hoy es perfectamente posible que bajo un mismo techo las casas tengan tres televisores de pantalla plana, varios cargadores para celulares, diversos electrodomésticos digitales e incluso otros equipos como computadoras, tabletas o altavoces siempre conectados”, explicó.
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Números no mienten
La vocera explicó que el consumo promedio de una familia en el área metropolitana abonada a la CNFL hoy ronda unos 250 kilovatios - hora (kWh) en un hogar de cuatro a cinco integrantes. La tarifa residencial de la Compañía es escalonada de forma que los primeros 200 kilovatios cuestan ¢73,65 cada uno y luego, en el bloque de 201 a 300 a (kWh) el kilovatio sube a ¢109,02, según datos de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep).
Esa familia paga así ¢20.181 solo por la energía del mes sin incluir otros cargos del servicio, de los cuales ¢2.018 (10% del total) serían consumo fantasma. Si bien la suma no es tan elevada, Altamirano hizo notar que el acumulado de ese monto en un año equivale al pago de un mes de electricidad en esa familia.
Sin embargo, este consumo incluso puede ser mayor si las personas utilizan cargadores genéricos para celular u otros dispositivos.
Los cargadores genuinos suelen hacer un corte o alto en el circuito de suministro cuando el aparato que están recargando está con la batería al tope. Los genéricos, en cambio, siempre harán su labor de transformar el voltaje procedente de la pared al que requiere el aparato que recibe la carga con el teléfono o tableta cargados o mientras ese cargador esté conectado.
En promedio, los cargadores genéricos consumen 2,24 vatios-hora, lo cual representa alrededor de 1,6 kWh al mes.
La solución obvia a este tipo de consumos es desconectar la mayor cantidad posible de equipos de los tomacorrientes, pero eso podría resultar laborioso por lo cual, aconsejó Altamirano, otra solución es utilizar regletas eléctricas de buena calidad.
De esta manera, varios dispositivos pueden ser conectados o desconectados a conveniencia simultáneamente en cuartos, oficinas u otros espacios de la casa mediante el encendido o apagado únicamente de la regleta.
Consejos adicionales
1. Una forma de evitar el consumo fantasma es con equipos de protección contra variaciones de voltaje como supresores de picos de corriente. Asegúrese que sean de calidad y que indiquen el tipo de protección que brindan.
2. Si tiene dudas para identificar estos “vampiritos”, recuerde que todo equipo con función en espera (stand by) como pantallas de televisor, impresoras y monitores producen este gasto furtivo de electricidad.
3. Todo aparato con luces de colores como microondas, consolas de videojuegos, equipos de sonido y routers provocan este tipo de consumo. Estas señales luminosas revelan que el aparato no ha dejado de consumir energía en ningún momento.
Fuente: CNFL.