Echar a andar el sistema de pago electrónico en el transporte público costará al menos ¢5.000 millones al Banco Central de Costa Rica (BCCR).
Ese monto no incluye el equipamiento de las unidades de autobús cuya inversión sería trasladada a las tarifas, aunque aún no existe una estimación del eventual aumento.
Este jueves, autoridades del llamado Comité Director del proyecto, integrado por el Banco Central, Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) y el Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer), dieron a conocer la hoja de ruta.
Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central, aseguró que el plan tiene un 40% de avance global.
Los encargados dieron a conocer detalles de la plataforma que integrará los cobros de los pasajes de bus de todo el país, aunque al inicio solo estará disponible en algunas rutas de la Gran Área Metropolitana (GAM).
De acuerdo con Carlos Melegatti, encargado de la División de Sistemas de Pago del Banco Central, actualmente trabajan en la construcción del Sistema Central de Recaudo (SCR), el cual recibirá toda la información de los pagos cuando los pasajeros aborden los buses, identificará las rutas y las unidades, para posteriormente asociarle una tarifa.
El SRC, a su vez, estará vinculado con el sistema financiero nacional mediante una pasarela de pago, lo que permitirá que el cobro pueda ser distribuidos entre las empresas de transporte.
Eso significa que el sistema no se basará exclusivamente en una modalidad de pago mediante tarjetas prepago, sino que además permitiría el uso de tarjetas de débito y crédito, y mediante aplicaciones QR para pagar con el celular.
El Banco Central también es el encargado de definir las especificaciones técnicas que deberán tener los dispositivos que se colocarán en los buses para recibir los pagos.
Según explicó Melegatti, el sistema posibilitará que los cobros no se rebajen automáticamente de la tarjeta o medio electrónico utilizado, previendo que en algunos sitios, por ejemplo, las unidades no tendrían acceso a Internet para procesar el cobro de inmediato.
También se trabaja en mecanismos para que un mismo usuario cancele con la tarjeta más de un pasaje, como en el caso de que un padre de familia viaje con uno o más menores, a los que les deba pagar la tarifa.
Otra de las características es que los medios de pago podrán ser recargados mediante el sistema Sinpe, que permite hacer transferencias desde el celular vía sms.
Equipos en buses
Cubero, por su parte, añadió que los costos de equipamiento deberán ser cubiertos por las empresas de bus y eventualmente estas lo trasladarían a los usuarios mediante la solicitud de incrementos a la Aresep.
Sin embargo, según dijo, cambiar a esa modalidad en la que cada vez el manejo de efectivo sería menor, también reducirá costos asociados a esa labor.
Por eso, en su criterio, es necesario que una vez que inicie, el proceso avance con velocidad, pues cuanto más rápido se logre esa migración total, más pronto se reducirán esos costos.
“En este momento lo que estamos haciendo es tratando de garantizar el menor costo, cuando hablamos del equipamiento en los buses, queremos tener muchos equipos para que podamos tener el equipo que satisfaga los requerimientos técnicos al menor costo (...) la tarifa nunca va a ser cero pero sí queremos tener la menor tarifa”, añadió Melegatti.
De acuerdo con la hoja de ruta presentada, el plan piloto comenzará en febrero en algunos vagones del tren. Los pagos en esa etapa serán cobrados en los vagones por personal del Incofer con dispositivos portátiles.
En setiembre del 2021, se iniciaría la introducción gradual en algunas rutas de buses del área metropolitana.
Cubero dijo no tener una estimación de cuánto tiempo tomaría completar el proceso en todo el país, pues afirmó que en algunas ciudades ha sido un proceso de entre cuatro y ocho años.
El ministro de Obras Públicas y Transportes, Rodolfo Méndez, agregó que el sistema se integrará a los distintos medios de transporte, por lo que se incluirá en las próximas concesiones del servicio de autobuses.
El jerarca destacó que el sistema también permitirá contar con información necesaria para optimizar el transporte, por ejemplo al fijar tarifas, crear, modificar o eliminar rutas, determinar horarios de demanda o agregar unidades.
La intención de establecer cobro electrónico en el transporte público surgió desde el 2007, y se han hecho anuncios sobre su puesta en funcionamiento desde el 2014, sin que a la fecha se haya concretado.
Este mecanismo es complementario al plan de sectorización o reordenamiento que también lleva años de espera.
Debilidades
El pasado 18 de agosto, la Contraloría General de la República emitió un informe en el cual señaló debilidades que enfrenta el proyecto: falta de gestión de riesgos y definición de costos y alcances fueron parte de las deficiencias encontradas.
Melegatti reconoció que aún deben actualizar el plan del proyecto y que sí se han medido riesgos, aunque no de manera global, sino por separado en cada uno de los actores.
“Nosotros tenemos una matriz de riesgo, pero le tenemos que dar un mejor seguimiento y efectivamente ya estamos mejorando eso, tenemos que actualizar el plan de proyecto”, dijo.
Entre los riesgos que, según dijo, han identificado, está la capacitación que requerirán choferes y otro personal asociado, además de que al tratarse de una política a largo plazo podría sufrir variaciones con los cambios de gobiernos.
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En su informe, la Contraloría fijó como fecha límite para solventar dichos señalamientos el 30 de noviembre de este año.
Según indicó, ya el Comité Director asignó un responsable que atendería los requerimientos para unificar los rubros señalados por el órgano contralor.