La empresa estadounidense Dole Food Company pagará una indemnización a 780 extrabajadores bananeros costarricenses que fueron afectados por utilizar el nematicida Nemagón en los años 70.
Esa compañía aceptó realizar el pago tras varios meses de negociación con el bufete Provost Umphrey, de Texas, Estados Unidos, según divulgó ayer la agencia de noticias AFP.
No trascendió el monto económico que percibirán cada uno de esos trabajadores pues se mantiene bajo una cláusula de confidencialidad suscrita por las partes.
Además, en caso de que alguna de estas personas haya fallecido, el dinero lo recibirán sus familiares.
Actualmente, la mayoría de los afectados costarricenses tienen entre 60 y 70 años de edad.
Aparte de los costarricenses, 1.000 peones hondureños y 3.153 nicaraguenses también recibirán esa compensación, según el acuerdo extrajudicial dado a conocer ayer por la compañía Dole en Managua, Nicaragua.
No fue posible obtener ayer el criterio de Orlando Barrantes, secretario general del Consejo Nacional de Trabajadores Bananeros (Conatrab) de Costa Rica.
Tampoco se pudo localizar a Manuel Ballestero, representante en nuestro país del bufete Provost Umphrey.
Sin embargo, no todos ellos laboraban para la compañía Dole.
Por ese motivo, hay demandas contra otras empresas que también utilizaron aquí este producto. Este es el caso de Chiquita Brand y Del Monte, cuyos procesos comenzaron en noviembre del 2004 en Estados Unidos.
También se siguen procesos contra compañías productoras de este pesticida, cuyo uso está prohibido ahora.
Esas firmas son Dow Chemical Company, Shell Oil Company, Shell Chemical Company, Shell Chemical Company LLP y Occidental Chemical Corporation.
“Este es un paso trascendental en la búsqueda de soluciones para otros arreglos con otros grupos de trabajadores”, indicó Hurtado.
El Nemagón –también conocido como DBCP– se utilizó hace más de tres décadas para combatir las plagas de gusanos en los cultivos, pero a finales de los 90 se determinó que tenía efectos nocivos en la salud.
La principal consecuencia sufrida por quienes se encargaban de rociar ese pesticida, fue la infertilidad masculina.
No obstante, quienes estuvieron expuestos también sufren de dolores de cabeza, pérdida parcial de la vista, dolores musculares crónicos y múltiples afecciones nerviosas, entre otros.