El fentanilo, un opioide sintético al que también se le llama la “droga zombi” por sus efectos devastadores en quienes lo consumen, podría desplazar a la marihuana y cocaína como droga de primer uso en Costa Rica, advirtió el director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Randall Zúñiga López, quien tiene 20 años de carrera judicial.
“La tendencia es que el fentanilo desplace a la marihuana y la cocaína. Por eso es que, en buena medida, la marihuana y cocaína han bajado de precio. La tendencia es que el fentanilo, en algún momento, como genera mayor adicción y un viaje más placentero en las personas, modifique el consumo y la lucha contra la criminalidad”, afirmó en entrevista con La Nación.
Se trata de una sustancia 50 veces más potente que la heroína y hasta 100 veces más fuerte que la morfina. En Estados Unidos, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades afirma que cada día ocurren al menos 150 muertes por sobredosis relacionadas con opioides sintéticos como el fentanilo, que han convertido en “zombis” a los habitantes de las calles de algunas ciudades.
Zúñiga confirmó que el tráfico nacional de fentanilo se da por medio de pastillas importadas dado que aún no se ha logrado determinar ningún caso de producción local.
“Para la producción local se necesitaría una logística bastante fuerte, gente que conozca de químicos, farmacéuticos y otros. Se requeriría un laboratorio, tiene que ser en un lugar bastante alejado, porque los residuos que se generan de la fabricación del fentanilo matarían animales como las ratas, gatos, perros y otros. No hemos tenido ese fenómeno aquí y si hubiese alguno tendría que ser en un lugar bastante alejado”.
El 21 de noviembre pasado, en Tibás, fue descubierto en Costa Rica el primer laboratorio de fentanilo, el cual, era traído desde México. En una vivienda, la banda mezclaba el opioide con otras drogas como éxtasis, ketamina y metanfetaminas para venderlo, principalmente, en bares de San José y Escazú. Otro hecho aún más grave es que no avisaban a sus clientes de la mezcla, la cual hacían con el fin de generar mayor adicción y ventas.
El director del OIJ indicó que, además de ese operativo coordinado por la Policía de Control de Drogas (PCD), “hemos tenido cinco casos con 1.200 pastillas decomisadas”.
Solo 2 miligramos de fentanilo, equivalentes a 10 granos de sal, pueden ocasionar una muerte por sobredosis. Un miligramo de fentanilo tiene la misma potencia que 50 miligramos de heroína y 100 miligramos de morfina, según la Agencia de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA).
No hay datos sobre precios en Costa Rica, pero, en Estados Unidos, el costo de una pastilla ronda entre $1 y $2 en las calles de Seattle, Los Ángeles o San Francisco porque el precio de fabricación es muy bajo. “Uno puede producir una cantidad espantosa de fentanilo con relativamente pequeñas cantidades de químicos”, dijo en una publicación Nick Miroff, periodista de The Washington Post y finalista del premio Pulitzer por una investigación sobre el fentanilo.
Este opioide sintético se creó para controlar los dolores extremos y se usa normalmente en pacientes en cirugía o con cáncer. El medicamento fue desarrollado en 1960 por el médico belga Paul Janssen y en 1972 fue aprobado como anestésico en Estados Unidos.
En Costa Rica, los primeros indicios del uso adictivo se dieron entre personal de salud, pues su uso lícito es como sedante en cirugías y para el control de dolores intensos. La CCSS requería para uso en hospitales, en 2021, al menos 600.000 ampollas.
En 2019, la PCD alertó sobre el uso de ese opioide entre un grupo de profesionales médicos; en ese entonces no se quiso detallar a qué tipo de personas se referían, pero ahora es conocido que es popular entre médicos, enfermeros y otros empleados de clínicas y hospitales.
La Nación reveló que una investigación administrativa del Hospital Rafael Ángel Calderón Guardia detectó que, solo en febrero de 2016, se inventaron 21 cirugías para justificar recetas por cientos de ampollas para uso inyectable.
Además, en 2018, un enfermero se hizo pasar por médico para ingresar a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Heredia para sustraer ampollas. Hasta el momento, dijo el director del OIJ, no se ha logrado confirmar tráfico de inyectables a nivel nacional, solo con pastillas.
En cuanto al hurto de inyectables en centros médicos, afirmó que “en estos casos todas las personas investigadas son enfermeros o doctores, personas que tienen acceso al medicamento”. El último caso ocurrió en 2023 con la desaparición de 15 ampollas.
Dio a conocer, además, que en uno de los casos se detectó que una ampolla sustraída en un centro médico terminó en un lugar de venta de drogas. “Tenemos un caso, de una única ampolla. Sucedió una vez que ingresamos a un búnker en el Pacífico Central y también tenemos otro caso de una persona que no solo robaba fentanilo, sino que también robaba otras pastillas y estaba vinculado con delitos de tipo sexual”.
Esta droga también representa un gran desafío para los policías y oficiales que ejecutan un allanamiento contra bandas como la de Tibás. El 21 de noviembre, los agentes debieron vestir trajes especiales y mascarillas para evitar una intoxicación durante la incursión en la vivienda que operaba como laboratorio, contó el fiscal Javier Valerio.
“Al ser una droga altamente tóxica, ya se han presentado casos en Estados Unidos donde oficiales han visto afectada su salud al ingresar a una casa con un cargamento importante emanando polvo que, al ser respirado, causa problemas de salud”, dijo.
Zúñiga, como director del OIJ, afirmó que el mayor reto que tiene la Policía por delante es la capacitación. “Ya hemos hablado con la Embajada de Estados Unidos en Costa Rica, nos han dado capacitación, pero no a todo el personal (...) Ya se han dado varias capacitaciones, pero no ha sido tan extendida su cobertura”.
Esa capacitación, agregó, consiste, por un lado, en cómo manejar la droga, cómo usar guantes, mascarilla o un traje especial. La otra parte es cómo detectar ese tipo de droga.
Robert Alter, director de la Oficina para Asuntos Antinarcóticos, Seguridad Ciudadana y Justicia (INL por sus siglas en inglés) de la Embajada de los Estados Unidos en Costa Rica, también había alertado el 26 de setiembre del 2023, en una entrevista con La Nación, sobre el gran reto que significa para el país la entrada del fentanilo.
“El fentanilo sí está llegando a Costa Rica, y es algo que realmente debería preocuparnos a todos porque es una droga altamente adictiva y altamente peligrosa”, declaró.
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